LUNA ESCARLATA (Namjin)

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Me di cuenta de que tengo mucho más que escribir, entonces el próximo creo que será el último, pero no se preocupen habrán extras y un epílogo.

Gracias por esperar por tanto tiempo, la he pasado muy mal últimamente y no me sentía en capacidad de escribir y como dije este fic es el que más he amado y no lo quiero arruinar.

Los amo muchísimo

La canción de arriba digamos que sería la perspectiva de los Rastreadores, me encanta esta canción.

Los copos de nieve son llevados por el fuerte viento que, susurrante trae consigo una fuerte ventisca la cual poco a poco se transforma en una tormenta, tras aquellos vientos congelados se esconden cambiantes feroces de ojos rojizos con sed de sangre y muerte.

Namjoon, en medio del pequeño pueblo que vio crecer a su esposo desde que fue un pequeño felino hasta convertirse en el Rastreador que una vez fue, se mantiene firme derribando a todos los cambiantes. Aquellas criaturas las cuales han perdido toda clase de raciocinio lo atacan sin piedad, una tras otra vienen a su encuentro como si su sangre y su esencia misma los llamara a gritos.

Tan desesperados por tomar una sola gota de su sangre lo rodean y analizan en qué momento atacar, aguardan una pequeña oportunidad y se arrojan directamente a su cuello. Namjoon desaparece una y otra vez sin dejarse alcanzar acaparando la atención de cada criatura salvaje en el lugar, impidiendo de esa forma que los cambiantes normales fueran atacados.

La mayor parte de los habitantes del pequeño pueblo pudo escapar, sin embargo los Rastreadores fueron despedazados protegiendo a los adolescentes y niños quienes se encontraban en entrenamiento. Lucharon y resistieron el tiempo más prolongado posible protegiendo a los que un día vieron cómo su familia.

Un escenario extraño de ver. Namjoon siendo un Soberano de vampiros luchando junto a Rastreadores, cuyos antepasados fueron cazadores de vampiros, unidos contra bestias sacadas del mismo infierno.

Namjoon observó el instante en el cada uno de los cuatro Rastreadores fueron arrastrados al suelo por aquellas bestias. Observó su carne ser despedazada, no obstante no escuchó ni un solo ruido salir de sus gargantas, cada una de sus muertes fueron silenciosas, así como fueron su existencia.

Arrastrándose bajo las sombras aquellos Rastreadores vivieron sus vidas, escondidos bajo una máscara, silenciosos, subyugados por la misma organización que los condujo a esa oscuridad llena de prohibiciones, reglas y sufrimiento. De esa manera sus vidas fueron desechadas ese mismo día, pero a diferencia de sus vidas su sangre sí que tiñó la nieve de rojo, un color tan intenso que parecía brillar sobre el manto blanco que cubre la montaña.

Namjoon atacó sin cesar a las bestias que acabaron las vidas de los Rastreadores, uno tras otro cayeron a sus pies con el pecho vacío mientras él, una criatura que proviene del mismo infierno que ellos, mantiene en sus manos los corazones aún palpitantes para luego hacerlos pedazos y dejándolos caer mientras avanza lentamente a la mitad del pequeño pueblo.

Las bestias lo rodean, pero algunos de ellos parecen querer alejarse para ir en busca de otro objetivo, no obstante Namjoon no tiene pensando permitir que se vayan de ese lugar, por lo que sin pensarlo dos veces muerde su muñeca fuertemente dejando salir una gran cantidad de sangre, de esa forma todas las bestias se vuelven locas y se aglomeran a su alrededor sin dejar un solo espacio vacío.

Únicamente equipado con sus manos Namjoon espera el momento adecuado para dejar salir toda la energía posible que mantiene en su cuerpo, de esa forma espera debilitarlos para poder acabar con ellos de forma rápida, pero un ligero temblor en su mano derecha y el inicio de un cosquilleo en su cabeza le dice que tal vez el plan que trazó no se va a poder llevar a cabo.