He dejado a Ethan pasar para que no discutamos en la puerta.
— Ya sabes por qué ha sido —me cruzo de brazos.
— Ya habíamos hablado de esto, París. Sólo queda un puto mes para que todo acabe.
— ¡Estás saliendo con otra chica mientras yo estoy aquí! ¡Y encima veo la foto de lo bien que os lo estáis pasando! —Hago aspavientos con mis brazos— ¿Cómo quieres que me sienta?
— Mierda, nena. ¡Ya lo sé! ¿Cómo crees que me siento yo? —Se señala— Estoy fingiendo delante de todas esas cámaras y personas que he dejado a mi novia por esa chica mientras estoy todo el puto día pensando en ti. ¿Crees que está siendo fácil?
Junto mis labios en una fina lunes y Ethan se quita el chaquetón para tirarlo al sofá.
— ¿Por qué tuviste que aceptarlo?
— No me quedó otra puta opción, París, lo sabes. No puedo manejar mi vida cómo me de la gana y estoy jodidamente frustrado y encima, no me coges el puñetero teléfono. ¿Me lo merezco?
— ¿Y yo, Ethan? ¿Me lo merezco? Todo el mundo se cree que ya no estamos juntos y ¿sabes? Lo ven como algo normal, que me hayas dejado por esa modelo. Claro, ella es más alta, más guapa y más delgada. Es normal que Ethan Hall haya dejado a su antigua novia, París Duch. Esa chica que mide un metro y cincuenta y cinco centímetros, tiene las paletas separadas y no ve una mierda.
— No te lo mereces, pero a mí me importa una mierda lo que opine la gente porque no te he dejado. ¡No te he dejado, París! Estoy aquí, contigo. No puedo decir que no a mi representante por ahora porque acabo de entrar al equipo y no voy a dejarte por eso.
— ¿Y si yo quiero dejarte? —Su rostro cambia— Porque quizás yo no quiera ocultar mi relación contigo. No quiero que mi novio vaya agarrando la mano de otra chica y me da igual si es por publicidad o por lo que sea. Tengo derecho a enfadarme —digo, firme.
Ethan se queda mirándome y pasa un mano por su pelo. Está frustrado y gruñe. Pone ambas manos en su pelo y tira de los extremos.
— Mierda, París, ya me está costando hacer todo esto y me lo estás poniendo muy difícil, nena.
— Tu representante me lo está poniendo difícil a mí.
Ethan me mira. Sólo queda un mes, sí, pero dudo que pueda aguantar todo esto.
— Sólo es un mes, nena. Un mes y podremos volver a ser los de antes —se acerca a mí—. No quiero tener problemas en el equipo. Me exigen echarle cuenta a mi representante por mi imagen. Tengo un jodido contrato con el equipo de un año.
— No sé lo que quieres decirme —me cruzo de brazos y él se acerca más a mí.
— Que si ves que no puedes aguantar un mes, dejaré el equipo, pero dejar al equipo sería pagarle una indemnización y no es algo que pueda permitirme ahora, París.
— No quiero que dejes la NFL, es tu sueño.
— No quiero que lo nuestro acabe por mi sueño.
— No digas tonterías, Ethan —me giro y voy a la cocina.
— No son tonterías, París. Llevo tres años detrás de ti. ¿Crees que me importa la NFL?
Lo miro con el ceño fruncido. Claro que le importa la NFL, quizás esté igual de amargado que yo con su representante pero la sonrisa que se le pone cuando pone un pie en el campo de juego...
La NFL es su sueño. Es el sueño de muchos y él ha logrado alcanzarlo porque es bueno, muy bueno. ¿Desperdiciar esta oportunidad por mi? No.
Cojo la taza entre mis manos pero ya no tengo ganas de beber el té.
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VERSUS
Dla nastolatkówTu paso por la Universidad siempre marca un punto importante en tu vida. Hacer nuevos amigos, ir a fiestas, quedarse dormida en clase, animar al equipo en los partidos de fútbol y conocer demasiado bien al amante de tu amiga. Paris Duch no se imagi...