14

31.4K 4.6K 973
                                    

Su respiración estaba entrecortada, sus pupilas dilatadas, sus manos buscaban un lugar donde aferrarse, sintiéndose sin un piso donde apoyarse, lo miraba con fuego en sus ojos mientras el otro moldeaba su cuerpo con sus largas manos.

Su cuerpo estaba caliente, su entrada lubricaba y pedía a cantaros que fuera llenada, su animal en celo buscaba a su Alfa, en cuerpo y alma.

No supo en qué momento pero ya estaba en cuatro a merced del Alfa, que se posicionó encima de él, acariciando sus nalgas y amasándolas, para hundir sus dedos en ellas y abrirlas, su ano fue desvirgado de una manera tan excitante, poco a poco, haciendo que por un momento suplicara por más, siendo él el que moviera sus caderas para profundizar su penetración, sacándole un profundo gemido.

Apoyó sus antebrazos en la cama y elevó su retaguardia, lamiendo sus labios y mirando al otro, comunicándole que se moviera y ahora, el cual entendió a la perfección.

Haciendo un vaivén exquisito, sintiendo como las paredes ajenas lo enrrollaban.

Se apegó a la espalda del Omega y agarró su barbilla, logrando que sus respiraciones se mezclaran y sus gemidos se ahogaran debido al beso que se proporcionaban.

El Alfa le dió la vuelta, abrió sus piernas y se adentró de una estocada, el Omega cerró sus ojos y con una sonrisa comenzó a arañar su espalda.

Ya estaban llegando al clímax, el mayor hundió con fuerza sus dedos en la piel de sus muslos, dando sus últimas penetraciones antes de soltar su semilla, gritando ronco el nombre del Omega.

-JiMin..

Despertó con fuerza ¿Qué habia soñado? Eran YoonGi y él teniendo sexo.

Por la Luna, la locura lo había invadido.

Estaba sudado y con una erección entre su pantalón, este no fué un sueño normal. Se enderezó dispuesto a un baño de agua helada.

Pero no, sus manos involuntariamente chocaron con su glande para después atrapar su miembro, comenzando a masturbarse por primera vez en su vida, con una clara imagen de YoonGi sudado y embístiendole, gimiendo con esa ronca voz su nombre una y otra vez, perturbando sus sensibles oídos.

Bajó por completo su pantalón y boxer, se echó boca abajo en su cama, notando como su entrada estaba lubricada y ansiosa, como en su sueño.

Con tímidez en sus acciones, puesto que era su primera vez que hacía algo sexual, pasó un dedo entre su entrada y lo adentró, elevó sus caderas para que con su otra mano pudiera masturbarse.

Fue adentrando 2 dedos, como si en verdad estuviera siendo penetrado por el pene de su mayor, una tras otra vez, no aguanto más y se corrió, manchando las puras sábanas.

-Ah~

Quería recuperar su ritmo cardíaco, respirando para tranquilizarse y lo logró al cabo de unos minutos.

Ahora estaba avergonzado a más no poder, no podría ver a la cara al Alfa después de haber hecho esto. ¡Y pensando en él! Esto debía ser causa de su próximo celo, tenía que serlo.

Y recordando, hoy iba a ser su cumpleaños y no había hecho nada.

¿Qué hora era? Vió su reloj y dió las 9 a.m.

Alarmado salió de su mini trance y corrió a bañarse y cambiarse con un traje simple para el desayuno.

Bajó y saludó a los presentes, le felicitaron con un abrazo.

-Buen día, príncipe JiMin.

Susurró al que deseó no ver.

-Bu-Buen día, YoonGi.- desvió la mirada recordando su sueño y todo lo acontecido posterior a ello.

-Te deseo u feliz cumpleaños, mira, te compré esto.- extendió una cajita azul alargada con detalles dorados en los costados.

-Gra-Gracias.. -sonrió y le dio un abrazo- ¿Lo abro?- sólo recibió un asentimiento del Alfa expectante- Bueno.. -con sus manos ansiosas fue abriendolo hasta mostrar una pulsera de oro que mantenía un recorrido de piedras traslucidas, que contenían flores diminutas, pareciendo a las del jardín del castillo- Es hermoso, estoy asombrado.

-Me alegra, como te vas a ir a tu castillo por 3 meses, pensé que sería bonito llevar siempre presente estas flores, son las que te gustan, además que esta pulsera va con tu tono de piel, te queda perfecto.

El mayor agarró su muñeca y la alzó, tomando entre sus dedos la pulsera, para colocarla sobre su piel.

-Ves, te queda precioso.- con una sonrisa besó sus nudillos y tomó sus manos- Vamos a desayunar.

Ambos menores se sentaron uno al lado del otro, el Omega se le quedó mirando, mordiendo sus labios, era complicado dejar de pensar en él, más cuando el otro hacia cosas tan hermosas por él.


Y eso que recién habia pasado 10 horas de este largo día.

Nacido Para Un Min |YM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora