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JiMin reposaba tranquilamente el mentón en el hombro de su novio, moviendo sutilmente los pies.

-Eso, sigan así -susurró Erd contento, admirando como la pareja estaba en su nube y nadie los bajaría de ella.

-Se ven preciosos -sonrió la reina al mismo tiempo que tomaba una rápida foto.

En ese instante estaban ensayando el baile para la boda, la cual era fiscalizada por sus madres, quienes emocionadas recorrían la ciudad cada vez que podían para encontrar las telas y el traje.

El pueblo ya se estaba acostumbrando a la presencia de la realeza entre ellos.

El baile terminó y segundos después entro a la sala de ensayo Jin, quien arrastraba a NamJoon.

-Amor, no sé bailar -trató de pedir ayuda.

-Señor Erd, disculpe pero ¿Podría poner nuevamente la pista?

El mayor asintió, colocándola inmediatamente.

-Una vez más, repasen -pronunció con voz calmada, mientras bebía un vino fino.

Se escuchó el abucheo del príncipe Min, él sólo quería descansar abrazando la cintura de su bebé ¿Porqué no lo dejaban ser feliz?

Nuevamente reposó sus manos en la cintura de su omega, juntandolos y moviéndose al ritmo de la melodía.

La nueva pareja ya se acostumbraba, por inercia Jin descansó en el cuello de su novio.

Más era como un abrazo mientras sus pies movían por si solos a sus cuerpos.

La música nuevamente se detuvo.

-Chicos, tengo noticias para ustedes -sonrió en grande la reina y se acercó a los jóvenes.

-Digame suegrita -correspondió la sonrisa.

-Como tu madre y yo hemos realizado los preparativos antes de tiempo -rió- Nos parece una buena idea agilizar la fecha.

Los menores asombrados asintieron para que siguiera hablando.

-Será dentro de un mes.

( ̄(エ) ̄)


-¿Cuánto dices que demorará?

-Señor, cuando inicie la emboscada nos tardará 3 semanas en llegar al reino a pie.

-Bien, deben ir por el sur, es mucho más fácil poder camuflarse por la arboleda.

-Entendido.

-Alisten a sus mejores hombres y ante todo -sonrió y camino despacio hasta la ventana, reposando sus manos en ella- No tengan piedad. -Soltó firme.

Su mejor sirviente acogió la misma sonrisa.

El Reino Min era fuerte, pero nadie, ni un sólo reino espera una emboscada, menos en estas épocas de "Paz"

Un mes, un jodido mes y su rey descansaría.

El soldado estaba perdidamente enamorado de su Alteza, tanto que no le importaba no se correspondido, si estaba bien, sería feliz por siempre.


( ̄(エ) ̄)


-Bebé ¿Qué dices sobre el cambio de fecha?

-Uhm... -sonrió y acaricio las mejillas de su amado- Solo quiero casarme contigo, ser tu rey y tu el mío por siempre -unieron sus manos y caminaron sin rumbo fijo, entonces el omega se iluminó, corrió y entraron a un cuarto que el mayor no reconoció.

-¿Donde estamos amor? -hablo entre la oscuridad.

JiMin comenzó a buscar el botón de la luz, lo encontró y presionó, dando a conocer un cuarto empolvado.

-Un día la reina y yo caminábamos por los pasillos y nos encontramos con esto, recordó que era la habitación para dibujar modelos y me dio permiso para venir -se sentó antes de limpiar el polvo- Claramente me olvidé de limpiar, pero estamos libres hasta la noche -miró al mayor- ¿Qué dices? ¿Quieres ser mi musa?

-¿Qué quieres dibujar mi cielo?

-Quitate la camisa -emocionado se enderezó y paro enfrente del lienzo, tomo los lapices entre sus dedos.

-Woah, no me especializo en que me dibujen desnudo.

-No tendría problema en hacerlo, pero quedaría celoso de las personas que vean una faceta que sólo puedo gozar yo.

-Oh, mi bebé esta celoso y posesivo, me encantas.

-Y tu a mi amor, pero necesito que transmutes a tu lobo.

El mayor entendió, se despojo de sus prendas hasta quedar en boxer y concentró en su animal interior, llamándolo, quien gustosamente acepto salir.

Ahora en medio del cuarto se encontraba un lobo negro mirandolo, con la cola revoloteando.

JiMin corrió y se lanzó a abrazarlo, ese lobo era el mismo que el de sus sueños, era su lobo.

Restrego su rostro entre el cuello del animal, quien tenia las orejas paradas y olía el cuerpo más pequeño.

Y lo reconoció, lamió el cuello del omega recordando en donde se había quedado la última vez.

Algo le decía que lo mordiera hasta que formalmente ese omega sea suyo, pero antes de siquiera sacar los colmillos su parte racional negó, lo haría pero ahora no.

Se dejó acariciar y lamió la carita sonrojada del joven.

Esa tarde JiMin retrató a su primer amor, un lobo negro y salvaje cual noche.

Su alfa. YoonGi.

Nacido Para Un Min |YM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora