La arboleda parecía correr a su alrededor, por un momento dejó de sentir todo lo que le rodeaba, el viento chocando bruscamente sobre su rostro, el ruido de las ramas ser pisadas y posteriormente rotas, su respiración entrecortada, su errático pero firme corazón.
En menos de un segundo su mente se nubló, sentía un inmenso dolor en su pecho, no era capaz de controlar sus propios movimientos, había perdido la capacidad de pensar racionalmente, se sentía herido, algo desgarraba desde dentro.
Su lobo aullaba y lamentaba en su interior, estaba ansioso y quebrado, no debía ser inteligente para reconocer esa sensación, su animal estaba sufriendo la rotura del lazo familiar, a pesar de que sea un adulto por completo, no estaba preparado para despedirse del hombre que le enseñó todos los valores y principios que hoy lo caracterizaban, para decirle adiós a su propio padre.
Fue realmente ingenuo al pensar que tras la guerra su familia iba a permanecer intacta, pero él quería confiar en que todo iba a salir bien, lástima que no fue así.
Con el corazón abatido, desde lo más profundo de su ser su lobo aulló en desgracia, buscando un consuelo que sabía no iba a venir.
Incluso los civiles sintieron su corazón pesar, todo su pueblo entendió que su rey había caído.
Sus compañeros de tropa lo miraron apenado, el príncipe ahora rey debía tomar la batuta de todos ellos, así como dedicaron su vida para proteger a la familia real al mando de Min Chael, lo harían por el reinado de Min YoonGi.
-¿Qué hacemos, mi señor?- cuestionó su segundo al mando.
-Vamos a seguir con el plan.
Se irguió lo más rápido que pudo, tenía una obligación tras sus hombros que cumplir, no estaba solo.
Su tropa avanzó sin titubear, aunque su líder esté desdichado, ésta batalla era por todos, no podían fallar.
Por otro lado, con el pueblo que se encontraba saliendo de las fronteras de sus territorios para evadir los estragos de la guerra, dos Omegas en particular se encontraban ansiosos, uno por la corriente de sentimientos que se transmitía en su lazo, el otro por el miedo de perder al ser que más amó en el mundo, su Alfa, ambos siendo inspeccionados por HoSeok, quien también estaba intranquilo pero sabía que debía ser fuerte, era de los pocos en el grupo que podía luchar cuerpo a cuerpo y utilizar una espada, estar junto al príncipe casi todo el tiempo le había servido de mucho.
-Chicos, sé que en estas circunstancias no están bien, pero por el bien de todos a los que nos ordenaron proteger, deben estar aquí, no sólo físicamente.- entonó preocupado.
El mayor de los Omegas asintió, dando leves palmadas en sus mejillas, para después tomar el hombro del más bajo.
-JiMin, sé que afuera nuestros Alfas están sufriendo, pero justamente por ello debemos ser fuertes ¿De qué sirve que ellos estén peleando allá, cuando acá nos estamos deteniendo el paso? Si ellos están luchando es porque nos quieren dar tiempo, a todos nosotros.- esta vez señaló a todos los Omegas, betas y Alfas que se encontraban entre ellos, la mayoría era incapaz de levantar una espada, eran muy jóvenes o muy viejos.- YoonGi volverá, NamJoon tiene que volver, aún no es nuestro final.
-Hyung...- susurró el menor, mientras levantaba la mirada y apretaba sus manos en puños.- Perdón, me desconcentré, tienes razón debemos seguir adelante.
Retomó su paso, ahora más seguro, debía ser un buen príncipe y rey para el pueblo que desde el primer día lo recibió con los brazos abiertos, ahora era su turno de demostrar su gratitud.
"YoonGi, mi hermoso príncipe, espero mis fuerzas lleguen hacia ti y te ayuden a ganar, espérame"
Puso una mano en su pecho, buscando a su animal interno para que éste por medio del lazo le mande buenas sensaciones a su pareja, quería que el mayor sepa que no está solo, que como su Omega siempre va a estar ahí, que no lo abandonaría.
