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Despúes de tan tetrica charla los músculos del omega se tensaron, sus padres pasaron para ver cómo estaban sus hijos.

-¿Qué pasó, cielo? ¿Ya conociste a tu futuro esposo?

Nuevamente sintió desvanecer, ¿Qué habría hecho él en su vida pasada para merecer esto?

-Si, señora Park, su hijo es un completo encanto, es un Omega maravilloso.- esas palabras acompañado de unos brazos rodeando su cintura lo pegaron frío, bajando la mirada por mentirle a los reyes.

-Oh, sabía que iban a congeniar, bueno, venimos porque ya los reyes Min tienen que irse, asi que despidanse, muchachos.

Y ante la mirada de los mayores el pelinegro Alfa se acercó, pasando los dedos por el pómulo rechoncho del Omega, dandole un beso en éste, para despúes escuchar los chillidos de sus madres.

Él en ningún momento sintió aquellas mariposas, tampoco escucho a su animal chillar, nada, aquel Alfa no provocaba nada en él y se sentía más frustrado, por no poder elegir sobre un aspecto tan importante como lo es él mismo.

-Hasta la próxima reyes Min, Alfa- Sintió como su garganta creaba un nudo, aguando sus ojos, no quería llamarlo así, a alguien que ni ganas tiene de conocerlo.

Desvió la mirada y lentamente deshizo el agarre en su cintura, alejandose de a poco.

-Hasta luego Nora, Mike, un gusto.

Y los reyes e hijo salieron por donde entraron.

-¿Cómo te fue, hijo? -Su madre risueña se acercó a él.

-¿Puedo ir a mi alcoba, madre? Necesito practicar mis reverencias.

Su madre iba a protestar, exigiendo un resumen detallista de su "conversación".

-Es para.. mi Alfa, necesito practicar más para impresionarlo- esa, esa era la forma de convencer a su madre, ya que ella gustosa le dió el tiempo que quería.

-Gracias, madre, padre, hasta mañana.

En un cansino trote subió las escaleras, al él estar fuera de la vista de sus padres decidió correr, encerrarse y rogar a su deidad porque fuera sólo un sueño, sólo eso, sintiendo ya las pesadas lágrimas consumirlo.

No le gustaba llorar, no soportaba y terminaba lastimando a su animal, que ya no movía su cola animado, simplemente se mantenía en una esquina ignorandolo, mirando hacia la nada.

¿Y es que, porqué él? No decidió ser princípe, tiene tan solo 16 años y falta 2 meses para sus 17, edad en la cual venía los celos de los Omegas lobuznos y decir que no le atemorizaba pasar su primera experiencia sexual con aquel Alfa egocéntrico era una atroz mentira, le aterraba, a tal punto de causarle espasmos y más lágrimas.

Ante más interrogantes decidió dejar de ser su verdugo, simplemente para descansar rogando a la Luna que lo tapara con su manto.

Cayendo en un sueño del cual no quería despertar jamás.

....

-Joven JiMin, despierte, su padre le llama.

-¿Mgh? Ah, está bien, gracias Suri, puedes decirle que ya bajaré.

-Está bien princípe, pero, mejor dese un baño ¿Estubo llorando, verdad? Usted no me miente señorito, practicamente le crié.

Sonrió ante su nana, negando y dandole un beso en la mejilla

-Está bien Suri, estaré como nuevo, ya verás.

Mientes, dijo por fin su lobo.

Lo ignoró, mostrando una de sus mejores sonrisas hasta que su nana se fuera y justo cuando lo hizo se dejó caer ante sus sábanas, sintiendo su vista pesar, pero tenía deberes como el cargo del que se condecoraba.

Caminó hasta su ducha y la prendió, esperando destensar sus músculos.

....

-Jiminie, la siguiente semana vendrá nuevamente los señores Min y por ende su hijo, necesito que te aprendas toda la historia desde el clan Min hasta su reinado, de esa forma tendrás temas que tocar con tus futuros suegros y pueblo, entenderás mejor su forma de gobierno y apoyarás mejor a tu Alfa.. ¿Me estás escuchando?

-Si papá, te escucho, después del desayuno iré a la biblioteca.

Ante el asentir de su padre sólo pudo bufar bajito, suspirar y obligarse a consumir su desayuno.

-Iré a estudiar, padre, madre.-se reverenció y caminó con la espalda erguida hasta la biblioteca del castillo.

Comenzó su búsqueda como autodidacta, alzando los libros y poniendolos sobre la mesa.

"Clan Min"

>Destinados.

Aquel encabezado lo intrigó, llegando directamente hasta aquella página, leyendo de pies a cabeza cada palabra.

Sólo los animales internos del clan Min pueden tener destinados, elegiendo a Alfa u Omega y uniendolos gracias a la Luna, la deidad máxima del mundo terrenal.

Gracias a la ofrenda de Min Know, que invocó a la diosa, rogando que le devuelva la flama de vida a su esposa fallecida, diciendo que ella era la persona que congeniaba con su alma, su predestinada.

Y la deidad no dudó, el corazón del hombre era puro y sincero, no mentía, retomando la vida de su amada y bendiciendo a su apellido, con la única condición, jamás olvidar de aquel lazo irrompible, aquel lazo que sólo despierta a los 22 años, donde el animal reconoce el nombre de su alma completa.

¿Destinado? JiMin no quiso leer más, sentía su mente explotar, si volvía sería con litros de agua para poder procesarlo, pues el pequeño era un poco lento al momento de comprender historias y relatos.

Entonces YoonGi tenía destinado, si lo iban a comprometer con él, ¿Que pasaría con la mitad de su animal interno? Sufriría eso no cabe duda, casarse con alguien que no es su pareja enlazada.

Necesitaba leer más, y rápido.

Nacido Para Un Min |YM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora