Me meto un trozo de tarta de chocolate en la boca y lo saboreo como si fuera lo último que voy a comer en la vida.
Me encanta el chocolate, y además, me encanta el chocolate negro, ese que hace a la gente poner cara de agria.
Dave se está comiendo un muffin y me está observando demasiado para mi gusto. Apenas hemos hablado en el coche porque he estado guiándole hacia la cafetería y ahora, no sé que decirle.
— Hace mucho frío —dice.
— Sí, lo he notado. ¿Vamos a hablar del tiempo? ¿Qué querías decirme?
— Bueno... —carraspea y se acomoda en la silla para ponerse recto— Primero, me hubiera gustado que tu visita con Ethan a la fiesta no hubiese sido sorpresa.
— ¿Me lo estás diciendo en serio? ¿Qué sentido tenía avisarte de que iba a ir con Ethan para descubriros? El futbol te está matando neuronas, debes mirártelo —digo por lo bajo antes de llevar la taza de chocolate a mis labios.
— No es eso, simplemente... quiero darte las gracias.
¿Las gracias a mí? ¿Por qué? No he hecho nada para que él me esté agradecido. Es más, hubiese dejado que Ethan le patease el trasero en el bar.
— ¿Por qué?
— Me di cuenta de la persona que es Heidi —se encoge de hombros.
— ¿Te dolió que dijera que tú no le importabas?
— Sé que no podía importarle como su novio, pero pensé que algo sentía por mí —se encoge de hombros.
Quiero decirle que él tampoco sentía mucho por ella porque se estuvo besando conmigo en casa y no le importó. Tampoco le importó compartirla con otro chico. Pero como eso no es mi incumbencia, me callo. Mi madre siempre me ha dicho que estoy más guapa callada y quiero creer que es verdad, porque o si no, estoy desaprovechando muchos momentos para decir muchas cosas.
— ¿Tú sentías algo por ella? —Le pregunto.
— Me gustaba —se encoge de hombros y se apoya en el respaldar de la silla.
— ¿Y por eso aceptaste fingir ser mi novio y besuquearte conmigo? —Alzo una de mis cejas mientras meto otro trozo de tarta en mi boca.
— Acepté porque quería seguir acostándome con Heidi, nada más. Me gustaba y... ¿Por qué no?
— Hay muchas chicas en Indiana, Dave, ¿por qué ella?
— No lo sé, Paris, ¿por qué aceptaste tú?
¿Por qué acepté? No lo sé. No tengo una respuesta clara para darle porque no he pensado en eso. ¿Acepté por echarle una mano a Heidi? Sí, pero también porque pensé que no se nos iría de las manos. No pensé mucho en Ethan y no siempre una puede ser una falsa novia de un chico guapo.
— Consideraba a Heidi mi amiga —es lo que digo y él, parece convencido con mi respuesta.
Su pómulo aún tiene un gran hematoma gris que se está convirtiendo en morado. Ni siquiera he visto a Ethan desde ese día.
Supongo que me dolió que estuviese mirando a la que era su novia como si ella estuviese sufriendo por él después de lo que le hizo, como si ella alguna vez lo hubiese amado y él...
— Me alegra haber sido tu primer novio de todos modos, aunque fuese falso —sonríe de alto.
¡Alto ahí!
— ¿Y tú qué sabes? —Frunzo un poco mi ceño.
— Heidi me lo contó —se encoge de hombros—. Ya sabes, tenía que saber todo de ti.
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VERSUS
Teen FictionTu paso por la Universidad siempre marca un punto importante en tu vida. Hacer nuevos amigos, ir a fiestas, quedarse dormida en clase, animar al equipo en los partidos de fútbol y conocer demasiado bien al amante de tu amiga. Paris Duch no se imagi...