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Debido a que el niño fue la sensación en esa casa, en ese día, el menor lograba sentirse tranquilo, no se había quejado para nada.
Incluso cuando llegó el hermano mayor de TaeMin quien también se sorprendió ante la noticia, le regalo aquellos peluches que sus ex novios le habían regalado, por lo que el niño había sido feliz.

Habían llegado con una caja de mandarinas y un niño, pero regresaron a casa con el niño y cinco kilos de peluches, varias fotografías digitales y un paquete de yogurt sabor fresa que la señora Lee había comprado para ella, pero al niño le había encantado así que terminó siendo un obsequio.

TaeMin seguía sin poder comprender todo lo ocurrido en su casa, lo había dejado atónito.

-¿Qué crees que opinen tus padres al conocer a Bomie?

Cuando MinHo escuchó la pregunta obtuvo una respuesta automática y negativa en su mente, ahora había comprendido que el menor escuchaba las conversaciones y entendía con perfección, por lo que el mayor respondió con un simple "No lo sé", ya que no quería decepcionar a nadie y creía que de esa manera, no lo haría.

Al llegar a su hogar, el cielo ya estaba oscuro, pero al menor no le importó la hora, había cenado en casa de sus abuelos e incluso obtuvo yogurt de postre, por lo que con energía comenzó a separar sus nuevos pasitos de felpa, por colores y tamaño colocándolos en el sofá.

MinHo y TaeMin veían una serie en trasmisión de televisión que salía por las noches a las diez en punto, por lo que nunca se lo perdían, así que prendieron el televisor y sentados en el suelo (ya que los peluches se encontraban en el sofá) comenzaron a ver su show, sin importar lo que el menor hacía.

"Nuestros hábitos no cambiaran con un niño en casa"
Fue lo que pensó Choi al escuchar la intro del programa, contento entrelazo sus dedos con los de su marido y juntos observaban la televisión.

Cuando el menor terminó de acomodar sus peluches decidió ir a por el amarillo y acercarlo a su padre TaeMin, provocando que le interrumpieran la vista, pero no le incomodaba, a diferencia de Choi, quien comenzaba a molestarse porque un oso amarillo aparecía en su vista.

-Niño... Estoy viendo el televisor, tu oso no me deja ver.

A los menores de la casa no les habían gustado la manera en la que MinHo había hablado, por lo que el infante decidió dejar su oso amarillo e irse a esconder a alguna parte, TaeMin lo perdió de vista, pero aprovechó el momento de pausa comerciales para reprender a su marido por no utilizar palabras bonitas y voz suave con el niño.

-TaeMin, ya sabes que no tengo paciencia, ¿cómo es posible que él si pueda quejarse cuando le tapamos la vista al televisor y yo no me pueda quejar cuando el lo hace?

-Es un niño.

-¿Y eso qué?

-MinHo, por favor, ten conciencia, él trata de ser feliz con nosotros, extraña a sus otros padres, te pido que seas más amable con él es todo.

El mayor simplemente bufó, sabía que un niño le causaría problemas en el matrimonio y eso no le agradaba del todo.

Antes de que comenzará su show, decidió ir en búsqueda del menor y tratar de hacer las paces con él, tomó el osito amarillo consigo y caminó por la casa.
Logró encontrar al menor en la habitación donde dormían, el menor estaba acostado en la cama cubriendose con mantas simulando que iba a dormir.

MinHo al verlo no pudo evitar dejar escapar una sonrisa, recordando una fotografía que había visto de TaeMin cuando era niño, en aquella imagen, TaeMin de cinco años estaba acostado en la cama haciendo un puchero porque no quería dormir además estaba en calzoncillos porque hacía calor. Por lo cual, al ver a su hijo en esa mismo estado le causó una ligera ternura.

MinHo, Tengo Un Hijo... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora