Nacido Para Un Min |YM|

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-Oh, JiMinnie que alegría verte de nuevo -Sonrió la reina- Y trajiste a otro omega lindo -Refiriendose a Jin.

-Un placer reina Min, mi nombre es Kim SeokJin, amigo de JiMinnie, este es mi pareja- Señaló a NamJoon- Espero no ser molestia.

-Claro que no, sientete como en casa.

-La extrañe suegrita- Rió el mas bajo mientras era abrazado por un pelinegro.

-Veo que ya todo esta bien entre ustedes.

-Muy bien mamá.

-Si ese es el caso, vayan a su cuarto, JiMin debe de estar cansado y creo que necesitan actualizarse -Mostro su sonrisa de encías- En cuanto a ustedes, les presentaré su alcoba.

-Muchas gracias, no me he presentado, me llamo NamJoon.

-Un placer, ustedes también deben de estar cansados del viaje en auto.

-Si.

-No se siga más, vámonos -Agarro a ambos jóvenes por el brazo para llevarles a su habitación, siempre sonriendo, después de todo ella también extrañaba la sonrisa de JiMin.

Pero diganme ¿Quién no extrañaría aquella sonrisa de ojitos como media luna?

-Asi que ¿Cómo has estado estos 3 meses amor? -Dijo acariciando los cabellos del omega en su pecho.

-Me la pase bien, ya sabes, ayudando al par de allá para que oficialicen.

-¿Tu también? Yo tuve que hacer de Cupido con Hoseok.

-¿Tu mejor amigo? Nunca me lo presentaste al final.

-Si.. Él ya me grito por dejarte ir sin conocerte siquiera.

-Quiero conocerlo.

-Mañana mismo iremos a visitarlo si deseas, de paso podemos pasear con tus amigos.

-¿Cita doble?

-Triple, Hoseok también tiene alfa.

-Me encantaría.

-A mi igual... Te extrañe tanto bebé.

-Ya me lo dijiste muchas veces amor -Levanto la mirada y sonrió- Yo también te extrañe, mucho.

-¿Hasta el cielo?

-Hasta el final de todo amor.

-Aun no se conoce el final, bebé.

-Exacto, te amo y lo que siento no tiene límites y jamás los tendrá.

-¿Debería besarte? Dijiste algo hermoso.

-¿Eh?...

-Ven aquí amor- Sostuvo al castaño y lo sentó en su regazo- Te amo -Unió nuevamente sus labios en un toque suave, para después alejarse y mirarse a los ojos, perdiéndose en la galaxia del contrario.

Profesaron su amor ese día una y otra vez, hasta que ambos sintieron sus ojos pesarse y abrazados durmieron esa noche donde la Luna brillaba más de lo normal.

No tuvieron en cuenta nada, solo ellos dos.

Por eso no se percataron del olor de dicha Omega quién escuchaba atentamente todo.

Menos se dieron cuenta cuando entró y los miró con aquella cínica sonrisa mientras aguantaba la risa.

"Lo que ellos no saben... "

-Es que sus días están contados...