Capítulo 21

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Bajé con Avril hacia la cocina.

- ¿Qué vas a querer de desayunar?- le pregunté.

- Hot cakes.- me dijo sonriente.

- Vale, ve a ver la televisión en lo que hago tu desayuno ¿sí?- asintió y después se fue.

Saqué las cosas que debía ocupar y empecé a prepararlas, también estaba haciendo un jugo de naranja natural.
Minutos más tarde terminé y serví en cuatro platos.

- ¡Avril ya ven a comer!- la llamé y a los segundos ya estaba junto a mi.

Puse los platos sobre la mesa y después regresé por los vasos de jugo.

- Oye mami, mi papá no está aquí.- dijo mientras se sentaba.

- Oh, seguro anda en el jardín o no sé.

- Tampoco está ahí.

- Vine tan rápido cómo pude.- dijo Ángel al llegar a la mesa algo agitado.

- ¿Qué te pasa?

- Nada, pues llamaste a Avril para la comida y también vine yo. Cielos ya moría de hambre mamá, esto se ve delicioso.- se sentó y ya podía saborearse el desayuno. Es muy comelón mi hijo.

- Anda, come ya.- dije riendo.

Se escuchó una puerta abrirse, me giré encontrándome a Alonso ya cambiado de ropa por cierto, estaba con una playera blanca y unos pantalones negros, más sus tenis; había entrado por la puerta principal y con una bolsa.

- Papi ¿dónde estabas?- preguntó mi hija.

- Salí a comprar algo, comprarles algo.- se corrigió.

Dejó la bolsa sobre la mesa y Avril de curiosa la abrió para ver qué traía.

- Les compré empanadas para desayunar.- dijo. Avril sacó una y pareciera que se le salen los ojos, miraba con felicidad la comida, pues le encantan y ni se diga de Ángel.

- Genial, quiero tres.- Ángel las agarró y las puso sobre su plato para después comerlas, también Avril.

Bien, yo aquí con mucho sueño y haciendo esfuerzo para darles de comer a mis hijos y llega éste idiota con comida hecha, lo peor es que mis hijos prefirieron esa. Pues que se vayan a comer sus empanadas.
Alonso se sentó y también comió junto a los niños.

- ¿No vas a comer, mamá?- me preguntó Ángel.

- No, no tengo hambre, gracias.- dije mientras yo sólo los miraba comer esas cosas.- Provecho.- me levanté y fui a la sala, me estaba empezando a marear un poco.

- Recojan la mesa niños, yo lavaré los trastes.- eso se escuchó de la boca de Alonso después de terminar de comer sus tontas empanadas.

Ellos lo obedecieron y recogieron, al menos hará algo productivo hoy. Después ellos llegaron conmigo a la sala.

- Mm mami..- me dijo Avril.

- ¿Sí?

- ¿Podemos ir al parque? Quiero ir.

- Sí, yo quiero salir con mi patineta.- le secundó Ángel.

- No lo sé, quién sabe si su padre quiera.

- ¡Papá! ¿Podemos ir al parque?- Ángel le gritó desde aquí.

- Seguro.- le respondió.

- Ahí está, sí quiso.- me sonrió.

- Bien, pues ahora vamos. Pero vayan a cambiarse primero.- ordené. Ellos subieron a sus habitaciones mientras yo apagaba la televisión.

Me levanté y caminé a las escaleras, justo en ese momento Alonso iba saliendo de la cocina, por un momento me miró pero lo ignoré.
Entré a la habitación y busqué mi ropa, me vestí y maquillé un poco, me amarré el cabello de una coleta y salí de ahí. Bajé a esperarlos, pero creo era al revés, ellos ya estaban abajo tan rápido.

- Vamos.- dijo Avril emocionada. Alonso tomó su mano y juntos salieron.

Ángel tomó su patineta y salió junto a mi.
Caminamos unas cuantas casas, pues no quedaba tan lejos y llegamos al parque.

Ángel de inmediato se subió a su patineta y se fue de aquí.

- ¿A dónde irás a jugar, princesa?- le dijo Alonso.

- A los columpios pero..¿me podrías empujar?- preguntó.

Cómo yo no haré nada, me sentaré en unas bancas, así que lo hice.

- Pero..mamá se quedará sola aquí.- respondió.

- Oh cierto..- dijo un tanto desanimada.

- No, por mi no se apuren. Estaré bien.

- ¿Segura?- me dijo.

- Sí.

- ¿Por qué no mejor vienes? Así te veo y estoy menos preocupado. Además si quieres te subes a un columpio.

- No gracias, aquí estaré bien.- repetí pero ahora más seria.

- Vamos amor, tampoco quiero dejarte aquí sola.- insistió.

- Alonso voy a estar bien.- me levanté de nuevo.

Creo que me levanté muy rápido porque de nuevo me estaba sintiendo mareada.

- Amor ¿te encuentras bien?

- Sí, ya váyanse.- dije tratando de tranquilizarme.

- ¿Segurísima?

No logré diferenciar lo que dijo, lo escuchaba lejos y de repente todo se volvió negro haciendo que escuchara un grito de último.

- ¡____!- era Alonso.

Los Villalpando 2ª Temp. ➸ Alonso Villalpando | CD9.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora