Suena el despertador, giro la cabeza y lo veo durmiendo cómo si nada el muy hijo de puta.
Me levanto y voy al baño a lavarme la cara, después bajo a desayunar.
A decir verdad no tenía ganas de dirigirle la palabra a ninguno de los dos. Así que desayuné en silencio y ellos si hablaban.
Me subo a mi auto, no quiero ir con Luis y él notaba mi distancia hacia él pero no me decía nada o no sé animaba a preguntarme que me pasa.
Dejo a Ova en el colegio y me voy al Predio. Me quedo dos minutos más en el auto y bajo.
- Ali, paso algo amiga?. - escucho decir a Candela. - Estás muy callada.
- No, nada. - digo y les sigo sacando fotos. Estaban en el gimnasio y después se iban a la cancha.
En todo el entrenamiento estuve callada, ni siquiera los miraba. Del enojo que tenía era capas de decirle todo ahora adelante de todos.
Voy al vestuario de los muchachos a buscar la otra cámara porque Marcos se la llevó.
- Amor, te pasa algo?. - me pregunta Luis y niego. - Dale, Alaska. Que te pasa?.
- Nada. - digo lo más cortante y fría que pude.
- Dale amor, siento que estás enojada conmigo, no hice nada yo. - y eso fue la gota que revalso el vaso.
- No hiciste nada? Estás seguro de eso Luis?. - digo mirandolo fijo.
Todos estaban atentos a la respuesta de Luis y a lo que yo le iba a decir.
- No, jamás hice algo malo mi amor. - sonríe.
- Mi amor? - me río irónicamente.
- Paso algo?. - dice Rojo sin entender nada.
- Hasta cuándo me iban a seguir viendo la cara de pelotuda?. - le digo a Luis.
- De que hablas?. - estaba nervioso.
- De que hablo?. - agarró mi celular y busco la foto. - De esto. - le doy mi celular. - Son lo más mierda que existe. - digo al borde del llanto.
El celular fue pasando de mano en mano, ninguno podía creer lo que estaban viendo, menos Chelo.
- Para amor, te lo puedo explicar. - intenta agarrarme pero lo empujó para atrás.
- Que me vas a explicar? Cómo te cogías a mi mejor amiga en mi cara? Cómo se reían de mí? Eso me vas a explicar, Luis? - me seco las lágrimas.
- Que pasa acá?. - dice Candela entrando y justo mi celular termina en sus manos. - Amiga... - dice mirandome.
- Amiga?. - digo con lágrimas en los ojos. - Confíe en vos, te conté todo lo que sentía por Luis, siempre fuiste la primera en saber todo y así me lo pagas? Mientras me abrazabas, te cogías a mi novio, Candela. - le gritó.
- No, no es así Ali. - dice desesperada.
- Basta, no me mientan más. Los escuché anoche, en mi propia casa. - Luis me mira con lágrimas en los ojos, al igual que Candela. Todo el plantel se lo quería comer vivo a Luis. - No les da vergüenza? No tienen un poco de culpa?.
- Ali, mi amor por favor. - se me arrodilló en frente y me agarró las manos. - No me hagas esto, somos una familia Ali, vamos a tener un bebé, por favor mi amor. - me suplicaba llorando.
- Recién ahora te acordás de este bebé, Luis. - me alejo de él.
- Déjala, Luis. - le dice Candela. - Pero decile lo que me decías a mi, decile que no queres a ese bebé, decile que solo lo haces por lastima porque te dió pena cómo la viste y porque está sola. - dice Candela.
Él seguía arrodillado, mirando para el piso mientras lloraba.
- No vas a decir nada?. - le pregunto.
- Que va a decir si lo que digo es verdad. Pobrecita me das lastima, enserio pensas que alguien cómo él te iba a ser fiel siempre. - se ríe.
- Pena me das vos, que sos la "cuando yo no estoy". - le digo.
- Luis agarra tus cosas y andate por favor. - le dice Rojo.
- Pero Marcos.. - lo mira.
- Agarra tus cosas y mándate a mudar antes de que te cagué bien a trompadas por ser tan pajero. - le dice enojado.
Él se va y Candela también. Me siento y largo todo el llanto que tenía acumulado, Marcos me abraza y después siento que alguien más me abraza, levanto un poquito la cabeza y era Pipa.
- Larga todo, dale te va a hacer bien. - dice Marcos.
- Es un pelotudo. - escucho que dice Rossi.
- No estás sola, jamás lo vas a estar, estamos nosotros con vos y siempre lo vamos a estar. - me dice Romero.
| Luis. |
Salgo rápido del Predio y me voy a mi casa, por suerte hoy estaba solo. Apenas entró caigo arrodillado y me largo a llorar. Me odiaba a mi mismo, me tenía asco a mi mismo.
Escucho que suena el timbre, mis papás no eran porque ellos directamente entran. Me seco las lágrimas y abro la puerta.
- Que haces acá?. - le pregunto.
- Vine a verte amor. - me dice Candela.
- Flaca andate, no te quiero cerca mío nunca jamás, por tu culpa perdí a mi familia.
- No me cargues la responsabilidad a mi, porque vos no te negaste cuando empezamos con esto y si tanto la amabas la hubieras respetado pero no lo hiciste. - me grita.
- Andate flaca, no vuelvas a aparecer en mi casa. - digo y le abro la puerta así se va.
- Me estás diciendo de verdad, Luis?. - me pregunta indignada.
- Si, Candela. Chau, andate. - ella sale de mi casa y le cierro la puerta en la cara.
Abran pasado 10/15 min y suena el timbre otra vez, no tenía ganas de levantarme y abrir, deje que sonara dos veces más y me levanté a abrir.
- Que querés Cand... - eran Exequiel y Cristian.
- Te tendríamos que cagar bien a trompadas por lo que me hiciste a Alaska pero sos nuestro amigo también. - dice Cristian.
- Me lo merezco. - digo y me siento en el sillón.
- Si, obvio que si te lo mereces. - dice Exequiel.
- Vos te das cuenta de lo que hiciste? Te das cuenta del cargadon que te mandaste? - me pregunta Cristian. - Que mierda tenías en la cabeza, Luis?.
- No sé, les juro que no sé. Me deje llevar por ella...
- Y no le pudiste decir que no? Tanto te calentó que no pudiste?. - dice enojado.
- Y Alaska?. - les pregunto.
- Amigo, olvídate de Alaska, ella no quiere saber nada de vos aunque sabe que es imposible por el bebé. - lo miro a Cristian.
- Me arrepiento tanto de todo. - digo y me tapo la cara.
- Pero no sirve de nada arrepentirse ahora, Luis. - me dice Exequiel. - Sos un pajero, boludo. Estaba re bien !¿porque la tuviste que cagar de esta forma?!.
- No hay chances de que Alaska te perdone, ya fue amigo, la perdiste por completo y si ella te habla o te busca va a ser solo por su bebé, nada más. - me dice Cristian.
Me dice eso y me rompió peor el corazón, porque tiene razón y ahora sí, la re perdí por ser un re pelotudo. Me tapo otra vez la cara y dejo que las lágrimas salgan.
- Que cagadon amigo. - me dice Exequiel y me palmea la espalda.
- Y agradece que Sebastián no está acá en Buenos Aires porque sino te cuelga de las bolas por lo que le hiciste a su hija. - dice Cristian.
Literal se armaron un picnic en mi casa entre los dos, únicamente estaban haciéndome compañía hasta que lleguen mis padre, porque después se iban.
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No me convence mucho pero fue.