Sábado, 9 de marzo del 2024
¡Por fin era sábado! Si había algo que tenía que admitir era que había echado muchísimo de menos a Matt.
¡Qué exagerada! Solo han pasado seis días.
Dios hizo el mundo en seis días. Además, hemos hablado muy poco. Había tenido dos cenas de trabajo el miércoles y anoche, por lo que esos días no tuvimos nuestra habitual charla mientras lo acompañaba a cenar, aunque fuese por teléfono.
Estaba tan contenta porque iba a verlo hoy que ni me molestó que mi mejor amigo viniera a las ocho de la mañana a mi habitación a despertarme.
- Rubia, levántate que son las ocho.
- Pero si quedamos en salir a las nueve y el partido no empieza hasta las diez – me quejé por costumbre.
- Pero tengo hambre y no me gusta desayunar sin ti.
- Recuérdame que el próximo día te quedes a dormir en tu casa – bromeé.
- Pero si no puedes vivir sin mí – me siguió la corriente mi mejor amigo.
- Venga, vamos a vestirnos primero y luego bajamos a desayunar.
En quince minutos ya estábamos los dos desayunando, aunque mis padres y mi hermano aún no se habían levantado. Anoche se habían acostado demasiado tarde.
Era agradable tener tiempo de sobra para variar, porque siempre íbamos muy justos.
- ¿A qué hora pasará a buscarnos tu padre? – le pregunté a Marco.
- En media hora. Voy a tener que sacarme el carnet de conducir, no puedo estar preguntando a tus padres o los míos que me lleven a todos lados. Ya tengo diecinueve años.
- Estaría genial eso de tener un coche para nosotros dos – le dije divertida.
- No tan rápido, Rubia. Las chicas tendrán prioridad número uno, eso de hacerlo en un coche, las pone mucho – dijo molestándome.
- ¡Eres un asqueroso!
- ¿Cómo si tú no hicieses lo mismo si pudieses? La semana pasada porque Matt vino en la moto, pero dime que no lo aprovechaste cuando te llevó a la finca. Seguro que con toda esa tranquilidad se pueden hacer muchas cosas.
- No voy a hablarte de mis intimidades – le dije dando el tema por zanjado.
- ¿Por qué no? Yo te contaría lo que quisieses. Además, no quiero que me lo cuentes con detalles íntimos – me contestó ofendido.
- En primer lugar, estamos hablando de lo que hago o haría con tu mejor amigo, creo que te lo debería contar él, y, en segundo lugar, no me siento cómoda hablando sobre ese tema. Considero que son cosas que tienen que quedar entre Matt y yo. ¿Por qué no le preguntas a él?
- Porque no suelta prenda – dijo suspirando.
- ¿Pero qué esperabas? Además, tampoco es que haya pasado tanto. Solo nos hemos besado.
- Pues tienes que ponerte las pilas, has tenido al chico varios meses a dos velas – dijo Marco haciendo movimientos obscenos.
- Eres un guarro – le dije a modo de insulto.
- Gracias, Rubia, yo también te quiero.
***
El padre de Marco nos dejó en el campo y se fue a hacer unas cosas que tenía pendientes. Matt nos dijo que él nos llevaría de vuelta a casa, por lo que nos despedimos y entramos.
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SOMOS CINCO RUBIOS - COMPLETA
Teen FictionEste año es mi último curso en el instituto. Después tendré que saber que voy a hacer con mi vida. He tenido una vida muy fácil, como todos los adolescentes que conozco. Mi mayor problema ha sido elegir mis asignaturas a principio de año, e incluso...