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-Joven JiMin, necesita bajar a almorzar, los señores están esperando en el Gran Salón.

-Si, Suri ¿Me harías un favor? Ayúdame a llevar todos éstos libros a mi alcoba.-señaló la montaña de escritos, tan sólo había leído uno y ya sentía que se perdía.

-Claro, señorito.

Emplearon su caminata hasta su habitación, entre charlas amenas y alguna que otra risa.

....


La pareja de un Min reconoce a su destinado cuando este llega a los 22 años, si la rutina del alfa no es calmada por su Omega, las repercusiones pueden ser fatales, llegando incluso a la muerte de la parte animal, neutralizandolos.

-Bien, entonces sólo tengo que esperar hasta su cumpleaños, no lo obligarán a casarlo conmigo ya que pondrían en riesgo a su hijo.-conforme con su pequeño plan, simplemente era cuestión de tiempo para liberarse de sus atados.

-¿JiMin? Ya es de noche, los Min vendrán, tienes 1 hora para alistarte.

-¿Eh? -Miró su reloj, se le había pasado el tiempo volando- Está bien, madre.


....

-Fue un gusto su visita, señores Min, Alfa- dio una reverencia y alzó sus pies en punta, dandole un beso en la mejilla pálida del último.

Ante la mirada sorprendida de sus padres, se puso a su costado y se despidió

-¿Qué fue eso? ¿Ya lo aceptaste, bebé?

-Uhm, digamos que si mamá, ahora necesito una ducha y dormir, tengan buena noche.

Se despidió con un besito en la mejilla de ambos y trotó hasta su cuarto.

¿El porqué del beso? Simple, él también podía actuar, a lo menos hasta que el cumpleaños del otro se acerque, tenía que mostrar avances a sus padres para que lo dejen tranquilo.

Ante esa idea simplemente cayó rendido, sumiendose en los brazos del dios Morfeo.

Un lobo blanco puro cual nieve descansaba en el pequeño follaje, cuando sintió el aroma a cacao y manzanilla, una mezcla extraña, adormilado se dejó llevar, sin darse cuenta de que un lobo negro como la noche lo miraba, acercandose más y más, irguiendose hasta quedar frente a frente.

El lobo de pelaje oscuro lamió cerca del hocico del más pequeño. Iniciaron una carrera, entre mordiscos y ladridos.

Terminó quedando el más agrande encima del lobo blanco, olfateando su cuello, donde la glándula de su aroma yacía, el lobo de orbes negras como su pelo se quedó estático, transmutando, dejando a la vista del lobo blanco a un humano, que reconoció, era él, Min YoonGi.

Despertó, sintiendo el aroma de cacao y manzanilla aún presente en sus fosas nasales, se sintió tan real, como si en verdad hubiese ocurrido.

Pasó las yemas de sus dedos por su cuello, esa parte de su anatomía estaba roja, poco después notó que estaba expandiendo su olor por todo su cuarto, sus feromonas a carne viva, una mezcla de fresas y lavanda.

¿Qué había ocurrido?

Nacido Para Un Min |YM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora