- Luis Ismael despertate. - lo muevo. - No puede ser que siempre pase lo mismo con vos. - - lo muevo otra vez. No recibía ninguna respuesta de su parte.
Me doy vuelta quedando cara a cara, me acerco y le doy dejando besito en toda la cara.
- Amorcito. - sigo dejándole besos. - Dale, Luis. - lo muevo.
- Mira que yo te amo loca pero déjame dormir. - me dice.
Me quedé impactada, era la primera vez que me dice "te amo" no sabía si llorar de la emoción o hacer cómo que no escuché nada.
- Dale amor, levántate. - digo y le doy besos una vez más.
- Que lindo despertar así. - dice y me abraza.
- Si muy lindo y todo pero levántese señor. - digo.
Me sube arriba de él y me abraza, nos quedamos así unos minutos que casi que me quedo dormida, pero Luis si, se volvió a dormir.
- Que hijo de puta, te volviste a dormir. - digo pero escucho su risita.
- No estaba durmiendo, pero no te muevas porque sino me vas a tener que sacar las ganas. - dice y me empiezo a mover. - Alaska, por favor. - dice y a propósito me muevo un poquito más rápido. - Ahora que me acuerdo vos me debes algo. - se da vuelta, y quedo yo abajo suyo.
- Que cosa?. - me hago la re boluda. Luis me mira sonríendo.
- No te hagas, sabes de qué te hablo. - pone una mano en mi cuello y me empieza a besar con un poco de intensidad.
...
Después de ese mañanero, nos levantamos entro yo primero a bañarme y después entra Luis. Hoy tenían día libre, recién mañana iban a entrenar así que supongo que iremos a su casa o no sé.
- Podrían hacer menos ruido la próxima. - dice Candela entrando a la cocina.
- Que?. - la miro.
- Que hagan menos ruido la próxima boluda. - dice riéndose.
- Dale, no digas cualquier cosa. - digo.
- Posta te digo, de pedo no sé despertó Ova. - dice y se sirve café.
- Tanto se escuchó?. - se ríe.
- La verdad que sí. - toma un trago. - Se cuidaron? - asiento. - Deja de cuidarte y dame un sobrino.
- Vos estás loca? Ni empedo. - digo y se ríe. - Que haces hoy?.
- Me voy a la casa de mis suegros a pasar el día, y vos?. - se sienta en la silla y yo hago lo mismo.
- Supongo que lo mismo, no sé. - preparo el mate y al rato aparece Luis.
- Que hacen hoy Luisito?. - él se sienta.
- Vamos a casa?. - me pregunta y asiento. - Vamos a casa. - le avisa a Candela.
Al rato pasa Chelo a buscar a Candela y a los minutos que se fue ella, nos vamos nosotros.
Estaba bastante feo el día, no hacía casi frío por la humedad. Y encima que Ova tiene rulos, imagínense cómo tiene el pelo esta niña.
Llegamos y entramos, hace muchos días que no los veía. Casi siempre Luis nomás iba a casa pero hace mucho que yo no venía a visitarlos y aparte que ellos tampoco estaban en su casa, estaban en Santa Fe.
- Hasta que viniste. - dice Rocío abrazándome.
- Al fin hermano, ya la estábamos extrañando. - dice Flor.
- Gorda, él es mi otro hermano Rubén se llama. - me lo presenta. Era la primera vez que lo veo.
- Hola, Alaska un gusto. - sonrió.
- Si, ya me hablaron de vos cuña. - dice. - Y mucho eh. - nos reímos.
Cómo no estaba el día para salir afuera, nos tuvimos que quedar adentro nomás. Había mucha neblina y humedad.
Ova estaba jugando con Máximo, Luis jugaba a la play con su hermano y su padre, mientras nosotras tomábamos mate y chismoseabamos.
- Cómo llevan eso de que se puede ir de Boca?. - pregunto.
- Contentos y tristes. - dice Keila.
- Contentos porque es una gran oportunidad para él pero tristes porque se va a otro país y lo vamos a extrañar un montón. - dice mi suegra.
- Si se va, vos te vas con él?. - me pregunta Flor.
- Sisi, ya lo estuvimos hablando y si. - digo convencida.
- Al final lo de Brunella era mentira. - dice Flor.
- Y yo sé los dije. - habla Keila y agarra una factura.
- Yo no podía creer cuando me lo contó Luis, que tiene en la cabeza esa chica.
- Y decí que no le dijo que se iba del país, peor le iba a hacer las cosas. - dice Flor.
- Pero Gracias a Dios todo se solucionó y ahora no tiene nada que ver con ella. - dice aliviada Rocío.
- Y Ali para cuando un sobrino?. - me pregunta de la nada Keila.
- Todavía no, más adelante seguramente que si. - digo y agarró el mate.
- Y aparte son chiquitos todavía, disfruten mientras puedan. - dice mi suegrita.
- De que hablan?. - pregunta Rubén, su hijo.
- De que queremos un sobri ya. - dice Keila mirando al 38.
Luis se sienta al lado mío, pone una mano en mi pierna y me mira sonríendo.
- No todavía no muchachas, van a tener que esperar un poco más. - dice y agarra el mate que le pasó su hermano.
- Sería re lindo el bebé de ustedes. - dice Flor.
- Y obvio si yo voy a ser el padre.
- Por Ali va a ser lindo, por vos no olor a repasador. - dice Keila peleandolo.
- Pero cállate pelo quieto. - le dice.
- Basta los dos. - dice Rocío y intentaba contener la risa.
Después almorzamos, Rocío hizo unos ravioles. Muy ricos la verdad, está señora cocina demaciado rico.
La llevo a Ova a la habitación de Máximo, se acuestan los dos mientras miran la tele y al rato subimos con Luis para ver si ya se durmieron y si, ya estaban dormidos.
Los tapamos un poco, después yo le bajó el volumen de la televisión y la apagó.
- Vamos a dormir un rato. - dice mientras cierra la puerta.
- Casi toda la mañana dormiste. - le digo mientras entramos a su habitación.
- No dormí toda la mañana, hicimos cosas toda la mañana. - dice con doble sentido y yo me río.
Me acuesto boca abajo y él se acuesta al lado mío.
- Saca la mano. - digo. Estaba metiendo la mano en mi entrepierna despacio.
- Porque?. - me susurra.
Mete cada vez más, hasta que siento uno de sus dedos por mi vagina, era inevitable no sentir nada o gemir bajito.
- Sos incansable. - digo y se ríe.
- Y bueno querida, vos me tenés que amar así cómo soy. - dice pero sin sacar la mano de dónde estaba.
- Un calenturiento sos. - se ríe.
- Intentemos no hacer tanto ruido. - dice dándome vuelta así se pone arriba mío.
Y si, tuvimos otra vez sexo. Creo que andar hormonal no me ayuda en nada y además de que Luis ande así mucho menos y tampoco no sé de dónde saca tanta energía.
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Anda con todo el 38!