Sábado, 11 de noviembre del 2023
Aún eran las nueve y media de la mañana, sin embargo, quería ver a Matt para que me explicase lo importante que era Samanta para él. Sabía que no tenía derecho a exigirle nada, pero él era el que se me insinuaba y me lanzaba indirectas, mejor dicho, directas, así que era normal que quisiera saber a qué atenerme.
¿A qué atenerte?
Sí, necesitaba saber las intenciones que tenía conmigo. Imaginaba que divertirse un poco, si tenía a esa Samanta que lo llamaba siempre que lo veía y con la que parecía que tenía una relación muy estrecha.
Nunca la había nombrado cuando nos había hablado de sus viejos y nuevos amigos, así que tendría que ser alguien muy especial para él, no una simple amistad.
¿Qué significa una simple amistad?
Para mí una amistad era muy valiosa, aunque debía reconocer que muchas personas no le daban la importancia que se merecía y llamaban a cualquier persona, amigo.
Matt no es así, tú nunca has sido su amiga.
Eso era verdad. Según Matt, yo nunca había sido su amiga. Y, en ese momento, quería que me explicase la razón. Llevábamos más de tres meses con este tira y afloja y estaba segura de que ya iba siendo hora de que se dejase de tonterías.
Baje las escaleras con mi pijama viejo y mi pelo hecho un desastre y me encontré a mi madre en la cocina. Ella me sonrió nada más verme. Seguro que pensaba que si hubiese estado Marco en casa se hubiese quejado de mis pintas y de mi pelo.
- Buenos días, mamá. ¿Dónde están todos? - le pregunté a mi madre al sentarme en la barra de la cocina.
- Tu padre y tu hermano han aprovechado que hoy no hay partido y se han ido a jugar al tenis, no había cancha libre más tarde, por eso se han ido hace unos diez minutos. Matt ha salido incluso antes que ellos. Estábamos hablando, ha recibido una llamada y a los cinco minutos estaba ya saliendo por esa puerta.
Seguro que Samanta no estaba nada contenta con que no hubiese pasado la noche en su apartamento. ¡Qué idiotas! ¡Los dos!
¿Celosa?
No estaba celosa, solo molesta. Era un pesado y ni siquiera sabía lo que quería.
Puede que sea uno de esos chicos a los que les gusta estar con varias chicas a la vez.
Pues conmigo no le iba a salir muy bien la jugada.
No sabes la razón por la que se ha ido. Quizás haya pasado algo y se haya tenido que ir de repente.
Tal vez haya tenido algún problema. Creía que debería llamarlo o enviarle un mensaje. Cuando te has acostumbrado a Matt y se iba, se quedaba todo tan vacío. Iba a desayunar y lo llamaría. Casi siempre llamaba él, era hora de llevar un poco la iniciativa.
- Buenos días, mamá - dijo mi mejor amigo que acababa de entrar en la cocina como Pedro por su casa.
- Marco, no te esperaba tan temprano - le dijo mi madre mientras le preparaba el café.
- ¿Por qué a él le preparas el café y yo tengo que hacer mi Cola Cao yo misma? - dije indignada.
- Buenos días, Ellie. ¿Celosa tan temprano? ¿Qué haces ya levantada? Matt me dijo que se habían acostado tarde.
- ¿Cuándo has hablado con él? - le pregunté extrañada.
- Hace veinte minutos. Me llamó mientras conducía. Gracias, mamá - le dijo a mi madre cuando le dio su café.
ESTÁS LEYENDO
SOMOS CINCO RUBIOS - COMPLETA
Teen FictionEste año es mi último curso en el instituto. Después tendré que saber que voy a hacer con mi vida. He tenido una vida muy fácil, como todos los adolescentes que conozco. Mi mayor problema ha sido elegir mis asignaturas a principio de año, e incluso...