Dos jóvenes se sonreían mientras se miraban a los ojos, acariciando sus pieles desnudas, provocando suspiros y pequeños gemidos.
Ya era las 10 de la mañana, el Sol ascendía con el paso de las horas y la pareja seguía en la desordenada cama.
Estaban cansados, de tanta acción en la noche sus cuerpos no podían más.
Después de darse por hecho que eran destinados por la Luna, no pararon hasta que sus animales estuvieran satisfechos, haciendo el amor en sus dos formas, acariciando sus pelajes y tallando sus pieles, asegurándose que sus cuerpos conectaran y se conocieran aún más, si es que se podía.
Ahora un Omega pelicastaño tenía que lidiar con un Alfa sobreprotector, dominante y meloso, que revisaba cada centímetros de su cuerpo, verificando que entre el coito no le hubiese dañado.
-Yoonie... Porfavor cariño, ven y abrázame.- JiMin abrió sus brazos, listo para recibir a su esposo.
Sólo recibió un pequeño gruñido, para tener todo el peso de su Alfa encima.
Su lado animal seguía interrumpiendo su razón, por lo que las actitudes de YoonGi eran instintivas y más primitivas, naturales de los lobos.
Toda la habitación era un mar de feromonas, que para cualquiera llegaría a ser tedioso y bombardeante, pero no para ellos, gracias a que sus olores se mezclaban se sentían entre las nubes, rozando el cielo y acariciando las estrellas, era su paz.
Nadie los podía molestar, si querían vivir, claro está, todo el reino y servidumbre sabía de la condición del aspirante a Rey, entendiendo que si amaban su cuerpo nadie, absolutamente nadie, podía interrumpirlos y acercarse al Omega y si lo hacían, que se vayan preparando a morir entre las fauces de un Alfa Min a pocas horas de su "despertar".
De tan sólo pensar en ello los dedos de YoonGi picaban, enojandose de la nada por el simple pensamiento de que un enemigo pueda ser bendecido en oler la fragancia de su Omega, aquella que entumecía sus sentidos y los despejaba.
Oh no, mataría si eso llegara a pasar, odiaría que alguien se atreva a contagiar el aura de feromonas que era su JiMin.
-Mi amor, no sé que estará pasando por esa cabecita tuya, pero te aviso que no soy un oso, mucho menos uno de peluche, a este paso me terminarás ahogando.
El Alfa al instante soltó el cuerpecito de su príncipe, haciendo un puchero y bajando la cabecita, arrepentido.
Park juró que si su esposo tuviera orejitas de lobo, ahora estas estarían caídas, no podía simplemente enojarse, se le hacía muy adorable.
>>Ya cariño, no me he molestado.- Sonrió para abrazar la cabeza ajena y darle pequeños besos en su cabellera.
A decir verdad, JiMin también tenía a su lobo muy emocionado, dando saltitos, revolcándose, mostrando la pancita, no importaba, la felicidad de encontrarse por primera vez en cuerpo con su pareja era inexplicable, haciendo que el príncipe no quisiera dejar libre al Alfa, también quería ser posesivo, celoso y meloso, por ello no dejaba de soltar feromonas para que su esposo se dejara llevar, sin poner resistencia alguna a sus brazos.
Las horas no se sentían, siempre que estaban juntos era placentero de muchas maneras, calmando y estabilizando su estado de ánimo, después de todo nada les libraba de sus obligaciones como la pareja Real de Busan y Daegu, tenían un peso enorme entre sus hombros, miles de personas confiaban en su futuro liderazgo, si, era un papel gigante para caer en sólo dos jóvenes, pero ellos sentían que si estaban juntos y con sus seres queridos, nada era imposible.
Incluso si ya era tarde, con el Sol descendiendo en los cielos y la Luna haciéndose notar, sin haber consumido alimento alguno y sin moverse de la cama, no lo tomaron en cuenta, si el tiempo corría, que lo haga, pues no querían cortar este momento de tranquilidad, donde las palabras sobraban, hasta las caricias eran innecesarias, pues sus almas se enamoraban una y otra vez.
Estaban dejándose engatusar por el sueño, con los párpados pesados y los movimientos imprecisos, ahora queriendo cerrar los ojos y que Morfeo tenga sus cuerpos entre sus manos.
Pero no.
El taladrante sonido de la puerta sonaba, repetidas veces, molestandolos y haciendo que el Alfa en un salto saliera de la cama, casi gruñendole al desubicado que se atrevió a irrumpir su paz, casi.
Si no fuera porque Jin lo miraba desesperado, adentrándose al cuarto sin invitación, ganándose un dolor de cabeza al sentir todas sus feromonas, pero no tenía tiempo para quejarse.
Los miro sin saber qué decir, más bien, sin saber cómo.
Simplemente lo soltó, sin gastar tiempo para pensarlo.
-¡Nos están atacando!
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Nacido Para Un Min |YM|
Fanfiction-Entonces es un trato, Park JiMin es de Min YoonGi. ¿Que pasaría cuando se enterara que desde la cuna tenía alfa? •Contenido homosexual. •No adaptaciones sin mi permiso. •Primera historia de su humilde escritora. •Omegaverse. •Todo comentario negat...