Miércoles - 03/08.
La casa era un silencio que deprimía, me quedaba demaciado grande está casa para solo nosotras.
Estaba desayunando en silencio, Belén paso a buscar a Ova y se la llevó, hoy tenían que ir un poquito más temprano porque había jornada de no sé que cosa.
Me levanto para llevar la taza a la cocina y suena el timbre.
- Buenas. - dice Exequiel, y atrás de él estaban Pol y Marcos.
- Pasen. - me hago a un lado.
- Cómo estás?. - me pregunta Marcos.
- Acá andamos. - digo, él nomás asiente.
- Que tristeza da está casa así. - dice Pol.
- Creo que voy a cancelar las cuotas y me voy a mudar. - les cuento.
- A dónde?. - pregunta Pol.
- A un departamento. - recorrí la casa con la mirada. - Que poco la pudimos disfrutar.
- Y quédate acá, no te vayas. - dice Exequiel.
- Me voy a terminar deprimiendo, Exe. - le digo.
- No sé si te interese saber o no, pero ayer estuve en la casa de Luis. Estaba muy mal, y arrepentido de todo.
- No sirve de nada arrepentirse ahora. Les puedo pedir algo?. - ellos asienten. - No quiero que su trato con él cambie, osea, hagan de cuenta que no pasó nada, porque aparte el clima que hay en el club no está para un quilombo más.
- Es complicado, Ali. - me dice Marcos.
- Ya lose, pero pienso más en ustedes cómo equipo que tiene que estar todos unidos, que en lo que pasó, por eso, por favor no cambien su trato con él.
- Solamente lo vamos a hacer por vos, Alaska. - me dice.
- Gracias, y una cosa más. No lo dejen solo, lo conozco y se que es capas de hacer por eso, no lo dejen solo.
- Es increíble que sigas pensando en cuidarlo después de lo que te hizo. - dice Pol.
- Puede ser un re hijo de puta pero es el padre del bebé que espero y porque lo quiero un montón.
- Te prometo que no lo voy a dejar solo, es mi amigo y me duele verlo así al igual que me duele verte a vos así. - me dice Exequiel.
- Gracias muchachos. - sonrió.
- Bueno, tenemos que ir yendo porque sino vamos a llegar tarde. - dice Marcos mirando su reloj.
- Y sabes algo de Candela?. - pregunta Exequiel antes de subir a su auto.
- No y tampoco me interesa saber sobre ella. - digo.
Llego y yo me voy a la oficina, no tenía ganas de salir y verlo. Así que me quedo nomás en la oficina y agarró la cámara, enchufó el cable USB así paso algunas fotos a la computadora.
- Hola, Alaska. - me dice.
- Hola. - le digo. Hubo un silencio, yo seguía con la mirada en la computadora.
- Fuiste ayer al medico?.
- Si, estoy de tres semanas. - digo sin sacar la mirada de la computadora.
- Ali.. - lo interrumpo.
- No, Luis. Hoy no, y menos acá. - lo miro. - Si querés hablar, en otro momento pero ahora no.
- Está bien. - se va.
Me tiro para atrás y me cruzo de brazos, que difícil va a ser la convivencia. A todo esto, Candela renunció, me dijeron apenas puse un pie en Casa Amarilla, uno de los médicos me contó eso.
No cambia nada que renuncié, si lo que hizo no sé borra con una simple renuncia.
Me pongo un cuellito y otro me lo pongo cómo gorrito, y salgo a la cancha así les empiezo a sacar fotos a los muchachos.
Hicieron lo que les pedí, el trato del equipo seguía siendo igual con él, aunque algunos si lo trataban maso menos. Un par de veces mi mirada se cruzó con la de él, me miraba cómo pidiéndome perdón pero ¿De que sirve un perdón ahora? De nada.
Termina el entrenamiento, los jugadores se van y quedan los arqueros.
- Rossi es de Boca y de Boca nose va. - canto y Agustín se ríe.
- Veremos que pasa. - me dice.
- Agustín, vos te vas y a mi y a mi bebé nos va a agarrar una depresión importante. - le digo. - Ya se fue Toto, ya se fue Cali y todavía me duele eso y ahora vos, daaale Agus. - él me mira sonriendo. - Igual no me enojo, porque también se entiende. - le digo.
- Hoy tenemos que hablar otra vez, esperemos que pase algo bueno. - dice y asiento.
- Y vos cómo estás?. - me pregunta el Profe Gayoso.
- Bien. - lo miro sonríendo. - Bien. - afirmo.
Después se van a para los vestuarios, y yo me voy a la oficina. Enchufo la cámara y paso las fotos a la cámara.
Estaba tan concentrada que no me di cuenta que sonó mi celular, y me asusto cuando escucho el tono de la llamada, pongo en voz alta y dejo el celular arriba de la mesa.
- te mande mensajes y no me respondes, boluda. - dice con esa característica tonada Cordobesa.
- perdón, es que estaba concentrada y no lo escuché.
- mmm.. bueno. - dice y se ríe. - cómo estás señorita?.
- bien que se yo, sobreviviendo.
- pero que dramática, Alaska. - nos reímos. - extraño tu compañía, perdón por no hablarte antes es que con la llega a Manchester y todo eso, se me re paso.
- no pasa nada Juli, no te preocupes te re entiendo.
- ví que andas de novia con Vázquez, bien ahí. - la sonrisa que tenía se me borró.
- estaba..
- cómo estabas?
- me cago con mi mejor amiga.. bueno, ex mejor amiga.
- no me la contes, Ali. - hubo un silencio en la llamada. - y ahora?.
- y ahora nada, estoy separada... y con un bebé en camino.
- fua te re felicito, Ali. - sonrió.
- gracias, vas a ser el tío araña. - escucho que se ríe.
- me gustaría ser el padrastro, no el tío. - quedé impactada. - che, Ali.
- ¿que paso? - pregunta con intriga.
- ¿no queres venir unos días para acá? Te pago el boleto de avión y todo.
- pero Juli yo estoy trabajando ahora, sino fuera por eso, encantada voy.
- tenés razón... O sino lo dejamos para cuando termine el campeonato y tengas las vacaciones.
- si, en ese momento si voy a poder, porque ahora es imposible.
- bueno, ¿quedamos así entonces? - sonrió otra vez.
- si, así quedamos Juli.
- bueno, te dejo Ali, igual te voy a estar molestando ahora. - nos reímos.
- no sos una molestia, Julián.
- me alegra escuchar eso. - sonrió por tercera vez. Si estuviera presente me moriría de la vergüenza. - bueno ahora sí, te dejo, me voy a dormir.
- que descanses, Juli.
- gracias reina, y cuídate.
- vos también.
Corta la llamada, guardo todo y salgo de la oficina así me voy para mi casa.
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Apareció la Araña, otra vez.