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El sonido de alarma sonaba una y otra vez, podía molestar a cualquiera que estuviera dentro de esa casa, sin embargo nadie lograba apagar el horrible ruido proviniente de la habitación del hijo menor de la familia Lee.

-¡Yaa!.-Gritó un chico en pijamas sentado en una silla y con su pie dar golpes leves a su hermano dormido.

TaeMin sentía dolor con aquellos movimientos, por lo que despertó ya que le estaban dando justo donde había recibido el impacto el día anterior.

-Vas tarde.

-No iré.-Mencionó volviéndose a colocar las mantas sobre él.

Su hermano se las quitó de una sola y mirándolo con el ceño fruncido.

-Entonces apaga ese ruido.-Mencionó buscando el móvil de su hermano para apagar la alarma, por ello debía sumejirse dentro de la cama junto a TaeMin para buscar dicho objeto, el menor comenzaba a reír recordando los viejos juegos que tenía con su hermano haciéndose cosquillas.

-Ya, ya, está apagada esta apagada.-Mencionó en búsqueda de piedad apagando la alarma que tenía en su celular ubicado debajo de la almohada.

-Al fin. Oye, ¿qué tienes ahí?.-Preguntó al observar que su hermano tenía un hematoma en su hombro.

El menor rápidamente se cubrió y dijo que no tenía nada, pero él mayor solamente gritó para que su madre le escuchara "mamá TaeMin está herido".
Dicha señal, la mujer rápidamente llegó a la habitación con el botiquín de emergencias en mano, lista para curar cualquier herida.

-Estoy bien, no pasa nada.-Se quejó intentando levantarse de cama. Pero su mamá no se lo permitió y comenzó a aplicar algunas pomadas o ungüentos sobre la herida de su hijo.

-¿Con quien te peleaste y por qué?

-No lo hice, me caí de la bicicleta.-Fue la excusa perfecta para eliminar la preocupación de su progenitora.

Aquella le dijo que tuviera cuidado y junto al mayor se retiraron de la habitación para que TaeMin pudiera prepararse para ir a sus estudios.

Cómo ya era costumbre, había llegado de nuevo tarde  a su clase, debido a que sólo demoró cinco minutos le autorizaron la entrada.
Este soltó un suspiro agotado y trató de colocar atención a la mayoría de sus clases y así continuó or el resto de su día.
Al concluir salía de su edificio de clases observando que reconocía a una persona que pasaba en frente de él.

-¿papá?.-Preguntó confuso siguiéndolo, aquel hombre no lo había visto, así que TaeMin debía ser cauteloso.

Su padre se dirigía hacia la oficina de los departamentos y habló con un sujeto. Espero hasta que aquellos terminarán de hablar y se cansó de su escondite por lo que salió y se dirigió a su padre.

-¿Qué haces aquí?

-Hijo, me alegra mucho que vinieras. Lee TaeMin te presento al señor Ko, es el encargado de los dormitorios de la facultad. Dormitorios que ahora serán tu hogar.

-Estás jugando, ¿verdad?.-El hombre negó y aquel soltó un quejido infantil.-¡¿Pero por qué?! ¿Por qué tengo que vivir en la escuela? Estar aquí es lo que menos quiero.

-Lo sé, también fui estudiante, sin embargo yo sí llegaba a tiempo.

-No, papá te prometo que ya me dormiré temprano y me levantaré a tiempo para llegar bien puntual a todas mis clases.

-Lee TaeMin tu habitación es la número 354, tus compañeros  cuarto ya están avisados sobre tu llegada, las puertas las cerramos a las diez, así que procura no llegar tarde.-Dichas palabras del Señor Ko entregó la llave al joven y se retiró.

Su padre dio leves palmadas al hombre de su hijo, y camino para que el menor lo siguiera, juntos se dirigieron a casa, ya no era necesario recoger la bicicleta si pronto.
Su hermano no se encontraba en ese momento en su hogar, solamente estaba con sus padres, lentamente comenzó a guardar sus cosas. Su madre le preparó su platillo favorito para comer, teniendo un ambiente un poco incómodo y silencioso.

-Hijo, lo hacemos por tu bien.

