Capítulo 59

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El camino hacia la cafetería fue bastante incómodo ya que los dos íbamos en silencio, pero logré distraerme con el pequeño Alonso ya que él estaba de travieso e inquieto, mientras su padre sólo nos daba una rápida mirada por el retrovisor.

En 20 minutos ya estábamos en una cafetería, bajé de su auto para ir atrás y bajar al bebé, pero Alonso me ganó y se lo llevó cargando hasta adentro.
Nos sentamos en una mesa y pedimos un café, el pequeño Alonso lo habían sentado en una silla especial. Hubo un pequeño silencio de nuevo, hasta que por fin habló.







- Mmm...¿Y cómo estás?- dijo mientras le movía café.

- Bien...¿Tú?- lo miré.

- También...¿Qué tal los chicos?

- Bien.

- ¿Ya no han causado problemas?- me miró.

- Pues según yo, no. Todo ha estado bien.

- Me imagino...- sólo lo miré-. Escucha, he estado estas semanas pensando todo bien, con tranquilidad y en primera quiero pedirte perdón. Sé que mi enojo puede llegar a otro nivel y estar a punto de pegarte...o bueno...te he pegado, créeme que en ese momento no sabía lo que hacía y quiero que me perdones, no sólo por esta vez, las demás veces y en cualquier otra situación que me he portado como un idiota, con lo del pequeño Alonso y todo. Ésta vez si llegué a los límites ya que nuestros hijos estaban ahí presentes.

- Está bien, también yo he tenido la culpa. Ésta vez fuimos los dos los culpables y también debo pedirte una disculpa, sé que a veces exagero las cosas pero es que me preocupo.

- Lo entiendo. En ese asunto de Ángel sí debí dejar el trabajo e irme, total, soy uno de los jefes pero...

- No querías ir en ese momento, lo sé.- lo interrumpí.

- Sí quería ir pero con calma, lo llevaste a la exageración. Sé que está mal irse de pinta y preocupa, pero no creía que le pasaría algo.

- Alonso, tiene casi 14 años, apenas va creciendo y no sabe bien de estas cosas. Tú viste cómo terminó golpeado aunque no se haya ido lejos.

- Así son los chicos ¿Olvidaste que yo también me pelee con alguien? ¿Olvidaste que también nosotros nos fuimos de pinta?

- Estábamos en preparatoria y por si no recuerdas, fue en el último año.

- Es casi igual, pero te aseguro que estos chicos eran de irse al parque de diversión, al cine o cosas así. No creo que a cosas malas.

- Realmente no sabes nada Alonso, los tuvieron que suspender una semana y uno de esos chicos lo expulsaron ya que llevaba droga a la escuela. Yo no quiero que Ángel ande en esas cosas. Se está juntando con malos chicos y no quiero que tome malas decisiones, nosotros éramos más grandes y sabíamos más sobre esto, él no.

- Por favor, él es inteligente y no andaría en esas cosas.

- Tú no sabes lo qué pasa dentro de la escuela ni yo tampoco, de igual forma debemos cuidarlo.

- Bueno como digas.- suspiró y bebió de su café.

- Y bueno, con Avril también ya debemos ponerle un alto.

- ¿Por qué?- dijo confuso.

- Porque se está volviendo rebelde y eso de pasarla todo el día con el teléfono no está bien. Ángel se quejó que ella tiene un teléfono mejor que el que tiene.

- Yo no le veo nada malo, todos usan esos teléfonos.

- No a los 11 años.

- Bueno, se arreglará eso. También con su rebeldía..

- De acuerdo.- suspiré.

- ¿Y con Alonso? Creo que necesita muchos pañales.- rió.

- Sí, bastantes.- solté una pequeña sonrisa.

- Muchos juguetes también.- después me miró-. ¿Y qué pasará sobre nosotros?

- No sé...- tardé en responder.

- Yo no quisiera que se echaran a perder 13 años juntos...

- Pues no. Pero creo que mejor deberíamos empezar a solucionar los problemas con nuestros hijos, después vemos sobre nosotros...

- Tienes razón.- suspiró. El pequeño Alonso empezó a llorar y yo lo cargué-. ¿Qué tiene?

- Creo que se acaba de hacer del baño.- dije al verlo.

- Oh ¿Traes sus pañales?

- No, no traje nada...

- Cierto ¿Quieres que vaya a comprarle unos?

- No, en casa tengo muchos paquetes. Mejor vamos y allá lo cambio ¿Está bien?

- Sí, claro. Iré a pagar la cuenta y si quieres ve al auto con él.- dijo y se levantó.





Abracé al pequeño Alonso y me fui con el al auto. Más tarde Alonso llegó con nosotros, nos subimos y él condujo hacia la casa.

Llegamos y entré de prisa ya que el bebé no dejaba de llorar. Subimos a mi habitación y ahí lo cambié, después Alonso lo llevó a sus brazos.






- Creo que por un momento se me había olvidado cómo se cambiaba el pañal. Ahora que te vi ya recordé.- dijo de una sonrisa.

- Créeme, me pasó también...

- Y también extrañaba cargarlo, creo que pesa un poquito más ¿No?- me miró.

- Sí, sólo un poco. Ha estado comiendo mucho, come y se duerme, casi todo el día se la pasa así.- sonreí.

- Dormilón como su padre.- rió y besó su frente.

- Oye...

- Dime.- puso su mirada en mi.

- En dos semanas más ya se acaba el mes y...bueno, es el cumpleaños de Ángel.

- Oh sí ¿Planeas organizarle algo?

- Sí, tal vez sólo invitar a unos cuantos amigos de él y ya sabes, nuestros amigos y a nuestra familia. Pero bueno... no sé si tú quieras o puedas estar aquí. Digo, eres su papá

- Claro que estaré aquí, eso jamás lo dudes. No me perdería sus cumpleaños... si es que tú me permites estar, yo aquí estaré.

- Sí, por supuesto

- De acuerdo, puedes ir organizándola y me dices cuánto dinero gastaste. Yo después te lo doy, de eso no te preocupes.

- Bien.

- Bueno yo... creo que debo irme. Tú tienes cosas que hacer y yo, bueno... aún no he ido a trabajar.

- Sí, espero no tengas problemas con eso.

- No, sólo Jos según me regaña pero ¿Cuando me ha importado?- rió.

- Bueno.- reí también.

- Nos vemos pequeño.- besó por última vez al bebé-. Te entrego a éste traviesillo


Cargué al bebé.




- Nos vemos...- sólo se acercó un poco y me dio un medio abrazo rápido, ya que no podía por el bebé. Después se fue.

Los Villalpando 2ª Temp. ➸ Alonso Villalpando | CD9.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora