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- Y que te regalaron?. - me pregunta Julián mientras cargaba el termo con agua.

- Todavía nada. - deja la pava eléctrica en su lugar y le pone la tapa al termo.

- No? - niego. - Te puedo dar uno yo?.

- Si, obvio.

Estaba apoyada sobre la mesada, él se acerca y se me para enfrente, pone las manos a la altura de la cintura, cómo encerrandome y me queda mirando.

Me latía el corazón a mil.

Se acerca despacio, cómo pidiendo permiso, y cómo para darle a entender que me podía dar el beso, me acerco también y nos terminamos besando.

- Ese es mi regalo. - dice cuando nos separamos, se quedó cómo estaba, no se alejo para nada.

- Y que regalo. - digo y se ríe. Se acerca y me vuelve a besar, pongo una mano en su nuca y otra en su cara haciendo que se acerque un poco más y él pone sus manos en mi cintura pegandome más a él.

Cuando Candela se entere que me estoy chapando a Julián, es capas de venir corriendo de su casa a la mía.

Nos separamos porque suena el timbre, me un pico, luego agarra el termo, mate y se sienta en el sillón.

- Hola. - era Cande. - Hola, Juliancito. - él se ríe.

- Cómo andas Cande?. - le pasa el mate.

- Al final si es el viernes la juntada, los muchachos juegan el Domingo. - dice. - Vos podés?. - le pregunta a Julián y él asiente.

- A que hora?. - pregunta.

- Dijo Marcos que tipo 20:30 ya podemos ir cayendo en su casa, y que él se encarga del asado. - dice  agarrando una galletita. - Y tu padre también va. - Julián me mira.

- Vino de Santa Fe tu papá?. - me pregunta y Candela hace una cara.

Me quedo pensando si contarle o no, pero es un pibe de confianza y aparte le tengo confianza.

- No, mi papá vine acá en Buenos Aires. - le digo. - Es.. Sebastián.

- Que Sebastián?. - dice confundido.

- Battaglia. - su cara de confusión pasa a sorprendido.

- Posta?. - asiento. - Mira vos.. que bueno, no?.

- Por favor, no le digas nada a nadie Juli, es que nadie puede saber.. todavía no. - le digo y él asiente.

- Tranqui, no le voy a decir nada a nadie. - me pone una mano en la cara. - Confía en mí. 

Miro a Candela, su cara era un poema casi me reí pero me aguante la risa.

-  Bueno, yo me voy yendo muchachas. - se levanta. - Fue un gusto verte Cande. - se acerca a darle un beso en el cachete, y lo acompaño hasta la puerta.

- Nos vemos el Viernes Araña. - dice Cande y él se ríe.

- Mañana si puedo y si vos podés, vengo un ratito.

- Avísame igual. - digo y asiente.

Me acerco para darle un beso en el cachete pero me corre la cara y me da un beso, después se va.

- Que fue eso?. - dice Candela y me río.

- Un beso..

- El primero?. - niego. Y me mira sorprendida. - Que hija de puta, y no me contaste nada.

- Y porque fue hoy, boluda. - le pasó el mate. - Fue mi regalo de cumpleaños, me re chapo.

- Me muero. - se ríe. - Que bárbaro cómo está la arañita.

Poca Fe - Luis Vázquez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora