6; Jugando con fuego

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Sonrío a mi acompañante y él me devuelve una sonrisa. Ethan está contando alguna anécdota que le ha pasado mientras juega para que no sea incómoda la situación. Heidi ha estado la mayor parte del tiempo callada, y ahora, sigue igual mientras nos tomamos algo en un pub.

Estoy sentada en un pequeño sofá al lado de Dave y nuestros amigos están justo al lado. Tengo la mano del quarterback en mi pierna a veces y Heidi nos fulmina con la mirada la mayor parte del tiempo.

Estoy pasándomelo bien a pesar de que Heidi me haya amenazado mil veces. Sabe que tiene las de perder, no es bueno jugar conmigo, y ella, lo está haciendo, o bueno, intentándolo.

— Me alegro que habléis sin discutir —les digo a los dos chicos—. Sé lo importante que es el fútbol para vosotros.

— Bueno, ahora mismo no estamos en el terreno de juego —Ethan le da un sorbo a su copa y miro a Dave.

— Exacto —contesta el rubio—. No tenemos por qué matarnos fuera del terreno de juego, no hay nada con lo que competir fuera.

— Ah, ¿no? —Heidi tiene toda nuestra atención y la miro con una sonrisa en mi rostro, esperando que diga algo, pero no lo dice.

— ¿A qué te refieres? —Le pregunta su novio.

— A nada. Voy al baño, ¿me acompañas Paris? —Se levanta y me mira.

— No, gracias, estoy bien aquí.

Su mirada de "ven al baño antes de que me arranque los pelos" hace que levantarme y seguirla por el pub hasta llegar al servicio. Va tan enfadada que me da un poco de miedo entrar con ella, pero lo hago.

— Tenemos que irnos —dice mirándose al espejo.

— ¿Tenemos? Veo a Dave a gusto, no creo que quiera irse —saco el pintalabios de mi bolso y la echo a un lado para pintarme los labios.

— Dave es mío.

— Mientras Ethan esté delante, no, así que, deja de comportarte de manera infantil, tú infidelidad nos ha metido en este lío a los dos. Yo estaba muy tranquila perdiendo mi tiempo viendo Netflix.

Heidi suspira pesadamente y mueve sus manos intentando relajarse. Guardo la barra de labios y la observo. Es una persona que necesita tenerlo todo bajo control, y ahora, no lo tiene.

No es mi amiga, o por lo menos no desde que me chantajeó. Ahora solo es mi compañera de habitación, y supongo que para ella soy lo mismo. ¿Alguna vez me vio como una amiga? No lo sé, y tampoco voy a preguntárselo.

— Deberías pensar mejor lo que dices —digo poniendo mi mano en el pomo de la puerta—. Chantajearme en tu posición fue lo peor que pudiste hacer.

— ¡Ibas a dejarme tirada! ¿Y si Ethan nos pillaba? ¿Qué excusa le pondría?

— Es tu problema, no el mío —abro la puerta.

— Pensé que éramos amigas, las amigas se ayudan.

— Ya... —hago una mueca—, yo también pensé lo mismo.

Vuelvo al asiento y Dave me mira de manera interrogante. Sabe que hemos estado hablando en el baño y está deseando saber el qué. Heidi no disimula su cara y Ethan la mira extrañado.

— ¿Todo bien? —Pregunta pasando una mano por la pierna de ella.

— Me gustaría irme, no me encuentro bien —dice.

— Claro, vámonos entonces —se levanta y pongo mi mano alrededor de la muñeca de Dave para que se quede dónde está.

— Nosotros nos quedamos un rato más —les sonrío—. Ni siquiera me he terminado la bebida.

VERSUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora