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Por su deidad ¿Qué iba a hacer? No le dolía, después de todo no tenía con qué reclamarle, sólo eran prometidos, futuros reyes, ¿O no?

Estaba frustrado, no sabía si notaron su presencia, simplemente salió y se escabulló a su alcoba, ahora estaba leyendo uno de los libros de la biblioteca privada que yacía al costado de su cama, pero no le prestaba atención, solo repetía una tras otra vez las imágenes de hace tan solo 1 hora.

¿Cómo era posible? El príncipe y la sirvienta, no refiriendose al nivel de jerarquía, si no, el hecho de hacer verse intímamente entre las paredes del castillo y sin que se den cuenta.

Tan sumido estaba en sus propios pensamientos que no se tomaba consciencia de la hora, se suponía que hoy sería su primer ensayo del gran baile para su boda, que aunque por más absurdo que fuera, por su plan al librarse de aquel matrimonio cuando YoonGi conociera a su pareja, tenía que hacerlo, para no levantar sospechas, además ver a YoonGi es como rememorar a cada segundo lo que vió, no sabía cómo actuar y le aterraba mostrarse nervioso y que preguntaran por su estado, no, tenía que saber portarse frente a esta situación.

El no haría nada en contra de la relación del príncipe Min y Yoona, si tenían algo o no, ¿Acaso era de su incumbencia? No, no lo era, se respondió.

¿Desde cuándo estarían juntos? Parecian tan enamorados y el mismo se sentía mal, siendo el sobrante de tan bella relación, era un maldito triángulo amoroso, que si bien el no sentía algún cariño, estaba tan involucrado como ellos dos, la diferencia es que entre Yoongi y Yoona, sólo había amor.

Y se reprendía a sí mismo ¿Porqué le daba tantas vueltas?¿Fue ese sueño el que lo conmovió? Aún recordaba el aroma del príncipe, tan relajante que...

-Príncipe Park, los reyes Min lo esperan para dar inicio al ensayo del baile.

Oh, eso si que lo sorprendió, tenia 10 minutos para bañarse y cambiarse, si lo hacía en tan poco, se debía autoplocamar héroe ¿De qué? De su orgullo como heredero.

-Esté bien, gracias por avisarme

Dijó empezando su paso cual bala, a la ducha y en menos de 4 minutos ya estaba completamente limpio, aún dolido por su rápidos movimientos que dañaron su suave piel, haciendola picar. Ahora tenía que elegir un traje, común pero sofisticado, ya tenía uno, así que sin más revuelos solo pudo ponerselo, con una pizca de brusquedad, debido a la falta de tiempo.

¿Cómo pudo pasarle el tiempo así? Le enseñaron que tenía que ser responsable, desde que tenía razón ¿Entonces porqué? Lo educaron para ser perfecto ante su esposo, con normas estrictas, pero también con amor, porque no se sentía cohibido con sus padres, serios pero amorosos, extrañamente así le gustaba.

Su disciplinada forma de educación era su mayor base para comportarse ante las críticas de la sociedad y los estándares que se entablaban.

Era tanto su revuelo por su actitud poco común que ya estaba sonriendo, involuntariamente, frente a los que son sus futuros suegros y su futuro esposo.

Oh, vaya, atrás estaba Yoona, mirandole, quizás estaba celando en silencio a YoonGi.

Lo dejó pasar, sólo quería que terminara lo más pronto posible, cosa que era probable, él era bueno en los bailes, siendo otra de las disciplinas prácticadas en su vida y de la cual podía alardear.

Sólo olvidó tener en cuenta que no era el único que debía bailar.

Era el quinto intento y estaba frustrado, lo hacía bien, pero YoonGi no, y sentía como una mirada lo carcomía más y más, ya que la mano de Min sostenía su estrecha cintura y no se despegaba.

Qué falta de respeto, él no era de quejarse, llevaba una buena relación amistosa con el servicio de su castillo, pero que lo miraran así, sin duda era algo que no debía aceptar, pero como era él, lo dejó pasar.

-Príncipe Min, creo que es mejor que haga un ensayo solo, puesto que el príncipe Park lo hace con perfección.

Miró agradecido a su tutor, así el joven Min se alejaría y él podía ocultarse en un lugar fuera del alcance de la joven sirvienta, que ya le comenzaba a asustar.

Suspiró con ganas y pensar que se veía tan amable al principio.

-Bueno, fue un gusto profesor Erd, iré a mi alcoba, si me disculp...-no culminó por la voz interrumpiendo su hablar.

-No, tú te quedarás a seguir ensayando, no aprenderé si no es bailando con la persona que supone tengo que hacerlo.

-Pero, príncipe Min.

Nuevamente suspiró, ahogando unos cuantos insultos que se aprendió del pueblo.

-Bien, tiene razón.- sólo respondió, resignado nuevamente al toque en su cintura, observando de reojo a Yoona, la cual con sorpresa miraba a la pareja.

-Uno, dos, tres, uno, dos, tres..

Se escuchó el contar de los pasos del vals, tan sereno, para cualquiera sería un momento romántico, pero él quería alejarse y dejar de sentir cosquillas en donde la mano de YoonGi se posaba.

.....


Ambos se sonrieron, después de una hora habían logrado por fin un ensayo sin errores, siendo pulida con tal destreza que cualquiera creería que ambos eran dos piezas de rompecabezas, hechos para el contrario, unidos perfectamente, no pudierón evitar que al culminar su baile se miraran a los ojos y mostraran tanto, sin palabras por el revoltijo en sus lobos y en sus corazones, cualquiera diría que eran novios porque así lo decidierón, porque se sentían bien de esa manera, ambos expresaban algo que no podian aceptar.

No podía ser amor, ¿Cuándo sucedió?

Nacido Para Un Min |YM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora