16. Intentar avanzar

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Todas las noticias eran eco de que Ethan tenía una ETS. La manager de Ethan me había mirado con desaprobación cuando la bomba explotó y yo me había encogido de hombros.

Tengo una lucha interna. No sé si quedarme o irme. Quiero quedarme a su lado, pero no puedo hacerlo mientras esa chica embarazada está dando vueltas por aquí, haciendo el papel de buena novia o exnovia o lo que sea.

— Paris, ¿puedo hablar contigo? —La manager de Ethan me mira y asiento.

Estoy en la cafetería, tomándome un bollo de chocolate porque tengo ansiedad. Sujeto un batido de fresa y no tardo en darle un trago para bajar el dulce y poder hablar.

— ¿Qué ocurre?

— Lo que dijiste no fue acertado. No puedo desmentir que ese bebé sea de Ethan porque no sé qué hizo él en la intimidad con ella. Solo puedo decir a la prensa que haremos un test de paternidad para asegurarnos.

— Ethan me dijo que no se había acostado con ella —digo con la boca pequeña.

— Lo sé, a mí también me lo dijo, pero es su palabra contra la de Erin —suspira—. Que ahora se rumoree que Ethan tiene una ETS...

Hago una mueca porque tiene razón. Ethan no puede defenderse, pero los análisis hablan por sí solos, no tiene ninguna ETS.

— Saldré después a hablar con la prensa. ¿Por qué no te tomas un descanso, Paris? Llevas aquí muchos días.

Sí, llevo aquí muchos días.

— Lo sé, también he pensado en irme a casa y descansar un poco.

— Es lo mejor. No te estoy diciendo que no quiera que estés aquí, creo que a él le haces bien —me sonríe— y siento haber causado la ruptura de tu relación. El equipo ya no trabaja con esa empresa más, ahora nos preocupamos más por nuestros clientes, son parte de la familia.

— ¿Cuidará de Ethan?

— Como si fuera mi hijo. Está en buenas manos ahora.

La mujer de unos cincuenta años me sonríe de forma cálida y sé que puedo confiar en ella.

Cuando es mi turno de entrar a ver a Ethan, hago una mueca y me siento a su lado.

— Lo siento —me disculpo—, por inventarme que tenías una ETS. Fueron los celos —admito—, no volverá a pasar. Supongo que tienes razón y no sirvo para esto, para las novias y los embarazos falsos —me encojo de hombros—. Incluso quizás es mejor que me vaya y siga con mi vida.

>> Sí, creo que es lo mejor. Creo que te vendrá bien que no esté aquí dándote la tabarra tanto tiempo. Ella sigue aquí fingiendo que eres el hombre de su vida cuando no lo eres. Eso nunca se sabe, de todos modos, ¿no? Yo ni siquiera sabía que te habías fijado en mí, pero bueno, es normal —suspiro pesadamente—. Pensé que te había pasado porque el destino quería que volviera, que nos diéramos otra oportunidad, pero me he dado cuenta que no estoy preparada y lo siento —me levanto y aprieto su mano—. Has sido mis primeras veces en muchas cosas y te lo agradezco. Te pondrás bien, estoy segura. No voy a huir esta vez a México, aunque me encantaría hacerlo. Voy a intentar coger las riendas de mi vida. Te quiero, Ethan —beso su mejilla y acaricio su pelo antes de irme y dejarlo en aquella cama.

Las cámaras siempre intentan hablar conmigo a la salida o entrada del hospital, pero no he dicho una palabra. Me montaba en el coche y me iba deseando atropellar a algunos, a pesar de las palabras hirientes que a veces me decían.

Conduzco a Roseland de nuevo, a casa después de unos meses sin estar allí. Los gemelos me abrazan con fuerza y todos me preguntan por Ethan, por el chico que juega con ellos a la pelota o que ve los dibujos con Wendy, no por Ethan Hall el chico nuevo de Los Colts.

VERSUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora