Capítulo 25

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Maratón (3/5).

Era Alonso ¿qué demonios hace aquí? No se supone que debe estar en el trabajo.

- Oh..mira nada más que nos encontramos.- dije ya que él estaba de lado pero aún así no me veía. Había cruzado mis brazos, al oírme noté cómo se tensó.

- ____....- no lo dejé terminar cuando golpee su mejilla de una bofetada que le solté.- ¿Qué te pasa?- dijo exaltado mientras se sobaba la mejilla.

- ¿Cómo que qué me pasa? No que muy acá trabajando y toda la cosa, mientras una toda jodida en la casa. Eres un idiota de lo peor Villalpando, yo sintiéndome mal, ahora tratando de cuidar a los niños que no sé porque no los llevaste a la escuela y mientras tú aquí vienes por cerveza para después irte allá a emborracharte y engañarme con tu maldita secretaria ¿verdad?- dije golpeando su pecho.

- ¿De qué hablas? Te estás yendo al extremo amor y estás sacando conclusiones sin antes saber la verdad.- dijo de lo más tranquilo ¿cómo puede hacer eso?

- No me interesa saber la verdad. Eres un idiota, seguro también los chicos estarán ahí ¿verdad? Oh pero deja que le diga a mis amigas, para que los aplaquen.- tomé mi celular.

- No amor.- lo agarró y se lo guardó en el pantalón.

- ¿¡Qué te pasa, idiota!?- le grité.- Dame mi celular.

- No te lo daré, puedes cometer una locura.- me dijo.

- Locura la que habrá si no me das el maldito teléfono.- ya estaba muy molesta.

- Haber, quiero que te calmes, te relajes porque aparte de enojarte y todo eso, les hará mal.

- Ahora sí muy preocupado por el bebé ¿no?- dije sarcástica.

- ¡Tranquilízate!

- ¡Papá!- unas voces se escucharon a nuestras espaldas.

- ¡Hey! ¿Dónde estaban?- los saludó.

- Vengan niños, tenemos que seguir comprando las cosas.- los llamé pero no me escucharon, más bien fueron con Alonso a abrazarlo.

- ¿No estabas en el trabajo?- le preguntó Avril.

- Sí pero...- les interrumpí su plática.

- Niños vámonos ya.- insistí.

- Pero y ¿mi papá?

- Voy a ir con ustedes.- interfirió.

- No hace falta, nosotros podemos ir por las cosas y tú has tus cosas, seguro debes estar muy ocupado.- dije con sarcasmo.

- Sí, ocupado para acompañarlos. Vamos.- subió a Avril de nuevo al carro del supermercado. Ángel volvió a manejarlo y yo caminé, entonces él caminó junto a mi pero tomando mi mano.

Solté su mano bruscamente y seguí caminando. Escuché cómo suspiraba.

- ¿A dónde iremos ahora, mamá?- me preguntó Ángel.

- Vamos por helado que quiere Avril.- le respondí.

- ¡Yei!- sonrío Avril y seguimos caminando hasta llegar.

- ¿De cuál helado, Avril?

- De fresa.- ahora se expresaba emocionada.

Me iba a acercar al refrigerador pero una mano me detuvo, ¿quién más? Alonso.

- Yo lo hago.- ni siquiera me dejó protestarle porque él ya se había acercado.

Abrió el refrigerador y sacó el helado que pidió mi hija, después lo puso sobre el carrito junto a ella.

- Bien, ahora vamos por cereal.- dije y caminé. Detrás de mi venían ellos.

Compramos más cosas hasta que tuviéramos todo lo que hacía falta en casa. Alonso trataba de acercarse a mi pero yo lo evitaba, enserio estaba molesta ¿quién no lo estaría después de eso?
Al tener que pagar en cajas del supermercado tuvimos una pequeña discusión ya que yo estaba por pagar pero él no me dejaba, seguro lo hacía para quedar bien conmigo y "se me quitara el enojo".
Después volvimos a discutir cuando ya teníamos las cosas en el auto y nos íbamos a ir, él quería ir a la casa ¿no se supone que tiene trabajo? ¿¡Lo ven!? Es un maldito mentiroso, quién sabe si también haga eso diario.

Al final me harté de sus tontas palabras de "ya no te pongas así y me iré con ustedes". Así que se fue con nosotros, obvio él en su auto y yo en el mío que por cierto Avril quiso irse con él, era obvio.

Los Villalpando 2ª Temp. ➸ Alonso Villalpando | CD9.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora