- Que tal es tu relación con tu papá?. - pregunta mientras miraba hacia adelante.
- De a poco nos vamos acercando más. - digo y él asiente. - Me dijo que quiere que lleve su apellido.
- Posta?. - me mira.
- Mira para adelante. - se ríe. - Si, es verdad. Y no sé qué decirle.
- Sos su hija, tendrías que llevar su apellido.
- Vos decís?.
- Si, boluda.
- No me digas así. - le pongo la mano en la pierna.
- Saca esa manos de hay, Alaska. - dice y sonríe.
- Porque?. - muevo la mano a propósito. Y él larga un suspiro.
- Alaska, basta. - me saca la mano y la vuelvo a poner en dónde estaba. - Amor, basta.
- Porque? Que pasa?. - pregunto sonriendo. - No estoy haciendo nada. - saco la mano de la pierna y la pongo en su abdomen. Se muerde el labio inferior y sonríe.
- No me provoques porque yo no tengo ningún problema en para acá nomás. - dice mirandome.
Mi mano viajaba de su abdomen a su pierna, y así un buen rato. Él trataba de no darle atención al movimiento de mis manos, pero era imposible, largaba algún que otro suspiro o tiraba para cabeza para atrás.
Si querer queriendo, mi mano roza esa zona y Luis me mira.
- Fue sin querer. - digo.
Justo estábamos pasando por un lugar en dónde había bastante árboles y se metió hay con el auto, por suerte no pasaba casi nadie por la ruta y los árboles tapaban el auto.
- Que haces?. - lo miro.
- Vení. - me agarra de los brazos y hace que me siente arriba de él.
Me agarra del cuello y me empieza a besar, después hace un caminito de besos desde mi boca hasta mi cuello. Pone una mano en mi cintura apretándome más a él y hace que me empiece a mover de atrás hacia adelante lento.
- Para, para. - lo freno y me mira.
- Que pasa? Te hice mal?. - pregunta.
- No, no.
- Entonces?.
- Acá lo vamos a hacer?. - hace una mueca. - Ya casi llegamos.
- Tenes razón. - se muerde el labio inferior. - Aguantas hasta llegar?. - dice con picardia.
- Esa pregunta te tengo que hacer yo. - se ríe.
Salgo de arriba de él y manejar el último trecho que quedaba de ruta, para entrar al lugar.
El guardia ya sabía, cómo dijo Candela y entramos. Maneja hasta una casa, y estaciona enfrente.
- Banca que me acomodo, se nota mucho sino. - dice y se empieza a acomodar su amiguito. Y yo me río.
Bajamos juntos del auto y juntos entramos a la casa. Era un lugar grande, recorrimos todo el lugar, bueno Luis recorrió todo el lugar y después subimos las escaleras, tenía cuatro habitaciones, una era de Candela, otra para Ova, la otra era mía y después estaba una habitación de huéspedes, y también había dos baños, uno arriba y el otro abajo.
- Y que te parece?. - le pregunto.
- Muy linda, es amplia. - dice. Entramos a la que sería mi habitación y la recorre. - Ya compraron algunas cosas?
- Las camas con los colchones, la heladera y algunas cosas más para la cocina y el lavadero.
De la nada me suena el celular, Luis entra al que sería el closet. Era cómo una habitación más. Agarró el celular y era un mensaje de Candela, "ojalá estrenes tu cama 😏" me río por ese mensaje y guardo el celular cuando Luis aparece.
- Linda tu casa, amor. - dice re contento, más que yo diría.
- Gracias. - sonrió.
Me siento arriba del tocador, porque si hasta eso tengo y ni siquiera me se maquillar pero ya le voy a encontrar utilidad.
- Vos y yo tenemos algo que terminar. - dice acercándose.
- Ah, si?. - digo. Le empiezo a hacer lo mismo que hacía cuando estábamos en el auto.
Nos empezamos a besar, me aprieta contra su cuerpo. Sus manos subían y bajaban, le saco el buzo junto con la remera, Luis hace lo mismo. El frío que sentí hizo que se me erize la piel.
Me levanta haciendo que enrede mis piernas en su cintura, me acuesta con cuidado, él queda arriba mío y puedo sentir su erección cosa que hace que me moje aún peor. Me besa, bruscamente pero con deseó, y mientras me besaba, se empieza a mover frotando su erección sobre mi vagina.
Enredo mis piernas en su cintura haciendo el contacto más profundo, no aguantaba más y creo que él tampoco.
Me saca el jeans, dejándome solo en ropa interior, se queda arrodillado en la cama y yo me siento quedando enfrente de él, le desabrochó el cinto y después el botón del pantalón, lentamente bajo el cierre y antes de bajarlo paso la lengua sobre el pantalón haciendo que tire la cabeza para atrás y escuché un gemido. Es música para mis oídos.
Se saca el pantalón y se sienta en una silla, enfrente de la cama. Me miraba con tanto deseó, con tanta lujuria que solo con su mirada me exitaba mas.
Me siento un poco más al borde de la cama y abro las piernas, él saca su pene y se empieza a masturbar, lo mismo hago yo. El movimiento de sus manos de arriba hacia abajo me calentaba y el movimiento de mis manos en circulo lo excitaban a él.
Se levanta de la silla, y me tira para atrás, se coloca entre mis piernas y siento pasar lentamente su lengua por mi vagina, literalmente estaba tocando el cielo con las manos.
Se levanta y se posiciona entre mis piernas, mientras él agarra un condón, yo lo masturbaba haciéndolo gemir de placer.
Me corre la tanga hacia un lado y frota otra vez su pene sobre la entrada de mi vagina, Dios necesitaba tenerlo adentro. Mete primero la punta, cierro los ojos por el placer que sentí, siento su mano en mi cuello y de golpe mete todo.
Se empieza a mover primero despacio, y de a poco va subiendo el ritmo. Sus manos recorrían todo mi cuerpo y debes en cuando ahogaba mis gemidos con besos.
Me abraza por la cintura, dándose la vuelta y quedando yo arriba de él.
Me tira para adelante, me abraza otra vez por la cintura y él empieza a moverse. Después salgo de arriba suyo y agarró su pene con una mano, lo miro y su mirada reflejaba deseo puro.
Primero le pasó la lengua por todo el largor, y después meto todo en mi boca, lo escucho gemir y es cómo es lo más excitante que escuche, me agarra el pelo y él me marca el ritmo, después me suelta y vuelvo a subir arriba suyo. La meto despacito y los dos gemimos al mismo tiempo.
Los gemidos de los hombres son lo más excitante que existe, no tengo pruebas pero tampoco dudas.
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Espero les guste!!