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-Gracias.

-No hay de que.-Se escuchó que la secadora había sido desconectada, sin embargo sintió una respiración cerca de su oído.-Tu secreto estará a salvo conmigo.

El menor sintió un escalofrío al escuchar aquel susurro, de pronto su semblante cambió al sentir unas manos que le abrazaban, a la vez que el mentón del mayor se había colocado en el hombro del chico.

-tu cabello huele muy bien.

TaeMin continuaba confundido debido a la reacción de su compañero de habitación, sin embargo no se negaba ni tenía ninguna queja, pues al contrario comenzaba a tener extrañas sensaciones en su estómago y corazón que palpitaba rápidamente.
Aquellas manos que tenía sobre su cintura habían atravesado las prendas del menor, por lo que se ruborizó al instante, escuchando una risita que le calmaba a sus nervios.

-Tranquilo, no me temas.-Para asegurarse de que el menor no tuviera miedo, besó de manera tierna la mejilla de este que abrazaba.

Aquel beso bajó hasta su cuello, donde continuaba con los movimientos de labios en este, TaeMin sólo cerraba sus ojos disfrutando del roce, provocando que este quedará débil y sumiso.

Fue ese momento en que TaeMin despertó de su sueño, se sentía asustado, giró su vista a la cama que tenía enfrente, viendo un bulto entre las cobijas, las luces estaban apagadas, miró la hora en su móvil viendo que eran las cinco de la mañana, aún tenía tiempo para seguir durmiendo, sin embargo no lo lograba, aquel sueño que había tenido se lo impedía.
Sin pensarlo, se puso de pie, se colocó sus sandalias y decidió salir a dar una vuelta por el campus de noche, tratando de despejar su mente.

Tomó asiento en una de las banquetas y decidió mirar las estrellas, eran pocas, pues parecía estar nublado, hacia un ligero frío en la ciudad pero aquel solo le quedaban sus brazos para abrazarse a sí mismo.
De poco a poco las estrellas se iban desapareciendo mientras el cielo cambiaba de color a tonos rojizos.

Su frío se detuvo cuando sintió una chaqueta sobre sus hombros abrazándole.

-Acaso, ¿te quieres resfriar?

TaeMin al mirar que su compañero de cuarto MinHo se había sentado a su lado, después de colocarle aquella chaqueta. Lograba detectar un sentimiento que jamás había experimentado anteriormente, aquello provocó que simplemente quisiera morder su labio inferior y no mirarle al rostro, ni siquiera dirigirle la palabra.

MinHo por su parte lo dejó pasar, y permaneció en silencio a su lado, los minutos transcurrían hasta que llegó el punto en que el sol salía de su escondite para dar los buenos días al mundo.

El menor dejó escapar un "Wow" por lo hermoso que se veía la vista del amanecer. Mientras que el mayor simplemente mantenía una sonrisa mirando el rostro contento del chico a su lado, comenzaba a creer que la belleza del amanecer no se comparaba para nada con la belleza del chico que tenía frente suyo.

Cuando gente se vio caminar por los alrededores, aquella dupla había decidido regresar a la habitación y prepararse para su día en clases.

El menor creía que aquel sueño se debia a su lectura que había tenido, por lo tanto había decidido en regresar aquellos libros.
Y así hizo, al terminar las clases regresó a su dormitorio y tomando todos los libros colocados en una bolsa reciclada de cartón se decidió en regresar aquellos mangas.

-¿Terminaste de leerlos? Es muy solicitado por muchas chicas hoy en día, ¿te has preguntado por qué siempre son las chicas quienes vienen por libros BL?.

-Solo quiero devolverlos.

-De acuerdo.-El chico de la tienda tomó la bolsa y comenzó a registrar aquellos libros, mientras el contrario se dirigía a la sección de "novedades" para ver que le llamaba la atención.-¿Vienes a dejar el minino espía? Ah. ¡TaeMin! El libro que querías ya está disponible!.

MinHo, Tengo Un Hijo... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora