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Estaba en la oficina, sentada pensando en lo que dijo Hilario, no me daba para ir y preguntarle a Sebastián si es verdad o no. Tengo miedo a su respuesta.

- Cómo estás?. - dice Luis apareciendo y se sienta enfrente.

- Rara, confundida. - él asiste.

- Que fuerte saber que podrías ser la hija de Seba. - yo asisto. - Porque no hablas con él? Así aclaran la situación porque también hay que tener la posibilidad de que sea mentira y solamente lo dijo para distraerlos.

- Me da miedo su respuesta, siento que si pregunto o busco algo voy a encontrar y eso es lo que no quiero. - Luis me agarra las manos.

- Pero tenés que saber la verdad, Ali. Por más que tengas miedo cosa que es lógico pero no dejes que ese miedo te domine y no permita que sepas la verdad.

Nos quedamos en silencio por un momento, Luis iba a decir algo más pero justo entra Medina.

- Te estaba buscando. - me dice sentandose al lado de Luis. - No te voy a preguntar cómo estas porque ya veo tu cara. - solamente lo miro.

- Yo me voy, cualquier cosita ya sabes. - dice, me da un beso en la mejilla y se va.

- Que fuerte todo Ali. - yo solo asisto. - Y para Luis también, debe ser fuerte saber que podría ser yerno de su propio DT. - me río. Solamente él puede hacerme reír en un momento así.

Me quedo conversando un rato con él, después guardo las cosas en la mochila y salgo se la oficina.  No puedo estar escondida hay todo el tiempo, tengo que enfrentar lo que está pasando.

Llegó al estacionamiento, cuando abro la puerta, siento una mano en mi brazo.

- No sé que decirte, porque ni siquiera sé si es verdad o no. Lo único que si es verdad es que tuve una hija pero murió en el parto de mi primer novia, y tampoco se si sos o no mi hija pero para mí sería un orgullo  que lo seas. - me suelta el brazo y se queda parado esperando mi respuesta.

- Tampoco se que decirte, y perdón por estar esquivandote todo el tiempo es que tengo miedo a lo que pase ahora en adelante.

- Te entiendo. - sonríe apenas. - Si vos estás de acuerdo, podemos hacer una prueba de ADN para sacarnos las dudas.

- Si obvio, cuando vos digas nomás, yo no tengo problema. - él asiste. - Lo que si, quiero es que nadie sepa nada porque ya sabes cómo son los periodistas.

- Si, tenés razón. Mientras sepan los muchachos ya es suficiente. - yo sólo asisto y miro alrededor.

- Nos vemos, Seba. - me subo al auto y salgo del Predio.

En todo el camino iba pensando en eso, en la posibilidad de que sea verdad o también mentira, pero me tenía que sacar esa duda.

Llegó a casa y me tiró en el sillón, no tenía ganas de nada solamente quería desaparecer un ratito o mínimo estar en paz dos segundos.

Escucho que suena el timbre y cierro los ojos. Me levanto con toda la fiaca del mundo y abro la puerta.

- Hola. - dice el 38 sonriendo. - Te traje Hamburguesa porque el pajarito me dijo que te gusta y capas te cambio el humor. - me muestra la bolsa y me corro para que entre al departamento.

- Gracias, aunque ahora no voy a comer la hamburguesa, tomamos mate?. - él asiste y lo abrazo. - Sos una buena compañía.

- Me gusta estar con vos, tenerte cerquita, escucharte, ayudarte y también cuidarte. - se sienta en una de las sillas que son altas, y hace que me acerqué a él y me acomoda el mechón del pelo atrás de la oreja. 

- Y a mi me gusta que lo hagas, y no quiero que lo dejes de hacer nunca. - lo beso. Nose lo esperaba y eso es lo mejor.

Nos separamos y me da un pico.

- Mañana concentran, no?. - él asiste. - Ojalá juegues un ratito aunque sea.

- Ojalá pero igual no importa si no juego, al equipo se lo apoya de igual forma.

- Esa es una respuesta muy de una entrevista. - Luis se ríe.

- Tenés razón. - agarró las cosas para preparar el mate pero Luis me las saca de la mano.

- Que prolijidad está montañita. - se ríe. - Todos los futbolistas hacen la montañita así.

- Cómo que todos? Con que otro tomaste mate?. - dice y deja el termo.

- Con ningúno, pero veo historia de futbolistas y son así. - entre cierra los ojos.

- Y que haces viendo historia de otros jugadores?. - me mira fijo.

- Pero Luis!! - digo y se ríe.

- Mis mates son los mejores y los únicos mates de un futbolista que vas a tomar. - me apunta con un dedo.

- Así?. - le digo levantando un ceja.

- Pero obvio. - me pasa el mate.

- Tan wow tampoco son. - le devuelvo el mate.

- Ah, listo. - deja de sebar. - Anda a tomar mates con los otros jugadores entonces seguro esos si te gusten. - me río, luego me acerco y lo abrazo.

- Era joda. - le doy un beso en el cachete. - Son muy ricos tus mates. - me mira.

- Los tuyos si son maso menos. - pasa un brazo por mi cintura y hace que me pare en medio de sus piernas. Onda él estaba sentado y yo parada en el medio.

- La próxima no te convido más mates entonces. - se ríe. Se acerque a mí y me da un beso.

- Tus mates no soy tan ricos pero tus besos si. - susurra y me vuelve a besar.

Seguro que debe sentir cómo me late el corazón al tenerlo acá conmigo. Jamás pensé estar así con alguien, y menos con un jugador de Fútbol.

Siempre me fue mal en el amor, les chusmeo un poco mi vida amorosa. Tuve un solo novio en toda mi corta vida, se llamaba Ramiro. Lo conocí cuando termine el secundario, a los 18 años. Y desde hay hasta que me vine a Buenos Aires, estuvimos juntos después me terminó cagando con otra y bueno.

También me maltrataba, lo aguantaba porque estaba estúpidamente enamorada y todo lo que me hacía, lo justificaba.

- Hey, te estoy hablando. - me pasa la mano por adelante de mi cara y me saca de mis pensamientos.

- Que?. - lo miro.

- Te colgaste Ali. - sonríe.

Pasamos la tarde conversando cualquier pavada, la pasábamos muy bien cuando estábamos juntos. Después de un rato se tuvo que ir, y yo fui a buscar a Ova a la casa de Belén.

°°
Espero les guste!

Poca Fe - Luis Vázquez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora