CAPITULO CUARENTA - NOCHE DE REVELACIONES

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     Viernes, 23 de febrero del 2024

Hoy no estaba de humor.

¡Qué raro!

Posiblemente, el fin de semana no podría ver a Matt. A pesar de lo que habíamos hablado el día de Navidad, seguía sin verlo lo suficiente. Siempre estaba ocupado con el fútbol, la universidad o la compañía.

Para colmo de males, había quedado en ir a verlo mañana, porque Eric tenía que ir por la mañana con Christian y regresaría por la noche, y me acababa de enviar un mensaje diciéndome que no fuese porque no iba a estar en la ciudad.

Quizás tenga cosas que hacer.

¡Cucas en vinagre! ¿Es que no tenía ganas verme? Debería respirar y contar hasta diez para responderle, porque no quería escribir algo de lo que luego me arrepintiese.

Yo: ¿No tienes tiempo libre? Es sábado.

Matt No Amigo: No es eso, bichito. Ahora no puedo hablar, pero te llamo luego y te explico.

Yo: Entro a trabajar en veinte minutos.

Matt No Amigo: Mejor, hablamos cuando salgas y llegues a casa.

Yo: Vale, yo te llamo.

Matt No Amigo: También puedo hacerlo yo. ¿A qué hora sales?

Yo: A las ocho.

Matt No Amigo: ¿Cenas en el restaurante?

Yo: No, a esa hora tenemos demasiados clientes pidiendo. Pero almorzaré tarde.

Matt No Amigo: ¿Por qué?

Yo: Han reservado dos grupos grandes y seguro que terminarán de comer pasadas las seis.

Matt No Amigo: ¡No trabajes mucho!

Yo: Creo que deberías aplicarte el cuento.

Matt No Amigo: Estoy en una reunión ahora mismo y escribiéndome contigo.

Yo: Si tu jefe se entera, seguro que te echa.

Matt No Amigo: Creo que quiero que me eche. =)

Yo: ¿Muy aburrido?

Matt No Amigo: No, pero prefiero ir a comer y que me sirva una camarera sexy.

Yo: ¿Tú has visto cómo me queda el uniforme?

Matt No Amigo: Tienes razón, estarías mejor si te lo quitases.

Yo: ¡Matt! =(

Matt No Amigo: Bichito, no te enfades. La mitad del planeta sería feliz, viéndote sin uniforme.

Yo: ME VOY, LLEGO TARDE.

Matt No Amigo: Conduce con cuidado.

***

Ni siquiera le contesté, metí el teléfono en el bolso y corrí hacia la bicicleta mientras me despedía de mi madre. Seguro que llovería más tarde, pero ya no tenía tiempo de buscar mi ropa impermeable para la bicicleta.

Mark no era de los que se enfadaba por llegar unos minutos tarde si no lo hacías normalmente, pero odio llegar tarde. Así que me metí en dirección contraria por una carretera con el fin de ahorrarme unos minutos de camino.

Todo iba bien, hasta que un coche apareció en medio del camino. Me choqué con el vehículo, pero no me pasó nada porque frenó en seco y yo solo caí al suelo. La señora que iba al volante me miró preocupada.

- ¿Te pasó algo? – me dijo al bajar la ventanilla para hablarme.

- No, no se preocupe, casi ni me rozó. Además, ha sido mi culpa. Lo siento, pero un idiota me distrajo y ahora llego tarde al trabajo – le dije como si eso explicara el porqué iba en dirección contraria.

SOMOS CINCO RUBIOS - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora