CAPITULO VEINTICINCO - SEGUNDA CITA DOBLE

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         Viernes, 10 de noviembre del 2023

Odio ir de compras y cada vez lo odio más. El curso pasado mi madre se contentaba con que comprase cualquier cosa, pero este año quería que me pareciese cada vez más a una Barbie.

¿Una Barbie? ¿No crees que estás exagerando?

Una Barbie. Estaba empeñada en que me comprase un traje o una falda. ¿Por qué? Porque ella era de la opinión que a los diecisiete años tenía que acostumbrarme a vestirme como una señora coqueta de vez en cuando. ¿Señora coqueta? ¿De dónde sacaría mi madre esas palabras?

Yo no tenía necesidad de venir a comprar hoy, pero como mi padre canceló los planes que tenía esta tarde con mi madre, ella se me pegó como una lapa.

Al principio me dijo que iba a acompañarme a todo lo que tenía planeado hacer, por lo que fuimos a ver a Martha porque no había podido ir a verla en toda la semana. Mi madre no la conocía, así que se la presenté y probamos juntas la tarta de manzana y almendras que le habíamos llevado. Incluso nos encontramos a Eric cuando salíamos del edificio. Las oficinas de su padre están muy cerca y él había ido a saludarlo.

Cuando intenté ir al gimnasio para dar un par de golpes, a mi madre no le apetecía, por lo que decidió que mientras esperábamos a papá nos fuéramos de compras. A ella no le gustaba mucho comprar y a mí menos, así que hasta ahora las compras habían sido un fiasco. Mi madre se había comprado un sacacorchos para botellas de vino, porque se le había perdido el que estaba en la barra de la piscina. Yo me compré unas medias para jugar al futbol porque mis favoritas se me habían enganchado a un cable y se me habían roto el martes cuando fui al entrenamiento de los chicos y luego nos sentamos a tomarnos un té porque estaba haciendo un poco de frío.

- ¿Por qué no te compraste la falda azul? Seguro que te quedaba preciosa - intentó convencerme mi madre.

- Mamá, sabes que nunca me la pondría para salir.

- Deberías de arreglarte un poco más, hija. ¿Has notado lo apuesto que va siempre Eric? Su padre también siempre ha vestido muy elegante. Además, no me puedes negar que el chico es guapo. ¿Tú qué opinas?

- Opino que si estás intentando que busque novio lo llevas claro. Ahora mismo estoy bien así, sin complicaciones en mi vida - le contesté a mi madre.

- Hola, Ellie. ¿Cómo estás? - me dijo Susana.

Desde que nos habíamos encontrado en el baño, la noche que conocí a Matt, Susana y yo nos habíamos vuelto más que conocidas. Incluso este año nos sentamos juntas en el instituto. Es una compañera ideal, no molesta mucho, solo de vez en cuando, y te deja que molestes también un poquito, pero sin pasarte.

- Hola, Susana. ¡Qué sorpresa! Ella es mi madre, Emma. Mamá ella es mi compañera de mesa en el instituto - dije haciendo las presentaciones.

- Encantada, señora - dijo Susana a mi madre.

- Encantada, Susana. Ellie, no me dijiste que este año no te sentabas con Marco.

- Nos obligaron a sentarnos separados a los cinco rubios. Ya sabes, por eso de que creen que cuando estamos juntos la liamos - le contesté sin darle importancia.

- Es que la liais - me contestaron mi madre y Susana a la vez.

- Gracias a las dos - respondí malhumorada.

- ¿Por qué no te sientas con nosotras y te tomas algo, Susana? Mi marido ha quedado en llamarnos en algún momento de la tarde para regresar a casa, pero realmente no tenemos ni idea de dónde está ni de cuánto va a tardar, por lo que puede que estemos aquí un buen rato.

SOMOS CINCO RUBIOS - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora