Lunes, 03 de febrero del 2025
Era lunes y entraba a trabajar a las diez de la mañana y, como no tenía clases, solo debería de ir luego al gimnasio.
Según las directrices de mi nuevo entrenador, tenía que ir a entrenar los lunes y miércoles y los viernes era optativo. Tenía los entrenamientos de siete y media a nueve de la noche, aunque a veces nos quedábamos un poco más peleando. Los sábados y domingos solía salir a correr y a veces también los lunes. En el gimnasio me llamaban "Rein" que significa puro, aunque se refieren más a limpia o inmaculada, porque no dejaba que me pegasen o, por lo menos, lo evitaba todo lo que podía.
Lo mejor que tenía el gimnasio era que estaba a menos de dos kilómetros de casa, por lo que solía ir trotando y así no necesitaba calentar mucho y para volver Matt, solía enviar a Jackie.
Hoy ha sido uno de esos días que mi marido no ha tenido que levantarse temprano, aunque no sé la razón, no tenía ni clases ni trabajo. Así que, a pesar de que quería salir a correr, él se puso encima de mí y no me lo permitió.
- No, Ellie, no te vas a ir todavía. Anoche me dejaste con las ganas y hoy quiero lo que es mío – me dijo mientras me torturaba con sus labios en mi cuello.
- ¿Yo? – le dije haciéndome la tonta.
Tenía razón, anoche, lo dejé con las ganas. Está empeñado en probar todos los anticonceptivos que ha comprado y anoche nos tocaba el condón vaginal, pero salió de la habitación para hablar con mi padre, que lo había llamado y, cuando regresó a la habitación, seguramente yo ya estaba dormida, porque no me acuerdo de nada.
- Sí, me dijiste que incluso íbamos a intentar trabajar un poco más este culo, Ellie – me dijo con voz ronca y me dio una nalgada.
- Tengo que ir a trabajar – le advertí con un tono de voz demasiado bajo.
- Aún tienes dos horas para prepararte, seré rápido, pero no puedes correrte, Ellie. Fui yo quien se quedó toda la noche esperando a que me dejases follarte – me dijo el muy deslenguado.
Nunca lo hubiese imaginado, pero me encantaba cuando Matt me hablaba así en la cama. Me hacía sentir sucia y había descubierto que me gustaba el sexo sucio.
- Matt – gemí.
- Tranquila, no voy a correrme dentro. Llevamos dos semanas trabajando ese bonito culo que tienes y quiero estrenarlo hoy – me dijo mientras sus dedos en mi humedad hacían que no pudiese negarle nada.
Mi marido sabía lo que hacía y cuando se dio cuenta de que me tenía a su merced, me penetró bruscamente sin previo aviso, aumentando el ritmo y la fuerza a unos extremos que nunca había usado conmigo.
Cuando estaba a punto de llegar al orgasmo, paró. No se inmutó ante mis quejidos y súplicas, agarró una crema que tenía en la mesita de noche y se la puso a un aparato rosado oscuro que también había agarrado junto a la crema.
- Esto te va a gustar, Ellie. Aunque no te lo creas, me suplicarás que vuelva a hacértelo, créeme – me dijo Matt, lo que hizo que las ganas para que utilizara lo que tenía en las manos se intensificaran.
Cuando terminó de poner la crema, no la cerró, sino que la dejó a un lado, preparada para volverla a emplear. Y entonces empezó a torturarme con el aparatito rosa que al encenderlo empezó a vibrar.
No tardó mucho en darme la vuelta e hizo lo mismo que había hecho estás últimas dos semanas, con un poco de crema, empezó a masajearme el trasero, metiendo, esta vez, todo el aparato que tenía en la mano.
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SOMOS CINCO RUBIOS - COMPLETA
Teen FictionEste año es mi último curso en el instituto. Después tendré que saber que voy a hacer con mi vida. He tenido una vida muy fácil, como todos los adolescentes que conozco. Mi mayor problema ha sido elegir mis asignaturas a principio de año, e incluso...