Ahora sin detenerse a pensar, el pequeño pero aguerrido Omega lideró a su pueblo, ayudando a los más débiles a seguir adelante, no iba a permitir que alguien quedara atrás.
-¿Estás bien, cielo?- se agachó preocupado cuando un niño gritó de dolor, por su mala suerte había caído y lastimado sus manos de leves cortes.- No llores, pronto va a sanar.- le dedicó una bonita sonrisa, acariciando su mejilla derecha y llevándolo en su pecho en lo que dejaba de llorar.
-Usted es muy lindo, parece un ángel príncipe JiMin.- fue lo primero que dijo el infante cuando sus llantos cesaron, el Omega no evitó una risa, sus ojos parecían dos líneas negras.
Iba a responder al halago del pequeño en su pecho, pero todas sus intenciones mermaron cuando otro grito, ahora de un Omega en gestación, se escuchó entre la muchedumbre, se acercó preocupado, dejando al niño cuidadosamente en el suelo para acercarse.
No pudo evitar sentir su corazón temblar, frente suyo estaba un joven llorando, abrazaba su vientre con uno de sus brazos mientras su mano libre acariciaba la marca de su nuca, pronunciaba palabras sin sentido y miraba hacia la nada, estaba perdido. Antes de que éste se estampara con el suelo, JiMin corrió para mantenerlo en pie.
Pidió ayuda de SeokJin y otros jóvenes para posicionar al Omega en una improvisada cama hecha de ropa.
Todos entendieron lo que pasaba, lamentaron la fortuna del pelinegro que ahora sufría de convulsiones, nada se podía hacer si tu pareja enlazada muere y tu lado se rompe, peor aún si te encontrabas en cinta.
Cuando los minutos pasaron, el ambiente se volvía más pesado, alrededor de 5 Omegas lloraban en el suelo, con los mismos síntomas, siendo la cifra en aumento.
Pero la caída de un Omega en particular hizo que el príncipe sintieran sus piernas flaquear, KyungSoo estaba descontrolado en el pavimento, su hijo lo miraba asustado, también llorando, aquel Omega era del Alfa JongIn, no dudó en abrazarlo, ligeras lágrimas acumulandose en sus orbes.
No quería sobrepensar, pero que su amigo esté de esa manera sólo significaba la muerte de su pareja, quien para su pesar, estaba en el escuadrón de YoonGi, su YoonGi.
Miró con súplica a HoSeok, el último entendiendo la situación y guardando el nudo en su garganta.
Ambos no iban a permitirse llorar, no cuando todavía no pasaba lo que más temían.
Pero sin duda nada estaba bien.
Y como si fuera poco la situación en la que se encontraban, a sus fosas nasales llegó el olor de múltiples Alfas desconocidos, alertando a todos los inquietos Omegas que se encontraban débiles.
-Mierda, nos encontraron...
Fue lo único que pudo decir antes de transformarse en un majestuoso lobo de pelaje níveo, corriendo hasta el frente de su pueblo para recibir a sus atacantes.
A sus costados se posaron dos lobos, uno de color marrón oscuro y el otro grisáceo, SeokJin y HoSeok respectivamente.
Protegerian a los suyos, incluso si su vida era el pago de ello.
Nota:
Perdonen la tardanza, no tengo excusa alguna para justificar todo éste tiempo, además de la poca inspiración que tenía, prometo ser más constante con esta historia, espero sigan apoyándome en mi primer libro, lxs quiero mucho, lindo día.
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Nacido Para Un Min |YM|
Fanfiction-Entonces es un trato, Park JiMin es de Min YoonGi. ¿Que pasaría cuando se enterara que desde la cuna tenía alfa? •Contenido homosexual. •No adaptaciones sin mi permiso. •Primera historia de su humilde escritora. •Omegaverse. •Todo comentario negat...