El menor asintió recordando que cuando su hermano estudiaba en la universidad también se había quedado en los departamentos que la facultad ofrecia. Ahora era su turno de irse, antes de partir de nuevo a la universidad decidió avisarle a su amiga quien le ayudó en sentirse mejor diciéndole: "piensalo, nadie te dirá que hacer o que no hacer, a dónde ir o a qué hora llegar, serás libre e independiente" ella tenía razón, aquello sin duda provocó que se sintiera feliz y listo para dejar su antigua vida y comenzar una nueva.

-Tu padre te llevará, me despido de ti ahora, hijo cualquier cosa que tengas que contarme, estaré aquí ¿si? Te escucharé y apoyaré sin importar la circunstancia.-Mencionó su madre sonriendo para brindar un abrazo a su hijo.

El menor agradeció devolviéndole la sonrisa y subir al automóvil con su padre que lo llevaría de vuelta a su universidad.

Sabía que ahora las cosas serían diferentes, pero no sabía con exactitud qué grado de dificultad podría tener, por los pasillos de los dormitorios había normalidad y tranquilidad, nada fuera de lo común.
Hasta que llegó a su habitación, donde un chico alegre le sonrió en la entrada.

-¡Bienvenido nuevo!. Soy Noh YoonHo de primer año.

-Lee TaeMin por cierto, ¿Solo seremos tú y yo aqui?

-Noup, hay otro chico, se llama MinHo. Pero él no está en estos momentos, creo que fue a entrenar, tiene beca por ser deportista.-A pesar de que estaban completamente solos susurró lo último.-Tu cama es esa, espero no te moleste dormir abajo.-Mencionó señalando la litera.

TaeMin negó y comenzó a acomodar sus cosas, YoonHo  le indicaba donde podría colocar sus prendas y demás.
Ayudándole comenzaron a tener una charla, el chico era completamente divertido por lo cual ambos lograron llevarse bien, había sido un agradable tiempo.

La noche había llegado y parecía que el novato dentro de los dormitorios se había acostumbrado fácilmente, tomó una ducha y al finalizar de cepillarse los dientes se acurrucó en su nueva cama, llevando un libro manga para leer debajo de las cobijas, con dos motivos; uno, era que nadie viera lo que leía y segundo, no despertar a su compañero que dormía temprano, ya que YoonHo tenía examen el día siguiente y necesitaba levantarse temprano para estudiar.

Dentro de los dibujos dentro de sus libros se observaba una escena donde un chico se encontraba en el patio de su casa y entre la oscuridad lograba ver una nave espacial sobre su casa, algo que causaba miedo al chico que leía aquello,su temor aumentó en el momento en que escuchó cuando alguien había entrado a la habitación.
Debido al miedo que sentía no se atrevía en asomarse a ver quien había sido, supuso que podría ser su otro compañero de habitación, pero no quería revisar, por lo que prefirió cerrar su libro y dormir abrazado de este.

Creía que sería difícil dormir cuando no estas en tu cama habitual, sin embargo no había sido tan complicado como esperaba, pues había caído rendido fácilmente dejándose llevar al mundo de los sueños y descansar sin ningún problema.

Al despertar escucho varias alarmas dentro de la habitación provocando que abriera los ojos al instante, el chico que dormía en la cama de arriba se dirigió al sanitario, mientras otro chico permanecía dormido, como si el ruido no fuera nada para él.

-¡Oh! Buenos días.-Saludó YoonHo al salir del sanitario y ver que TaeMin seguía sentado en su cama con los ojos abiertos.-No te preocupes por él, tiene sueño pesado, yo me voy.

Sin más, tomó su mochila y salió de la recámara. El de cabellos negros observó la hora, aún era temprano, podía dormir unos diez minutos más o tal vez veinte, sin embargo sus pensamientos hablaban y no le permitían volver a cerrar sus ojos.
"¿quién es tu nuevo compañero?" "tiene el mismo nombre que el chico que te rescató" "¿será un chico malo?" dichas dudas decidió espiar un poco.
Lentamente y de forma silenciosa caminó hacia la cama del otro chico y observó su rostro, quedando asombrado al ver que se trataba del mismo MinHo que ya había conocido en una situación incómoda.
Gracias a ello rápidamente se preparó para huir a sus clases y no tener que hablar o toparse con un MinHo despierto que fuera a reconocerle y hacerle preguntas acerca de los libros, la pelea o aquel rechazo a una comida.

MinHo, Tengo Un Hijo... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora