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- OFIUCO. PART. 32 -

Azariel cuando era niño era muy peleonero, un niño problemas pero al ser un tiburón todos lo veían como algo normal. La etiqueta de tiburón = a violencia estaba muy marcado en él y su especie, por eso eran pocos los que se llegaban a relacionar con uno de estos, y aunque hubiera verdad en sus palabras no dejaba de lado en ser una mentira también.

Había conocido a varios de su especie que resultaron ser más amables de lo que aparentaban, aunque eso no dejaba de lado que eran peligrosos cuando se lo proponían.

Azariel estaba cómodo en esa mentira pero a la vez destrozado. Es un tiburón un depredador se veía orgulloso entonces ¿Por qué no se sentía así? No había de que quejarse su madre le dejo en claro ese lado suyo y debía usarlo a su beneficio.

Al final nadie se preocuparía por alguien como él, se puede cuidar solo.

Víctor: ¡Azariel cuidado!

Víctor tomo el cuerpo del menor empujándolo al otro lado antes de que una aleta gigante de anguila lo golpeara y se lo llevara al agua. Ambos cayeron de golpe al suelo siendo Azariel aplastado por el cuerpo del mayor, el mencionado se levantó rápido y retomo el hechizo en su pluma.

Korem: ¡Hild apúrate las cosas aquí se están poniendo feas!

Hild: ¡ya termine el cerrojo solo debo activarlo!

La chica trabajaba con rapidez, no es que fuera difícil el rompecabezas, bueno si era difícil pero también cansado y duro porque las piezas estaban tan oxidadas que no se deslizaban como ella quería o se quedaban atoradas entre sí, tenía ganas de solo romper la puerta y entrar.

La cabeza de una de las anguilas salió del agua, eran más monstruos que maquinas a diferencia de las criaturas de la bóveda de Luperca. Sus cuerpos estaban construidos por carne así como tinta dándoles un aspecto viscoso. No tenían ojos pero si unas enormes bocas que filas de dientes filosos.

Víctor: ¡obedece mi voz y mi voluntad será escuchada listen to mi voice!

Víctor hizo uso de su magia haciendo aparecer un grillete alrededor del cuello de la anguila gigante este era de oro debilitando poco a poco a la criatura comenzó a soltar descargas eléctricas que se intensificaban por el agua esparcida alrededor del pasillo.

Víctor: tiene mucha fuerza, necesito que lo debiliten para que mi magia funcione

Azariel tomo su pluma mágica recitando uno de los hechizos que había visto practicar el líder antes de su delirio y locura.

La pluma brillo con intensidad levantando el agua esparcida por el pasillo, el chico tiburón vio en lo alto del techo un montículo de rocas que parecían sostener lo que antes era un farol de piedra gigante. Una idea llego a su cabeza.

Azariel: ¡Mueve la anguila debajo de la piedra!

Víctor: ¡¿Qué?!

Azariel: ¡Solo hazlo!

Haciendo caso a los gritos de su compañero aun luchando por el control de esta criatura le dio la orden de moverse, aun cuando forcejeaba y daba resistencia a las órdenes del chico.

Al estar en una distancia considerable Azariel uso el agua acumulada afilándola como estacas a su alrededor para derribar el pedazo de piedra colgando, cayendo encima de la criatura aturdiéndola. Víctor aprovecho la oportunidad en usar su magia única una vez más dando el efecto deseado.

La anguila gigante cayó al agua obedeciendo la orden del vice líder en volver a su celda.

Azariel respiro cansado, usar magia no era su fuerte y menos en situaciones donde debía estar concentrado y calmado.