Capítulo 56.

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-La vida es bella

El chico abre los ojos, aunque ya se lo esperaba.

-¿En serio que te lo han vuelto a confirmar?

-Mira.

La chica le muestra su móvil, el cual se encontraba en una mesita. Rubius contempla, no muy asombrado, el SMS que le ha mandado el doctor. Efectivamente, confirmado.

De: Doctor Rodríguez

Para: la paciente Natalia.

Muy buenas, Natalia. Te tengo que confirmar lo que creo que ya te temías: las pruebas han vuelto a dar positivo. Así que yo daría las pruebas médicas por terminadas y comenzaría a... No sé, a lo que tengas que hacer tú, eso ya es decisión tuya. Es una dura decisión, lo sé. Pero mucha gente opta por ya sabes qué, aunque sea algo muy fuerte.

Como siempre, me despido pidiéndote que no reveles ni estos resultados ni estas pruebas a nadie. Ya sabes que esto que estamos haciendo es un gran secreto y casi algo no permitido, puesto que estas pruebas te las tendrían que haber hecho cuando hace tiempo, cuando os enterasteis tú y tu pareja...

En fin, un beso. Hasta la próxima.

-Uff –suspira el chico, una vez terminado de leer el mensaje.

-Sí. Uff –le corrobora ella.

Se echa hacia atrás en el sofá, intentando relajarse. Nada. Misión imposible. Nota los brazos del chico alrededor de su cuerpo, abrazándola.

A pesar de que, tras la ruptura con Natalia, su relación se enfrió, el chico tiene presente que una vez los dos fueron grandes amigos. De esos que se cuentan todo. Además, Natalia es una gran chica y, ahora más que nunca, necesita su ayuda, su apoyo. Sabe que lo está pasando mal. Y también sabe, por las experiencias vividas con ella que, tras esa máscara de chica que va de flor en flor y que va de creída, existe una gran chica con el corazón algo sensible.

-Me voy a ir, Rubén. Necesito alejarme de todo, de ti, de los demás.

-Sí, sí. Lo entiendo. Tranquila... -Y le acaricia su melena morena.

El chico no pone reparos en su decisión. Ya se lo comentó alguna vez, pero no la veía capaz de hacerlo. Aunque, por lo visto, sí que lo hará. Natalia se irá a Londres.

-Te echaré de menos. Mucho. Escríbeme de vez en cuando, por favor.

-Lo haré, Natalia. Lo haré.

Charlan un rato más, pero deciden que deben volver con los demás. Ambos no quieren que sospechen que pueda haber una relación entre ellos. Porque eso sería lo último que pasaría.

-¿Está fría el agua? –pregunta Rubius, alzando un poco la voz.

Ya han llegado al lago, junto a los demás. Sus amigos se encuentran bastante a la orilla del lago, donde el agua solo les llega hasta poco más de las rodillas. Los altavoces de Mangel, colocados en la arena y lejos del agua, suenan fuertemente.

Música, amigos, las cervezas que está sacando Cheeto de una mini-nevera, buen tiempo y ganas de disfrutar. ¿Qué más puede pedir? Rubius sonríe y se quita la camiseta.

-Sin máh, un poco fría. ¿Te vieneh? –le contesta Cheeto, ofreciéndole una cerveza.

Él acepta encantado y se dirige al agua. Natalia le comunica que ella se queda en la arena tumbada, algo a lo que el joven tampoco pone reparos. Llega hasta la altura de los demás mientras la música suena tras él. El comienzo de Burn de Ellie Goulding.

La gamer del Starbucks (Fanfic Rubius) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora