Dejo pasar a Ethan y observa el pequeño estudio. Me pongo a su lado y alzo mi cabeza para mirarlo.
— ¿Qué te parece?
— Está precioso —dice—. Es muy tú.
— ¿Muy yo?
—Sencillo, elegante y luminoso. Traigo comida china —levanta la bolsa.
— Siéntate —le señalo el sofá—. Iré a por... ¿Vino? ¿Cerveza?
— Trae dos copas, traigo también vino —lo saca de la bolsa y sonrió.
No tengo mucha cubertería, solo lo que me traje de casa de mamá para sobrevivir y lo que Eric y Lucas me han regalado.
— Eric bajaba por las escaleras cuando has subido —le digo acercándome al sofá y poniendo las dos copas encima de la pequeña mesa de cristal que hay en frente.
— ¿Por las escaleras?
— No le inspira confianza el ascensor.
— Es normal. No creo que el sofá blanco haya sido un acierto sabiendo que siempre manchas todo de comida. ¿Un abridor?
Frunzo el ceño y miro el sofá blanco. Vale, tiene razón, pero es el más bonito que encontré y el que pegaba con la idea del estudio, además, joder, duermo ahí.
Vuelvo a la cocina y abro el cajón de los cubiertos para coger el abridor. No tardo en dárselo y él, con facilidad, abre la botella.
— ¿Y la cama? —Mira a su alrededor— Porque imagino que esa puerta es el baño.
— Estás sentado en ella.
Ethan frunce el ceño y mira el sofá, después, niega con la cabeza.
— Está todo muy caro y esto es perfecto para mí sola.
— No he dicho nada.
— Pero has negado con la cabeza —me siento a su lado.
— Voy a comer en tu cama, deberías poner una manta o algo.
— Estoy buscando algo —recibo la caja con fideos de Ethan—. Ha sido todo muy rápido y no conozco el lugar, dame tiempo —cojo los palillos.
Va vestido con una camiseta verde militar, unos pantalones vaqueros y unos deportes. No se ha peinado y me mira, sonriéndome.
— ¿Qué pasa? —Abre su caja.
— Gracias por venir sin saber la dirección.
Se ríe y se encoge de hombros. No va a decir quién se la ha dicho, pero sé que ha sido mamá porque dudo que Connor quiera que esté cerca de mi después de todo. Es su amigo y yo su hermana. Connor va a pasar por encima de cualquiera por mí, por mucho que quiera a Ethan.
Pongo la televisión para que el sonido de alguna serie llene el silencio mientras comemos y me doy cuenta que no me siento incómoda, al contrario, ambos préstamos atención a "cómo conocí a vuestra madre" y reímos, como si fuéramos los mismos de antes.
Él no tarda en hablar y me cuenta que ha tenido una entrevista y una sesión de fotos para la revista GQ en traje de chaqueta.
Estoy segura que es una sesión de fotos digna de ver. Cambió de agente, por supuesto y está siendo capaz de coger las riendas de su vida y de tomar decisiones por su cuenta.
— No voy a hacer algo que no quiero —dice—. Respecto a mí vida privada, claro, respecto al equipo es otra cosa —dice con la boca llena.
— Entiendo.
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VERSUS
Teen FictionTu paso por la Universidad siempre marca un punto importante en tu vida. Hacer nuevos amigos, ir a fiestas, quedarse dormida en clase, animar al equipo en los partidos de fútbol y conocer demasiado bien al amante de tu amiga. Paris Duch no se imagi...