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-Entonces nosotros nos vamos, porque ustedes deben terminar el ritual -Nora habló, mientras sonreía y arrastraba a su esposo hasta la puerta del castillo Min.

Sully entendió al instante, también tomando del brazo a su esposo.

-¡Nosotros los acompañamos!

Para la extrañeza de la joven pareja, en unos movimientos rápidos, ya estaban solos en la sala.

Si habían profesado su amor ante su diosa, sus padres y pueblo ¿Qué faltaba?

El primero en recordarlo fue JiMin, quién se sonrojó y miró a YoonGi.

Este estaba perdido, pues solo podía hundirse entre las feromonas cada vez más intensas de su príncipe.

Si, lo que faltaba es la unión de cuerpos.

El acto de pasión.

Con sumo cuidado, Min tomó entre sus brazos a Park, para llevarlo hasta su cuarto.

-¿Yoo.. YoonGi? -susurró con los nervios que lo hacían quedarse inmóvil.

Aunque nada le duró, porque el también sentía las feromonas de su pareja más fuerte, como si le llamaran.

Y a su lobo le encantaba.

JiMin fue depositado con cariño en la cama, mientras encima suyo estaba un sonriente príncipe.

Para la curiosidad del castaño, YoonGi tenía un ojo color marrón y otro negro, ambos lo miraban con deseo.

Lo hizo sentir mejor, porque no era solo YoonGi, su parte lobuna también lo quería sentir y acariciar.

Ya no debía tener miedo, se entregaba a la persona que más amaba.

Con una sonrisita, empujó a YoonGi hasta dejarlo echado entre las sábanas.

-¿Qué haces, bebé? -preguntó, jamás podía decirle "no" a la actitud jugatona de su Omega.

El menor negó, comenzando un beso lento, calmado.

Ahora Min sostenía la cintura ajena con firmeza, mientras dejaba que su travieso menor acariciara sus muslos.

Así como empezó el beso, lo terminó.

Ante la atenta mirada de su esposo, se enderezó y comenzó a desatar el nudo del vestido.

Sus mejillas delataban su vergüenza, pero todo es menor en comparación a las ganas de querer ser uno, por ello, sin titubear, dejo caer con delicadeza toda prenda de su cuerpo, ahora estaba desnudo.

El Alfa se sonrojó, podía contemplar la vista más erótica de toda su virgen vida.

-Oh.. JiMin, ven aquí -lo jalo hasta quedar el menor con las piernas abiertas.

Con mucha lujuria, paso un dedo hasta la entrada de su esposo, la cual estaba mojada del lubricante natural, restregandolo y metiéndolo.

Ambos no aguantaron la necesidad de probar los labios de su amado.

Mientras Park comenzaba a desnudar a su esposo, este ya estaba listo para recibirlo.

No bastaron palabras, ambos se miraron a los ojos y supieron que ya estaban preparados.

Antes de comenzar, YoonGi sintió la curiosidad invadir su cuerpo, el virgen anillo de músculos de su Omega estaba al alcance de su vista y de sus labios.

Decidió que probar cada centímetro de la piel de su amado era lo correcto, por lo que sin avisar, bajo su rostro hasta quedar frente al agujero ajeno y lo lamió, metiendo su lengua y haciendo círculos en el interior.

JiMin no se esperaba aquello, cerró sus ojos y con fuerza atrapó las mantas entre sus manos.

-Ahh... Alfa -gimió, moviendo las caderas involuntariamente.

Se sentía excelente, pero quería otra cosa dentro suyo.

Se alejó de YoonGi y con un pequeño brinco logró ponerse en cuatro ante su Alfa.

Dejo al aire su trasero mientras hundía su rostro en la almohada -Porfavor...

YoonGi no pudo más, como si fuera una orden, no esperó segundos para tomar su dura erección y meterla con cuidado entre los glúteos redondos.

-¡Ngh! -gimió, al sentirse lleno de su esposo.

Al principio las estocadas en la cavidad anal eran lentas, aunque precisas, ahora el pelinegro tomaba con fuerza las caderas firmes del Omega para impulsarse y penetrarlo.

En uno de esas embestidas el pene del Alfa chocó con la próstata de JiMin, haciéndolo arquear la espalda y lagrimear de placer.

YoonGi se apegó a la espalda sudorosa del castaño, acariciando la tersa piel y jugando con sus tetillas, esos botones rosados y erectos.

Pronto sintió la necesidad titánica de morder cierta parte del cuerpo de JiMin y marcarlo para siempre.

Se acercó lentamente, subiendo en un camino de beso hasta llegar a la nuca perlada en sudor, lamiendola y mordiendola.

El Omega se estremeció, pequeños suspiros escaparon de sus labios y volteo a mirarle -Soy tuyo, Alfa.

El susodicho sonrió y tomó entre sus grandes dedos el miembro de JiMin para masturbarlo.

Ambos ya estaban en el límite, donde sentían, sin exagerar, tocar el cielo juntos, el clímax para sus sudorosos cuerpos.

YoonGi metió su pene una cuantas veces más, para llenar la entrada del castaño con su semen y con rapidez hundió los colmillos en la piel que parecía gelatina ante los filosos caninos.

JiMin lloriqueo de placer y dolor, porque su cuello fue marcado y el nudo del Alfa estaba creciendo en su interior.

-Te amo, JiMin -le dio un abrazo, aun unidos.

-Yo también te amo, mucho mucho.

Esa noche hicieron el amor hasta el cansancio, durmiendo abrazados y felices.




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Perdonenme, siento que no es lo suficientemente bueno, pero ya he hecho 5 intentos y no puedo más.

Solo no sean tan malos conmigo.

Los amo y cuidense mucho.

Nacido Para Un Min |YM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora