- OFIUCO. PART. 36 -

43 8 46
                                    

- Siempre viví rodeado de serpientes, estas me educaron y enseñaron muchas cosas, no solo a sobrevivir sino también usar una parte de mis poderes, creía que eran parte de mi mamá antes de dejarme.

El escenario había cambiado cuando visto los ojos de Ificles desde el reflejo de ese escudo. El lugar era familiar, te encontrabas en el templo donde había peleado la mujer serpiente solo que este se veía más destruido y acabado con el tiempo.

Te quedaste confundido ¿Acaso volviste a soñar? Antes de pensar bien oíste la risa de un niño y sus pasos corriendo a tu dirección. Volteaste solo para ver a un niño pequeño corriendo a como sus pies podían hasta llegar a uno de los pilares de piedra.

Ificles: ja, esta vez lo conseguí ¿No es así amigos? Ya domino bien mis piernas

Sus cabellos largos pero no tanto como a su versión adolescente le respondieron con ánimo, era Ificles.

Tenía la apariencia de un niño común solo que con la diferencia de sus cabellos de serpiente y no cargar lentes oscuros. Viste con detalle sus ojos era un bello color aguamarina que parecía brillar por sí mismo. Usaba una camisa mal gastada de color rojo que le llegaba hasta las rodillas, sin zapatos y sin nada más encima.

Miro a su alrededor con cautela.

Ificles: bueno creo que estoy solo je, como siempre...

Sus piernas se convirtieron en una larga cola de serpiente así como su piel se convirtieron en escamas. Tenía la apariencia de un pequeño monstruo serpiente, se deslizo por las viejas paredes de roca subiendo con cuidado hasta llegar al techo cubierto de árboles donde vio el atardecer.

- Cuando nací me encontraba solo, no vi la necesidad de buscar compañía o alguien más porque tenía a mis serpientes conmigo, de alguna forma ellos trataban de bloquear mi sensación de soledad.

Se veía a varias serpientes colgando por el techo y en esculturas rotas de piedra de soldados que llegaste a reconocer por el sueño anterior.

Ificles se deslizaba entre ellos con cuidado de no romper más las figuras.

Ificles: no entiendo de ¿Dónde salieron tantas de estas cosas? Ni siquiera se parecen mucho a mí o a ustedes.

Una serpiente de color negro e deslizo cerca de él siseando a su oído.

Ificles: ¿mamá lo hizo? ¿Qué es ''mamá''?

Las serpientes de su cabellos se mirador entre si junto a la mayor que tenían en frente. Era como si esa pregunta les afectara mucho.

Ificles: ¿Es la mujer de las pinturas?

La serpiente negra asintió con la cabeza en afirmación. El niño solo miro en dirección a una de las pinturas que aún se conservaban en ese viejo templo griego.

La pintura de una mujer horrible con cabellos de serpiente suplicándole perdón a la figura de una diosa de casco y lanza griega.

Ificles: mamá....

- La ignorancia es hermosa, el no saber cosas que te podrían dañar o perjudicar así como vivir en tu mundo de fantasía solo siendo tú o creyendo en lo poco que sabes. Pero en mi caso la situación era diferente siempre fui consciente de lo que era o eso creía.

Ahora estaba Ificles mirando el dibujo con curiosidad, sus serpientes del cabello lo acompañaban fielmente preguntándose entre ellas ¿Qué veía el niño de interesante a esa pintura?

Ificles: ¿Creen que era hermosa? ¿Qué era lista? Debió serlo ya leí todos los manuscritos que habían en los escombros

Pregunto el niño.

- TWISTED LEGEND - FAN FIC -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora