Viernes, 17 de noviembre del 2023
No quiero levantarme de la cama y menos aún cuando tengo a Matt, sin camisa, en ella. Con un brazo me abraza y no deja que me separase de él, y con el otro, me sujeta la cabeza para poder besarme mejor.
¡Joder, qué bien besa!
- Vamos, bichito, tienes que levantarte – me dice mientras no deja de besarme.
- No quiero, hoy quiero quedarme toda la mañana así, contigo – me quejó poniendo carita de gatito triste.
Él me entiende y vuelve a besarme. Me gusta que tenga tantas ganas de esto como yo.
- ¡Ellie! ¡Hermana! De verdad que hoy llegaremos tarde. Si no te levantas me voy sin ti - oí como me gritaba mi hermano.
¡Mierda, mi hermano! Anoche nos quedamos los dos en el piso y seguro que se me estaba haciendo tarde para ir al instituto.
- Lo siento, Edu. Me he quedado dormida - me excusé al darme cuenta de que estaba soñando.
- Por ahora todo controlado, tienes diez minutos para arreglarte y diez minutos para desayunar. Si lo cumples, llegamos a tiempo.
Por supuesto que lo cumplí, aunque desde que me levanté no había podido dejar de pensar en el sueño interrumpido de esta mañana. ¿Qué me estaba pasando? Yo nunca había tenido esa clase de sueños, además, hoy había quedado con Eric y no con Matt.
Quizás tienes la cita con el chico equivocado.
El chico era el indicado y no era una cita, el sueño era el que está equivocado. Además, Matt no me había pedido una cita. Bueno, sí lo hizo, pero para dejarme colgada por otra, diez minutos después.
Podía ser muy divertido, incluso admitía que era muy guapo, pero para mí era muy importante estar con una persona en la que pudiese confiar y se centrase en una relación y que no estuviese jugando a dos bandas.
Con Eric estaba segura de que no habría nadie más y con Matt eso era prácticamente imposible. Aunque le haya dicho a Eric que solo seríamos amigos, no desechaba la posibilidad de que, con un poco de tiempo, pudiese acabar gustándome.
¿Por qué estaba comparando a Eric con Matt? Había quedado con Eric, Matt no tenía nada que ver con todo esto. Debería concentrarme porque hoy no podía llegar tarde al instituto, no después de habernos pasado los últimos dos días en la biblioteca siguiendo las clases porque el terco del director nos expulsó.
Ayer le tuvimos que hacer la transferencia al instituto para que pagaran los arreglos del coche. Lo habían destrozado, le había cortado unos cables y hecho mil perrerías. Tom y Sam casi se pusieron a llorar y para animar a Marco le regalé un suéter que quería comprarse desde hacía unas semanas. El dinero de Halloween no fue suficiente, aunque Matt le dijo a Marco que utilizáramos también su parte, y yo tuve que poner dos mil euros más. En total costó el arreglo más de siete mil euros. Menos mal que habíamos invertido el dinero de las sandías del pecado.
El profesor de Matemáticas se había portado muy bien con nosotros y nos había contado que lo primero que le pidió al taller fue que avisara a la policía para que tomaran las huellas dactilares que encontrasen y así tener una prueba si averiguásemos quién había sido.
Matt no me había llamado en toda la semana, pero ayer me envió un mensaje preguntándome cómo me iba y que se había enterado por Marco de los dos días de expulsión.
Yo le contesté que estaba bien, que se había solucionado todo, a la espera de averiguar quién había sido y le pregunté si vendría el viernes, como había dicho la semana pasada. Él respondió que estaba liadísimo, pero que si me apetecía verlo intentaría venir. "Claro que quiero verte" le contesté yo y después de eso, no nos hemos escrito más.
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SOMOS CINCO RUBIOS - COMPLETA
Teen FictionEste año es mi último curso en el instituto. Después tendré que saber que voy a hacer con mi vida. He tenido una vida muy fácil, como todos los adolescentes que conozco. Mi mayor problema ha sido elegir mis asignaturas a principio de año, e incluso...