VERSUS

42; ¿Celos?

Pongo un plato de pizza en la mesa y le sonrío al cliente para después darme la vuelta y dejar de sonreír. No estoy de humor. Tengo una nube negra encima de mi cabeza y estoy a punto de mandarlo todo a la mierda.

Mi padre se había puesto en contacto conmigo y yo había colgado el teléfono en el momento que me enteré quién era.

¿Cómo se atreve a llamarme? No necesito nada de él, ya no.

No sé la estúpida idea que tenía antes de querer encontrarlo y hablar con él, pero ahora podría coger a su familia e irse al Congo.

- Estás de muy mal humor, ¿Qué te pasa hoy?

Un tranquilo Dave apoyado en la barra hace que me gire y mire a mi alrededor, no hay mucha gente hoy.

¿Qué me pasa? Si apartamos un momento el tema de mi padre, hay algo que me tiene aún más nerviosa, preocupada o a punto de echarme tomate caliente en los ojos.

Ethan.

Mi novio ha estado últimamente saliendo de fiesta y se le ha visto junto a varias chicas y cito textualmente:

El nuevo jugador de Los Colts sale a divertirse con varios de sus compañeros a un club reconocido de Indianapolis. Nuestros jugadores no pierden en el tiempo y bailan con un par de chicas en el reservado.

¿No tenía Ethan Hall novia? ¿Quién era esa chica?

¿Esa chica? Esa chica estaba echando fuego mientras veía las fotos de su novio con esas chicas alrededor. Incluso una se había acercado demasiado a él y no se ve exactamente qué demonios están haciendo porque vaya calidad de imagen más pésima.

No he hablado con él de eso. Ninguno lo ha mencionado y estoy mirando la fotos desde el fin de semana pasado.

- La vida es una mierda -le contesto.

- ¿Tú crees?

Lo miro con el ceño fruncido porque sí. Porque aparte de eso, mi profesor ha decidido crear un grupo de trabajo a dedo, es decir, me ha puesto con una de las personas más pasotas y desinteresadas de la clase.

Adivinas quién se está comiendo todo el trabajo:

Yo.

- Te han comprado un coche -dice cogiendo una Coca-Cola de la cámara y abriéndola.

- Sí.

- ¿Tus padres?

- Ethan.

- Le va bien, ¿No?

Lo miro y él levanta sus manos en son de paz. Le doy un sorbo a la Coca-Cola y la dejo encima de la barra. Doy miedo cuando miro mal, mi madre no deja de decírmelo pero es mi mirada, así miro. Fin.

- Has visto las noticias de cotilleo.

- Me salieron las fotos en Instagram. Parece que se lo está pasando bien.

- Es lo que tiene que hacer.

- ¿Salir con chicas mientras tú estás aquí?

Gruño y apoyo mis brazos sobre la barra porque tiene razón, está diciendo la verdad y no puedo decir nada para defender a mí novio porque estoy molesta.

Aunque a veces pienso que no debería estarlo. ¡Qué demonios! Claro qué sí.

- ¿Vas a querer cenar aquí? -Pregunta.

- Sí, mientras la pizza no lleve cebolla la que quiera.

- ¿Carbonara?

- Esa no, por favor.