LUNA ESCARLATA (Namjin)

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El momento más temeroso para cualquier ser vivo es cuando se logra ver a sí mismo bajo ningún filtro, ese algo que está en el fondo de la mente y de lo cual no se puede escapar y Seokjin lo hizo, bajó al fondo, tan al fondo que, nada se interpuso ante su ser herido cubierto de llagas y entregado al miedo más grande que alguna vez tuvo.

Terminar perdido ante su sed de muerte, ante ese palpitar en el pecho estruendoso cuando percibe el sabor de aquel líquido cálido y rojizo en el paladar, no, se trata mucho más que eso, es el palpitar mismo que se ralentiza bajo las palmas de sus manos, es el sentimiento de apreciar la vida misma desprenderse de un cuerpo. El instinto es el que lo abruma por completo intentando hacerlo sucumbir hasta perder su mente racional.

Y mientras Seokjin sujeta su cabeza con fuerza luchando en contra de sus instintos de Rastreador, Namjoon lo observa y por primera vez en toda su vida se sorprende al no saber qué es lo que tiene que hacer. Seokjin se encontraba despotricando ante los sentimientos de amor que aún mantiene e su corazón cuando de pronto su cuerpo tembló, sujetó su cabeza con fuerza y emitía gruñidos aterradores.

No lo piensa con detenimiento, sabe que tiene que sujetarlo. Sin importar cuanto Seokjin pueda luchar en este momento, desaparece y vuelve a aparecer frente a él para tomarlo con fuerza. En el momento en el que rodea su cuerpo tembloroso con sus brazos siente un calor diferente, los latidos de su corazón son tan fuertes que todo su cuerpo los percibe con demasiada claridad, como si estuviera sosteniendo su corazón en la palma de su mano y tal vez sea de esa manera.

-Lo siento, perdóname, todo es mi culpa-dice Namjoon presionando con más fuerza sus brazos cuando percibe el aumento en la respiración de Seokjin y el ligero movimiento de que quiere hacerlo a un lado-no importa cuando quieras alejarme no me apartaré, no te dejaré, hasta el día en que mueras me tendrás aquí, sosteniéndote.

El gruñido en el pecho de Seokjin se elevó cada vez más hasta que Namjoon percibe una fuerza descomunal apoderarse del cuerpo de su amado y cuando intenta reprimir la exploción que está seguro que va a estallar, Seokjin alza una de sus rodillas para golpearlo fuertemente en uno de sus costados dejándolo por un segundo sin respiración. Namjoon se recupera con velocidad pero basta un segundo para que Seokjin desaparezca de su vista.

Los truenos y la lluvia no paran, el sonido de las gotas al caer y chocar con el suelo amortigua los movimientos de Seokjin haciéndolo desaparecer por completo. Namjoon ha dejado de ser su objetivo.

Al notar ese ligero cambio en el comportamiento de Seokjin, Namjoon empieza a aparecer por todo el valle hasta llegar a lo alto de una saliente y desde ahí logra percibir un ligero movimiento cerca de la orilla, es Seokjin intentando salir del valle, en sus manos sostiene las dagas de hoja carmín y al observar con atención percibe en sus movimientos que, esta vez no quiere ser encontrado. Su cuerpo se desplaza entre las rocas, en las sombras, sus manos y pies trepan con ligereza, igualando los movimientos de un felino en plena caza.

Namjoon desaparece y vuelve aparecer cerca de Seokjin, pero cuando llega ya no está. De esa manera empieza un juego tétrico del gato y el ratón.

Namjoon tiene la sospecha de que Seokjin quiere salir del valle para ir en busca de un pueblo cercano lleno de cambiantes. Su corazón y cabeza lo saben, su sed ha despertado junto con algo mucho más peligroso que el hambre voraz de un recién convertido. Si Seokjin llega a salir del valle con ese instinto de muerte y destrucción no habrá nada que pueda detenerlo.

Las gotas de lluvia empapa el rostro de Namjoon haciendo que sus ojos no puedan enfocar con claridad a Seokjin, quien parece encontrarse en todas partes y cuando puede percibir un ligero movimiento en una saliente que está a pocos metros del borde del valle, desaparece rápidamente y cuando vuelve a aparecer toma a Seokjin del tobillo cuando estuvo a punto de salir, sin embargo no esperó que su muy alocado esposo diera una voltereta hacia atrás para caer al fondo.

Sin esperar un segundo Namjoon va tras él, apareciendo a espaldas de Seokjin cuando clavó las dagas en las rocas para detener su caída, sin embargo cuando quiso desaparecer junto con Seokjin para llevarlo al fondo del valle, este alzó una de sus manos y empuñó la daga en el hombro de Namjoon, muy cerca de su cuello, con ello esperó ser soltado pero no fue así.

Pese a las múltiples heridas que Seokjin ya le había ocasionado y al estar sangrando por la herida que le causó cerca del cuello, Namjoon se negó a dar un paso atrás, lo sujetó con mucha más fuerza y desapareció para aparecer nuevamente en el fondo del valle junto con Seokjin.

La lluvia empezó a dar tregua, las gotas eran cada vez más pequeñas hasta que la tormenta se transformó en una ligera llovizna dejando entrever con claridad a los dos oponentes en la mitad del valle.

En el momento en el que Namjoon dio un paso al frente lo supo, ante sus ojos no se encuentra el Seokjin que ama, frente a él se alza una figura totalmente diferente. Sus ojos intensos llenos de algo que no puede descifrar lo observan con detenimiento calculando su estado, sus movimientos y las heridas que tiene. Cuando esa mirada carmín brillante se arrastra hasta llegar a su cuello donde una cantidad de sangre resbala por sus clavículas manchando su camisa, puede ver la sombra de su lengua salir de sus labios y acariciar lentamente la comisura.

Un trueno resplandece el cielo por un momento y cuando todo vuelve a la normalidad, Seokjin se ha ido y pese a que Namjoon no lo puede ver, sabe que está ahí, observando y calculando dar el golpe final. De esa forma se ha convertido en su presa.

Bueno creo que llegó el momento en el que Seokjin al fin puede verse a sí mismo, sus deseos, sus instintos que fueron suprimidos a base de sufrimiento, su dolor, hasta el anhelo de sangre, ahora tiene que salir junto con todo eso a la superficie y Namjoon que no da un paso atrás, es tan lindo y perseverante que no puedo con él. 

Con amor Ely.