Sábado, 9 de septiembre del 2023
Definitivamente, el día de hoy había sido una tortura. Esta mañana había estado cuatro horas comprando con mi madre, Claudia y Mónica. Ha sido horrible. He tenido que negociar todo el tiempo.
Al principio solo querían comprar ropa y que yo me la pusiese sin opinar, luego me dejaron escoger entre varias opciones y al final he conseguido que me dejen seguir usando algunos suéteres y camisetas, que son dos tallas mayores de las que debería usar, a cambio de que me deshiciera de casi todos mis pantalones.
Al terminar, mi madre invitó a almorzar a Mónica y a Claudia, además de comprarles a cada una un vestido que les había encantado, por haberla ayudado tanto. Sí, mi madre necesita ayuda conmigo. ¡Qué triste!
Por supuesto que cuando llegamos a casa, con un montón de bolsas, Marco nos estaba esperando. La bicicleta de ese chico seguro que ya venía sola a nuestra casa. Pero estuvo bien porque nos ayudó a subir las bolsas a mi habitación y, mientras las chicas me organizaban otra vez el armario, yo bajé con Marco a ayudar a mi madre con el almuerzo.
Almorzamos todos juntos, porque mi padre y mi hermano llegaron antes que nosotros empezáramos a comer. Después mi madre llevó a mis amigas a sus casas y Marco y yo nos fuimos a mi cuarto para llamar a los chicos. Estábamos planificando nuestra próxima broma y aún teníamos que comprar quinientos kilos de sal, buscar un sitio donde almacenarlos hasta el lunes y luego transportarlos hasta el instituto. Parecía algo sencillo, pero ninguno de nosotros tenía coche.
La broma en sí era muy sencilla. Escondíamos la sal detrás de la caseta donde están los cuadros de luz, dos de nosotros salían entre la segunda y tercera hora y ponían la sal en el aparcamiento del instituto para que los profesores y los alumnos que vayan en coche no puedan salir, así que no teníamos que perder mucho tiempo con la planificación. Sencillo y eficaz.
***
A las cuatro llegó Matt a casa. No sabíamos que vendría tan temprano, por lo que nos sorprendimos tanto Marco como yo. Se suponía que tenía un partido amistoso con su nuevo equipo de la universidad y no vendría hasta la noche.
- Buenas tardes, desaparecido - le echó en cara Marco, cuando se bajó del coche para dirigirse hacia nosotros.
- Buenas, amigo pesado que no entiende que a veces estoy ocupado - le contestó Matt, pero mirándome a mí fijamente.
- Buenas, chico que aún no se ha duchado - le dije al darme cuenta de que estaba aún con el uniforme de su equipo.
- Buenas, chica que cada vez está más guapa y tenía tantas ganas de ver que pensé en ducharme luego en casa de Marco - me contestó mientras yo me quedaba sin palabras.
- ¿Por qué no sacas tus cosas y te duchas aquí? - le invitó mi mejor amigo.
- Porque no es mi casa y no puedo hacer lo que me dé la gana - contestó, cuando ya estaba a nuestro lado.
- No hace falta ni que entres en la casa, utiliza la ducha de la piscina y si quieres nos bañamos un rato - le invitó Marco.
- Marco, creo que tampoco es tu casa - le contestó serio Matt.
- Pero como si la fuese - respondió Marco tan tranquilo.
- Eso es verdad - dije yo dándole la razón a mi mejor amigo, que siempre ha hecho lo que le da la gana en mi casa, como si fuese la suya.
- Hasta Ellie me da la razón - se burló Marco.
- No es que te dé la razón, pero deberías ducharte aquí, Matt, así no tienes que pasar por la casa de Marco y se pueden bañar un poco en la piscina.
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SOMOS CINCO RUBIOS - COMPLETA
Teen FictionEste año es mi último curso en el instituto. Después tendré que saber que voy a hacer con mi vida. He tenido una vida muy fácil, como todos los adolescentes que conozco. Mi mayor problema ha sido elegir mis asignaturas a principio de año, e incluso...