Los Villalpando 2ª Temp. ➸ Alonso Villalpando | CD9.

Capítulo 20

Hoy ya era otro día, domingo. Así que por lo menos puedo dormir unas horas más.
Eso hasta que alguien interrumpa eso.

- Despierta dormilona.- susurraron sobre mi oído. Argh que molesto.

Me moví un poco de posición.

- Hey, despierta. No te hagas la dormida ehh.- ahora reían. Más vale que se aleje o me molestaré.

- Am...- pero para ese entonces había abierto los ojos y lo interrumpí.

- ¿Qué quieres? Déjame dormir Alonso.- bufé. Acomodé la almohada y me giré del otro lado dándole la espalda.

- ¿Aún tienes sueño? Por dios ____ son las 11:30 am, ya es tarde.

- No me interesa, quiero seguir durmiendo.

- Pero yo no quiero que lo hagas.- y ahora me abrazaba de la cintura.

Muy cariñosito estás Villalpando, primero me hablas cómo se te pegue la regalada gana y ahora me habla con "cariño". Pues que se aguante porque ahora yo soy la molesta.

- Déjame dormir de una buena vez. Me canso toda la semana y el único día que puedo descansar bien es hoy. Y tú vienes a molestar, ten al menos un poco de consideración Villalpando Camarena.- dije y quite sus estorbosos brazos de mi cintura.

- Perdón, yo sólo quería tener una buena mañana junto a mi esposa.- reprochó.

- Claro, pero bien que ayer ni la palabra me dirigías o me respondías todo serio.- ahora era yo quién reprochaba.

Me giré para verlo.

- Claro que no amor.- se "defendió".

- Por favor, no me quieras ver la cara de idiota. Sé muy bien cómo estabas, no vengas a decir que no es cierto.

- Bueno yo...- lo interrumpí.

- Nada Alonso, no mientas y sé muy bien porque. Lo diré directo; el bebé.- solté. Que para ser sinceros fue cómo si cayera una bomba sobre la casa y la explotara a mil pedazos; la cara de Alonso había cambiado totalmente.

- ¿Por qué SIEMPRE tienes que meter a ese bebé en la conversación?- dijo levantándose de la cama muy molesto.

- No es ese bebé, también es tuyo.- recalqué. También ya me había levantado de la cama molesta.

- Te hice una pregunta ____.- evadió mi aclaración.

- Bien, contestaré tu tonta pregunta. Meto a la conversación a ese bebé cómo tú lo llamas porque es la pura verdad. No lo quieres.- dije casi de un grito.

- Por favor, que tonterías dices.

- Ya deja de hacerte el idiota, no me vengas con esas cosas porque desde el día que te dije no reaccionaste de una buena forma y más aparte dijiste que cómo era que íbamos a tener otro. Es obvio que no lo quieres, siempre evades el tema, haber dime ¿Cuándo hemos hablado sobre eso? ¡Nunca! Ya que el señor hace sus cosas.

- Mira a mi no me levantes falsos.- dijo y me ya ni tomado fuerte de la muñeca.- Tú no sabes nada.

- Suéltame idiota.- le grité.

- Ni que te estuviera haciendo algo.

- ¡Me lastimas!- comencé a golpearlo en el pecho pero aún así no funcionaba.

- Te estás comportando cómo una adolescente berrinchuda, por dios ya deja eso.- se exclamó.

- Suéltame ya Alonso.- si seguía así no iba a soportarlo.

- Bien, te soltaré ya porque te lastimo.- dijo con sarcasmo después de soltarme.

- Eres un idiota.- confesé. Miré mi mano y en efecto ya tenía rojo en la muñeca.

- Argh, tus insultos me tienen harto. Me voy de aquí, háblame cuando dejes de portarte así.- fue al armario tomando ropa y luego salió.

¡Es un idiota! Y lo que le sigue.
Nunca va a aceptar que le diga sus verdades sobre el bebé. Tomé mi muñeca y empecé a sobarla un poco.
Unas cuantas lágrimas salieron de mis ojos ya que sí me había provocado mucho dolor.

- Mami...- Avril entraba a la habitación.

- ¿Sí, princesa?- pregunté mientras que ocultaba mi muñeca roja.

- ¿Todo bien?

- Sí, ¿por qué?- ahora estaba confusa.

- Es que oí gritos tuyos y de mi papi, por cierto ¿dónde está?

- Ah, no es nada...sólo jugábamos y tu papá creo está abajo.

- Oh..por cierto, tengo hambre.- me dijo.

- Vale, vamos a que te prepare algo.- tomé su mano y juntas fuimos a la cocina.

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Bueno ya, subo capítulo porque si no me matan jajaja :(.