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Aunque quería negarlo, mostrarse seguro y dominante frente a la gran jauría de lobos Alfas, se le era imposible a su naturaleza Omega no bajar la mirada, demostrando a sí mismo una vez más, lo humillante que podría ser su casta, sin decoro a dejar evidente su debilidad. Pero si incluso su diosa Hécate, protectora de la Luna que hoy se negaba a brindarle su gracia, le hubiese otorgado la vida de un estoico Alfa, dudaba que podría mantenerse erguido, la presencia de tantos cambia-formas, con esos olores tan penetrantes, hasta ácidos, le daría miedo a cualquiera, no obstante, lo que más le fastidiaba al pequeño príncipe, era que la gente que juró proteger, vea lo patético que podía llegar a ser, sentía un nudo en su garganta, quería llorar hasta secarse por completo, más no le daría el gusto a los desgraciados que se paneaban de su "victoria". ¿En qué nación, continente o mundo, esto era digno de ameritarse un logro? ¿Decenas de Alfas contra Omegas, ancianos y niños, incapaces de pelear por sus vidas? No es que tuviera la idea que por ser Omegas, eran débiles, él era consciente de sus fortalezas y capacidades, pero los contrarios parecían tener experiencia en batalla, armas y les superaban en gente, era completamente injusto.

No se permitió seguir divagando por su mente, cuando cayó en que ahora estaba siendo amarrado por el cuello, aún sin volver a su forma humana, trató de gruñir, disconforme a dar tregua para seguir a sus atacantes, sin embargo, todo rastro de molestia dejó de reflejarse por su rostro, cuando el Alfa, que aún desconocía el nombre, de tez morena, le dio un violento golpe justo en su nuca con el mango de una espada. No fue capaz de nada, las fuerzas se alejaban de su cuerpo y se sentía pesado, sin dar más negativas, se desmayó sobre la firme e irregular tierra, provocando un golpe sordo cuando su gran figura impactó contra la superficie, tampoco es que los Alfas del otro reino tenían la intención de ayudarlo, al contrario, se rieron si un índice de comicidad, más fue un gesto amargo, cuando lo vieron caer.

Sin perder el tiempo, intentaron llevárselo, a merced del duro golpe que lo atacó de sorpresa, no pudo conservar su forma animal, siendo al instante un joven desnudo el que se encontraba tirado e inconsciente. Su gente se escandalizó, pues siempre era sabido que el cuerpo de un Omega, y más al ser de la realeza, era prohibido de desear, si es que no era correspondido, sus vidas estaban en juego, sí, pero no serían tan ingratos para permitir que se apoderen de su rey en esas condiciones. Fue ahí donde un Alfa de alrededor 100 años, de entre la multitud, se acercó con una manta de lana, suave y caliente, con sus pasos un poco erráticos por la cojera que le limitaba, sin mirar a sus atacantes, se acercó hasta arropar al tierno muchacho.- Soy consciente de que a ustedes poco o nada les importa la integridad de nuestro rey, por lo que, esta no es más que una simple petición de un anciano, porfavor mantenganlo cubierto, a cambio, si es que aún prevalece su sed de sangre, doy mi vida para que se satisfagan.- con la cabeza baja, se arrodilló, esperando golpes o algún escarmiento por su libre insolencia ante al enemigo, por el contrario, jamás vino, ansioso vio la gran espalda alejarse, y entre tantos animales enormes, se encontraba el menor en el lomo de un ejemplar azabache, aún tapado con el edredón, con el corazón en la mano, sintió que esa era una pequeña victoria entre tantas derrotas aplastantes.

-¿Porqué no lo matamos, Doyun?- otro Alfa se atrevió a cuestionar al líder, pues era poco natural que tengan piedad, y mucho menos con un oponente, para ellos la misericordia les convertía en seres débiles, la fuerza y muerte era lo único que necesitaban para sentirse ganadores.- El viejo quería morir, debimos darle el honor.

-Si tienes la audacia para poner en duda mis desiciones, deberías ser tú el líder, sin embargo, no creo que sea eso lo que deseas, ¿O no, MinSeok?- tajante cortó el hilo de preguntas que buscaba crear su aliado, además de escaparse de la obvia respuesta sincera que quería expulsar de sus labios, no iba a admitir que le dio lastima aquel anciano, parecido a su difunto padre, pues debía ser un muro sin sentimientos hecho para liquidar todo lo que su rey demande, y lo era, cumplía toda misión que se le asignara, sin agüites por más horripilante que sea el mandato.

Nacido Para Un Min |YM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora