CAPITULO DIECISIETE - NUNCA HE TENIDO UNA CITA DOBLE

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         Sábado, 26 de agosto del 2023

En cuanto mis amigos se dirigieron a nuestra mesa, más de la mitad de la clientela femenina se quedaron mirándolos embobadas. Había que admitir que Marco siempre ha gustado mucho a las chicas, es mono y siempre viste muy bien, pero creo que la razón era Matt. Estaba vestido igual que cuando llegó a casa antes de la cena, unos pantalones beige de vestir y una camisa blanca con las mangas remangadas hasta los codos. No era nada especial, pero le quedaba muy bien.

No vas a admitir que Matt es guapo, ¿verdad?

Lo admito, Matt es guapo a su manera.

¿A su manera? Será a la manera que te gusta a ti.

Sería posible que fuera de mi estilo, si existiera alguna forma de cómo me agradan los chicos. Normalmente, a mí no me parecía guapo ningún chico.

Pues ya existe esa manera y tiene nombre. ¿A qué no lo adivinas? Matt.

Eso era irrelevante en ese momento. Lo importante era que mi mejor amigo y mi no-amigo estaban captando la atención de casi todas las chicas del local.

¿Y eso qué tiene que ver?

Seguro que se habían enrollado con casi todas ellas. Eran unos asquerosos.

Ya salió Ellie la puritana. Los demás no tienen la culpa de tu nula vida sexual.

No estábamos hablando de mí, sino de ellos.

Matt se sentó a mi lado y Marco le pidió a Alex que le dejara el sitio porque tenía que hablar conmigo. 

Los únicos mayores de edad eran Matt y Marco, aun así, todos tenían bebidas alcohólicas. Aquí nunca te preguntaban tu edad.

Matt aún no había pedido nada, pero el camarero llegó nada más sentarse, le trajo un combinado de color rojo y le informó que las damas de la mesa de enfrente lo invitaban. Él las saludó e hizo como que brindaban, pero no probó la copa, me quitó la botella de agua que yo tenía en las manos y bebió de ella hasta que se la terminó.

- ¿Qué haces, pesado? - le reñí, cuando me devolvió la botella.

- Lo siento, tenía mucha sed. Voy a comprarte otra botella. ¿Me acompañas?

- ¿No sabes ir solo? - le pregunté con mi tono más sarcástico.

- Sí, pero tardaría más de media hora en volver y te deshidratarías - me dijo mientras tiraba de mi mano para que me levantase.

En cuanto vio que tres chicas se nos acercaban, me pasó el brazo por encima de mis hombros y me acercó a él. Las chicas por inercia desviaron su trayectoria y ni nos saludaron.

¡Eres un escudo humano!

Sí, era la ilusión de mi vida y esperaba que entendieses el tono sarcástico.

La barra estaba llenísima y era imposible acceder hasta ella, por lo que nos fuimos a una que estaba al fondo, detrás de una especie de pista de baile que habían improvisado algunos clientes.

- ¿Me utilizas de escudo humano? - le pregunté.

- Soy culpable, lo reconozco - me dijo mientras nos colocamos en la esquina de la barra, el único sitio que quedaba libre.

- ¿Por qué no te bebiste la copa que te habían servido? ¿Lo haces solo para fastidiarme?

- No, mi pequeña Ellie. Hace más de un año que no tomo alcohol y no creo que hoy fuese el mejor día para empezar.

SOMOS CINCO RUBIOS - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora