Salto a los brazos de Ethan y lo abrazo con fuerza. Es temprano porque quiero aprovechar todo su día libre con él. Lo beso y él nos mete dentro de su pequeño piso.— ¿Has ordenado todo antes de que llegase? —Le pregunto con una sonrisa.
— Has acertado —deja un pequeño beso en mis labios— ¿Has desayunado? —Niego con la cabeza— Yo tampoco.
— Quiero tortitas.
— Tortitas serán.
Me deja sentada encima de la encimera y me quito el abrigo y el bolso, dejándolo a un lado. Ethan pasa una mano por su pelo corto y abre el frigorífico para coger todo lo necesario.
— No te acostumbras a tener el pelo corto, ¿no?
— No —me mira y me sonríe.
— ¿Debería cortarme yo el pelo? —Pregunto cogiendo un largo mechón de pelo.
— No lo hagas —se acerca a mí y me besa de nuevo—. Te he echado de menos.
— Yo también a ti.
— Cuéntame que tal la universidad.
— Pues... Va bien, todo va bien. Cómo siempre. Me da pereza levantarme por las mañanas, Eric sigue con Lucas y el trabajo va bien.
— ¿Tu jefe se porta bien contigo?
— Sí —me apresuro a decir—, es genial, y mis compañeros también.
— Eso está bien.
— ¿Cómo te va en el equipo?
— Bien, ahora hacen que me sienta un poco más integrado —suspira—. No está siendo fácil.
Junto mis labios en una fina línea cuando la batidora empieza a funcionar. Sé que lo ha pasado mal y lo está pasando mal. Todos los demás jugadores son profesionales y él es el novato. Las cámaras lo siguen a todas partes, los aficionados tienen esperanzas puestas sobre él y los veteranos del equipo temen que él les quite el puesto.
Tiene que dar una imagen de chico centrado en el deporte y rodearse de gente importante e influyente. La modelo con la que sale es su relaciones públicas. Gracias a ella está entrando poco a poco en ese mundo.
Parpadeo un par de veces cuando él me llama y asiento a lo que me dice aunque no le estoy prestando mucha atención.
Sabíamos que esto no sería fácil. Pero... ¿Rendirnos? No.
— Algún día iré a comer al restaurante donde trabajas.
Reacciono. — ¿Qué? No.
— ¿Por qué? —Pregunta frunciendo el ceño levemente.
— No es bonito que vayas a comer y yo te sirva —me encojo de hombros y miro hacia la puerta de su frigorífico donde tiene puesta una foto conmigo, la primera vez que fuimos a pescar y una con los chicos del equipo de Indiana aún cuando estaba en la universidad.
— Tienes razón —pone una tortita en el plato—. ¿Qué te apetece hacer hoy?
— No podemos salir, imagino.
Ethan hace un mohín y niega con la cabeza. Suelta un largo y pesado suspiro y sigue haciendo tortitas. Está cansado de esto y yo también.
— ¿Maratón de Harry Potter? ¿Tienes palomitas?
— Sí, me parece buena idea —sonríe un poco.
Me quedo callada y miro la cocina. No puedo evitar preguntarme si ella ha estado aquí con él, pero muevo mi cabeza de lado a lado para despejar esos pensamientos que no llevan a nada bueno.
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VERSUS
Teen FictionTu paso por la Universidad siempre marca un punto importante en tu vida. Hacer nuevos amigos, ir a fiestas, quedarse dormida en clase, animar al equipo en los partidos de fútbol y conocer demasiado bien al amante de tu amiga. Paris Duch no se imagi...