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La gente se movía de un lado hacia el otro, algunos con armas, otros simplemente con sus ropas, muchos mirando al cielo azul y rezando para que este día no sea el último.

-¿Rey Min? Su tropa ya está lista, sólo falta usted.- Un soldado beta le informó, el Alfa asintió contemplando por última vez todo su pueblo, ahora vacío y oscuro, que posiblemente quede destruido.

- Que las tropas 3 y 6 se vayan ahora.

Se dio la vuelta para alejarse del balcón, adentrándose entre los pasillos para buscar a su Omega.

-¿YoonGi? Mi niño...- Su mamá lo abrazó con los ojos cristalizados por las lágrimas que amenazan por salir- Vuelve a casa... Vivo ¿Bien?

El joven sólo pudo cerrar los ojos y corresponder algo tan casual como un abrazo, pero que en estos momentos se sentía tan cálido, lejano a todo lo que abordaba su mente.

- Madre... Protegeré al Reino, lo haré, así que no te preocupes por mí, te amo.- Besó su frente y ahogó un pequeño llanto, no quería prometer algo que muy seguro no podría cumplir.

- También te amo, ahora iré a la tropa 2.- Trató de sonreír para tomar las manos de su hijo y susurrar el mismo cántico que Nora.

-¿Qué?¿Lucharás? -YoonGi la miró sorprendido.

-Sí, que ni crea tu padre que voy a dejarlo solo, si él va, yo voy y tu también deberías hacer lo mismo, igualmente sabes que JiMin no se quedará con los brazos cruzados.- Asintió firme a sus palabras.

- Pero mamá, puedes morir allá...

-Y si Chael muere, sería como estar sin vida aún cuando esté respirando, no tendría sentido YoonGi, piensa en ello.- Le sonrió para alejarse y salir de su campo de vista.

Suspiró y dio un golpe fuerte a la pared, si en sus manos estuviera, no expondría en una guerra a su esposo, jamás.

Lamentablemente no es el caso.

Respiró hondo y siguió caminando hasta donde estaba la concentración de Omegas, debía ver a su Omega y los de sus amigos.

Con la mirada pudo encontrar a su mejor amigo, quien al verlo no pudo evitar correr para abrazarlo.

-¡YoonGi! Por la Luna, me tenías ansioso por verte, no quería que te fueras a la lucha sin haberte dado mi bendición.- Dijo lloriqueando en su hombro- ¿Y mi Tae? ¿Dónde está?- Se separó para comenzar a buscar al Alfa con la mirada.

-No vino HoSeok, su tropa fue la primera en instalarse en su lugar, no tuvo el tiempo de venir, pero si lo tendría, estoy seguro que habría venido aquí para darte abrazos y muchos besos.- Trató de calmarlo al ver como sus ojos se entristecían.

-Ah... Así que posiblemente jamás lo vuelva a ver... Bien...

-HoSeok...

-YoonGi, prometeme que cuando veas al maldito infeliz que está detrás de todo esto, no tendrás piedad.

- No te preocupes por eso, si muero me lo llevaré a él a la tumba.- Prometió sin vacilar y con la mirada enardecida- De eso no tengo dudas.

Su amigo sonrió satisfecho y le dio un último abrazo.

-JiMin está en el siguiente pasillo, con SeokJin. Sé que ganarás YoonGi, yo confío en ti.

Se despidió con su típica sonrisa y sus ojitos iluminados, tratando de no flaquear al recordar a su Alfa.

Ahora el Rey corría para encontrar a su Omega, el tiempo no lo esperaría.

Tuvo que concentrarse entre todos los olores para identificar al de JiMin, con suma atención siguió sus instintos y sonrió en grande al verlo delante suyo.

-¡JiMin! -Lo llamó para acercarse a él rápidamente y abrazarlo con todas sus fuerzas.

-Yoonie... -El menor correspondió la sonrisa y el abrazo para besar sus labios repetidas veces.

Se extrañaban tanto.

-Mi amor, no podía irme sin antes verte... Te amo JiMin.

-Yo no podía dejarte ir sin antes verte, Yoonie, te amo tanto.

Unieron sus frentes mientras cerraban los ojos y traicioneras lágrimas adornaban su rostro.

No pudieron alargar el tiempo más, aquellos minutos juntos donde sus labios no dejaban de unirse y entre sus manos estaba el cuerpo de su amado, fueron la alegría que más necesitaban.

-JiMin...

- No... Aún... No quiero soltarte YoonGi... tengo miedo de que no vuelva a tocarte, besarte... No podría...

Pero eso no significaba que lo aceptaban.

-Mi pequeño... Por este momento, debes hacerlo, no es el fin ¿Si, mi amor? No es nuestro fin, no lo permitiré.

Besó su frente y nuevamente lo envolvió en sus brazos.

-Yoonie... Yo... Quiero estar ahí, junto a ti, ser el que proteja tu espalda... -Susurró con súplica.

-Y lo harás, sólo debes llevar a todos a un lugar seguro, te estaré esperando.- Cerró sus ojos con fuerza y besó por última vez sus labios, para alejarse aunque su alma se niegue a ello-... Te estaré esperando, cariño.

Ambos soltaron sus manos y un peso más se instaló en su pecho.

Antes de que desaparecieran de su vista susurraron un bajo "Te amo".

Nacido Para Un Min |YM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora