CAPITULO CINCUENTA Y UNO - POR LA BOCA MUERE EL PEZ

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      Viernes, 22 de marzo del 2024

Ya estábamos a finales de marzo y se notaba en el ambiente que todos los alumnos del último curso estaban planeando su futuro. Los chicos ya habían decidido ir a la misma universidad en la que estaba la facultad actual de mi novio.

¡Qué rápido te has adaptado!

Rápido, pero, si habíamos tardado meses en dar este paso.

Claudia y Mónica no iban a ir a la universidad. Habían solicitado plaza en dos escuelas de grado superior. Una plaza era para estudiar administración y gestión, y la otra para estudiar comercio y marketing. No estaban muy seguras de cuál de las dos alternativas les gustaba más, solo querían estudiar juntas.

- ¿Qué voy a hacer, Ellie? Actualmente, no veo a Yjo lo suficiente y eso que vivimos en la misma ciudad. ¿Qué va a pasar cuando se mude?

- Todavía faltan meses para que eso suceda y ves a Yjo casi todos los días – le respondí cansada de que siempre se estuviese quejando de lo mismo.

- Pero no tenemos intimidad ninguna. Creo que en cuanto se mude, va a dejar de verme. Voy a tener que ir a visitarte muy a menudo para poderlo ver – me dijo, porque solo mi familia y Marco sabían que estaba esperando a que me dieran la plaza definitiva para irme a estudiar a Alemania.

- Si vienes a verme a mí, bien. Si vas a acosar a Yjo te sugiero que le dejes un poco de espacio. A Yjo no le gusta que lo atosiguen – le aconsejé a mi amiga.

- ¿De qué hablan? – nos preguntó Marco al acercarse a nosotras.

- De Yjo, pero ya hemos acabado -dijo Claudia antes de alejarse de nosotros.

- ¿Y? – me preguntó el chismoso de mi mejor amigo.

- Nada, lo de siempre. Se queja de que no ve a Yjo lo suficiente. Espero no ser tan cansina como ella cuando no puedo ver a Matt tanto como quisiese – le dije a Marco.

- Rubia, por la boca muere el pez. Si ya ayer te quejaste de que Matt no puede venir este fin de semana – se burló Marco de mí.

- Pero ellos se ven todos los días, además, nosotros habíamos hecho planes para el fin de semana.

- Matt no viene porque tiene que trabajar y estudiar para los exámenes que están a la vuelta de la esquina. Sabes que tu novio hace lo imposible para verte siempre que puede. No puedes compararlo con Yjo. Yjo solo quiere ver a Claudia cuando le apetece pasar el rato con ella y normalmente para tirársela luego. Creo que tú no has llegado a tanto, Rubia.

- Muy gracioso – fue lo único que se me ocurrió decir.

Me seguía avergonzando un poco hablar de relaciones o sexo. No sabía si era por la poca experiencia que tenía, que me hacía sentir insegura, o que había personas que tenían más facilidad que otras para hablar de esos temas.

Lo único que sabía era que aún nos faltaban varias horas de clase y yo hoy no tenía ganas de nada.

No puedes dejar que tu humor dependa tanto de una persona.

Era muy fácil decirlo. Además, mañana íbamos a cocinar en la casa de la finca que era de su abuelo y a pasar el día juntos, solo nosotros. Nunca teníamos tiempo para estar a solas.

***

Cuando mi madre se enteró de que habíamos quedado para almorzar Matt y yo en su finca el sábado, compró todo para hacer musaka, pero al ver el cambio de planes, decidió hacerla anoche y mi padre nos las trajo antes de que Edu y yo nos acostáramos a dormir.

Como todos los viernes habíamos quedado para almorzar en mi piso Eric, Marco, Christian y yo, así que almorzaríamos lo que nos trajo mi padre.

Eric y Christian siempre llegaban un poco más tarde, por lo que Marco y yo preparábamos la comida para cuando llegasen. Como hoy no había mucho que preparar, nos fuimos al supermercado a comprar guarradas, como le decimos nosotros, para pasarnos la tarde viendo la televisión sin hacer nada, lo que Marco llamaba un plan perfecto.

SOMOS CINCO RUBIOS - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora