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El despertar de TaeMin no había sido para nada bonito, mucho menos placentero, lo primero que dijo fue que le dolía fuertemente la cabeza, ni siquiera lograba ponerse de pie, MinHo a su lado se había levantado temprano, le preparó el té y se lo llevó hasta la cama junto a un medicamento para la resaca y un desayuno.

-De haber sabido que me dejarías tomar, me hubiera bebido una botella por completo de un solo trago.

-Eso hiciste.-Sin ninguna sonrisa, sopló el vapor que salía de la taza del té caliente para darle a su marido.

-Te prometo que no volveré a tomar de esa manera.

MinHo sin responder le dio su meñique para cerrar el pacto, con ello lograron que ambos pudieran sonreír se uno al otro.
Ambos desayunaron en aquel sitio, al terminar el mayor decidió dejar que su marido dormiera otro poco, aun quería hablar con él acerca del tema que tenían en la noche, pero sentía que aún no era el momento indicado.

Quería que su marido durmiera tranquilamente, pero sólo lo logró por unos diez minutos, porque al instante alguien tocó su puerta, la abrió llevándose la sorpresa de que era un adolescente.

-Hola.

-¿TaeYang? ¿Qué haces aquí?

-Hermanito, hermanito, ¿qué no sabes qué ahora soy conocido como Theo?

-Theo, TaeYang, seguirás siendo Choi TaeYang sin importar qué. Ahora dime, ¿qué haces aquí?

-La abuela dijo que viniera a entregarte esto, ¿aquí vives? Me lo imaginaba más grande.-Sin decir nada, entregó una canasta con varios embaces de vidrio al mayor y entró a la casa, como si fuera suya propia.

-¿qué? ¡Hyung! ¿Te casaste? Yo no sabía. Estaba muy ocupado en mi debut que no sabía que tenía cuñada, perdón, cuñado.-Mencionó observando aquella fotografía que tenían del día de su boda en un marco.

MinHo soltó un bufido, dejó la canasta en la cocina y fue rápidamente en retirar todas las cosas que tocaba aquel intruso que tenían en casa.
Fue ese momento en que TaeMin se había despertado un tanto somnoliento y miró al joven.

-¿MinHo? ¿Encojiste?

-No, soy Choi TaeYang, mejor conocido como Theo.

-Mi hermano.-Habló MinHo sin ninguna emoción en sus palabras, realmente no hablaba mucho de su hermano.

La vida de MinHo había sido perfecta, era el hijo único, deseado y querido por toda la familia, sin embargo un día, tuvieron la noticia de que tendría un hermano, una noticia que provocó que toda la casa se pusiera patas arriba.
Aquel bebé había nacido y todos los privilegios que MinHo tenía se los daban al más chico, toda la familia mostraba mayor interés en el bebé que en el hijo mayor. Algo que no le gustó a MinHo para nada.

Pero las cosas empeoraron, cuando sus padres trabajaban, el mayor mayor era el responsable de cuidar de TaeYang, si algo hacia mal el menor, la culpa era del mayor.

Es por ello que MinHo había escogido estar en internados, para no poder estar más al alcance de su hermano y mucho menos para ser su niñera.
No le agradaba hablar de él pues le recordaba mucho aquellos momentos en los que no toleraba pasar ni un segundo con su hermano menor.

Tal había sido un poco egoísta en el pensar de aquella manera, sin embargo eso había provocado que sintiera un desagrado hacia los infantes.

TaeMin miró sus pijamas, por lo que rápidamente se regresó a su habitación a cambiarse, colocándose algo cómodo y presentable para estar en casa con visitas.

-¿Qué haces aquí TaeYang?

-Mamá dijo que viniera a saludarte de su parte.

-¿acaso ella no podría venir?

-Ya sabes como es, se la vive del trabajo y papá también.-Casi nunca estaban de acuerdo aquellos sujetos, pero la última palabra la mencionaron al unísono.

TaeMin se sentía listo, por lo que salió y saludó con una sonrisa, pues aquel de verdad estaba muy entusiasmado en conocer a otro miembro de la familia Choi.

-Bien, ya saludé, ya entregué la canasta, me voy.

-Sí, ya deberías irte.

-¿Qué? Pero acaba de llegar, además en la noche llovió, debería quedarse un poco más.-TaeMin siendo agradable corrió hacia la cocina y sacó unas bolsas de papas fritas.-¿una película?

TaeYang miró a su hermano buscando una probación, pero cuando el mayor comenzó a negar, el menor aceptó.

-¿Ya desayunaste TaeYang?

-Lo hice, gracias por preguntar.

Aquel trio se había puesto a ver una película que recién se había estrenado en la plataforma de cine virtual y sin mencionar alguna palabra solo se mantenían concentrados mirando el televisor.

Al pasar las dos horas de película, el chico se despidió amablemente y decidió devolverse hacia su hogar, MinHo de nuevo soltó un bufido, pues creía que su pareja había sido demasiado amable con su hermano.

-Me agrada. No entiendo a qué se deben los gestos sarcásticos.

-Simple, él es la razón por la cual no me agradan los niños.

TaeMin al escuchar aquello pudo suponer lo que había pasado en su infancia o en la de su hermano, por lo cual sólo se dirigió en abrazar a su marido y besar su mejilla.

-Eso ya quedó en el pasado, él ya es mayor, y tu también, deberían aprender a convivir juntos y llevarse bien, después de todo es tu hermanito.

-Tae... No es tan fácil como crees.

TaeMin rodeó sus brazos en la cintura de su marido y le miró a los ojos, tenía una mirada que decía "Te amo", no había necesidad de pronunciar alguna palabra, con sólo esa mirada lo era todo.

-TaeMin... Anoche dijiste algo muy gracioso.

-¿Si? ¿Qué dije?

-Dijiste que querías un hijo.-Con ello, el chico se ruborizó de inmediato y cambió su mirada coqueta a una de nerviosismo.

Gracias a que su marido mencionó aquello, TaeMin se hizo una nota mental que tenía que tener cuidado con los mensajes que los señores Koh le mandaba, si en otra borrachera se encontraba, cabía la enorme posibilidad de que MinHo viera alguno de esos mensajes y todo se echaría a perder. O al menos eso fue lo que pensó.

Sus pensamientos se quebraron cuando escuchó a su marido hablar.

-Acepto, ayer dijiste muchas cosas que me convenciste. Tengamos un hijo.

-¿Qué?.

-Si, anda ve a la cama, tenemos que hacerlo.

-No, MinHo, espera.-TaeMin mantenía su rostro confuso y se separó del abrazo mirando a su pareja.-Eso no es posible.

-Lo sé, pero eso fue lo que dijiste ayer.

-Si, la verdad si quiero un hijo, pero yo se que tu no, entiendo está bien, esperare a cuando tu quieras. Aun somos jóvenes podemos hacer viajes y divertirnos.

-Tienes razón, perfecto, entonces organicemos unas vacaciones y salgamos todos los fines de semana. Hagamos nuestra juventud inolvidable.

Ambos estaban de acuerdo con ello, un plan que querían poner en marcha, sin embargo el dinero no se los permitía, por lo que ahora habían agregado "encontrar trabajo para TaeMin" a su lista, para poder organizar todos sus eventos deseados. Y tratar de vivir al máximo su juventud.

MinHo, Tengo Un Hijo... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora