Capítulo 26

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Maratón (4/5).

Llegamos a casa y bajamos, Ángel me ayudó a bajar las cosas ya que el señor Villalpando aún no llegaba, en el camino se desvió, no sé a dónde se fue con Avril pero tienen que volver ya, en cualquier momento.

Acomodaba las cosas que bajaba Ángel en el refrigerador cuando alguien me sostiene de la cintura impidiendo que continúe acomodando las cosas.

- ¿Necesitas ayuda?- hablaron sobre mi oído. De mala gana me zafé de su agarre.

- Déjame en paz.- bufé.

- ¿Aún sigues enojada?

- La pregunta es tonta, Villalpando.- seguí acomodando.

- Perdóname amor, no sé porque te enojas.

- ¿Por qué me enojo? ¿Por qué? Es lógico.

- Bueno, dímelo porque yo no sé.

- ¿Para qué te digo si no vas a entender?

- Si entendería.

- Claro.- dije con sarcasmo.

- Vamos amor, ya no estés así.- insistió.

- Dime mejor ¿por qué llegaron hasta ahora y se desviaron?

- Oh, es que pasamos a comprar un helado.- sonrió.

- ¿Por qué no nos dijeron? También le pudiste comprar a Ángel ehh.- protesté.

- Sí, lo siento. Lo olvidé.

- Cómo digas.- suspiré.

- Amor, hablo enserio. Tranquila.

- Mejor ponte a ayudarme o déjame terminar lo que hago.

- Te ayudo mejor.

Seguí metiendo las cosas al refrigerador y él me ayudaba.
Terminamos y salí de la cocina para ir con los niños que ellos se encontraban acostados sobre el sofá.

- ¿Tienen hambre?- pregunté.

- ¡Sí, yo tengo mucha!- dijo Ángel.

- Pero si me quitaste mi helado, Ángel.- protestó Avril.

- Pues oye, no me trajeron.- respondió algo molesto.- Así que me debes un helado, papá.

- Sí, lo siento.- Alonso rió.

- Bueno..¿qué quieren comer?

- ¡Pizza/Hamburguesa!- dijeron al mismo tiempo los niños.

- Decídanse, sólo haré una cosa.- reí.

- Pizza.- dijo Avril.

- No, hamburguesa.- le dijo Ángel.

- Tranquilos, no vayan a pelear.- me interpuse.

- ¿Por qué no mejor a Avril le pedimos pizza y a Ángel le hacemos la hamburguesa? Así todos contentos.- propuso Alonso.

De inmediato lo miré con cara de pocos amigos.

- Sí, es una gran idea papá.

- No gastaré en hacer y pedir la comida que quiere cada uno.- dije molesta.

- No te preocupes de eso amor, yo lo hago.- me guiñó un ojo.

- Cómo quieran.- suspiré.

- ¿Qué vas a querer tú, ____?- me preguntó.

- Nada.- respondí de inmediato.- Bueno, en ese caso yo me voy a la habitación.- dije y subí las escaleras.

Entré, me senté sobre la cama y me quité los zapatos para después acostarme. Miraba el techo tranquilamente pero después todo se esfumó.

- Amor ¿tú qué vas a querer comer?- me preguntó Alonso.

Suspiré ya cansada.

- Nada.

- Sabes que tienes que comer algo.

- Alonso ya lo sé, no tengo 3 años.- bufé.

- Bien, sólo te decía ya que me preocupo por ti. Perdón.- salió de la habitación.

Volví a suspirar y así estuve vario tiempo hasta que después empezaba ya a gruñir mi estómago, argh.
Lo peor de todo era que ya olía a hamburguesa hasta acá arriba.

Rendida decidí bajar y haber qué pasaba. Llegué y Avril ya estaba comiendo su pizza que estaba en la mesa y Ángel esperando ansioso su comida, aunque se notaba muy hambriento.
Alonso supongo que estaba cocinando. Me dirigí a la cocina.

- Oh, bajaste.- dijo cortamente.

- Sí.- dije mientras admiraba las hamburguesas, era un hecho que moría de hambre pero era raro esto. Nunca me había pasado así, supongo por el embarazo.

- ¿Vas a querer hamburguesa?- dijo después de un rato. Lo miré y tenía una cara rara, podía jurar que se quería reír por mi rostro todo hambriento.

- Emm no sé...- tú y tu estúpido orgullo ____.

- ¿Segura? Porque ya terminaré de hacer la mía y de Ángel, si quieres dime para que no apague la estufa y haga la tuya.

- Eh..pues está bien, no se me antoja mucho pero hazla.- mentí. Ya se me hace agua en la boca y no es bonito.

- Vale.- sólo dijo eso. Puso la otra hamburguesa en un plato y empezó a preparar la otra.- Lleva esas hamburguesas a la mesa y ve a comer, una es para Ángel.

- ¿No era tuya?

- Sí, pero te la doy. Yo me como la que voy a preparar ahora.

- ¿Seguro?- estoy a punto de irme.

- Sí, no te preocupes. Es lo mismo.

Y pues le hice caso, tomé los platos y los llevé hasta la mesa, los puse ahí.
Ángel agarró un plato y empezó a comer cómo loco.
Me acerqué el plato restante y le di una mordida, pequeña aunque ya moría por comer más.
De nuevo me quisieron dar ascos pero después se me pasó y seguí comiéndola a gusto. Más tarde Alonso llegó con la suya y ahora ya comíamos los 4, bueno 5...cuenta lo que llevo dentro.

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Jejejejejeje.

Los Villalpando 2ª Temp. ➸ Alonso Villalpando | CD9.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora