20. Yellow lights

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Miro mi reflejo en el ascensor y me quito un poco el rímel corrido con mis dedos. Hoy estoy sumamente agotada. Pensé que apuntarme en el gimnasio e ir temprano antes del trabajo era una buena idea, pero ahora me doy cuenta de que es una idea pésima.

No puedo con mi vida, en serio, me pesa el cuerpo veinte toneladas y estoy deseando ducharme e irme a dormir.

Salgo del ascensor cuando llega a mí planta y me quedo sorprendida al ver a Ethan allí.

— Hola —guarda su teléfono en el bolsillo de su abrigo.

— Hola, ¿qué pasa? —Saco las llaves del bolso.

— Pensé en venir a verte, apenas hemos hablado y bueno... Sé que has estado ocupada —me sigue dentro del apartamento.

— Levantarme temprano no es lo mío —dejo el bolso en la encimera.

— Ya, nunca lo ha sido.

— ¿Quieres algo de beber? —Abro el frigorífico y veo las dos latas de cerveza que me quedan. Tengo que ir a comprar.

— No, no, yo... Tengo dos entradas para ver a Harry Hudson dentro de una hora y media y quiero que vengas conmigo.

Cierro el frigorífico y lo miro. — Estaban agotadas.

— No tan agotadas como parecía. ¿Quieres venir?

— No te gusta Harry Hudson.

— Bueno, puede que tenga canciones realmente buenas, en realidad. Quizás no le presté demasiada atención en su día —se encoge de hombros.

Sonrío. — ¿En cuánto tengo que estar lista?

— Media hora.

Corro hacia el baño. Estar lista en media hora es una habilidad. Me ducho, me seco el pelo, me maquillo y me pongo guapa para ir al concierto. Estoy más emocionada que una niña pequeña, pero intento no exteriorizar la emoción que me hace ir.

No entramos por donde entra todo el mundo, claro, pero si estamos en la zona VIP, que es una parte pequeña delante del escenario.

— No puedo creer que hayas podido conseguir entradas —me giro para mirarlo porque aún el concierto no ha empezado.

— Bueno, ser jugador de la NFL tiene sus ventajas también, no todo iba a ser malo.

Sonrío, creo que es lo único que he hecho desde que me dijo que vendríamos. Había estado viendo las entradas con Eric pero no quedaba ninguna porque nos enteramos tarde de que vendría.

— Supongo que sí es una gran ventaja.

Mamá me había dicho que ella había sido la que le había dicho a Ethan dónde vivía. No es que fuera un secreto, pero no me hubiera importado decírselo yo, o quizás ver si el preguntaba por lo ubicación. Aunque viendo esto, sí, seguro que hubiera preguntado.

No entendí a Heidi y sigo sin entender qué le llevó a serle infiel a Ethan. ¿Se comportó él con ella como lo hace conmigo? ¿Era igual de atento y detallista? Para mí sí, pero claro, eso es lo que yo veía desde fuera. Una relación perfecta que en realidad no lo era.

¿Hubiera el cogido en peso a Heidi después una fiesta para que ella no caminara descalza por la calle? No lo sé, pero lo que sí sé es que la sacó de una pelea en un bar cuando vino la policía, y también gastó sus ahorros en un viaje a una cabaña para intentar solucionar lo que le pasaba a ella con él. Viaje al que ella no fue por estar con Dave.

Así que, ¿qué tenía Dave que Ethan no? Nada, absolutamente nada.

Y la pregunta más importante por la que casi mato a Eric el otro día. ¿Cómo diablos sabe Ethan que he tenido algo con Dave?

VERSUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora