Capítulo 66.

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-El cuadernillo marrón 1/2

-De hecho –Cris está a punto de acabar con su charla improvisada. Tiene a los presentes hipnotizados-, hay muchos tipos de amor. Amor de novios, amor familiar... Como por ejemplo, amor de hermanos o hermanas. Este último...

-¿¡Qué mierda sabrás tú de eso!? –El grito desde última fila hace callar a Cris y a todo el público.

Ante la sorprendida y asustada mirada de Cris, en la última fila se levanta una chica. Lleva una capucha negra y un fular negro que no deja acertar su identidad ni distinguir su cara. La mujer se levanta corriendo y, abriendo bruscamente la puerta, se va de la sala. La gente comienza a murmurar y Cris siente que se va a marear. No comprende quién es esa chica ni por qué le ha dicho eso. Siente unas terribles ganas de llorar y no lo entiende.

Rubius, en vista de la situación, sube corriendo al escenario y la abraza. La gente asiste estupefacta al espectáculo. Rubius le avisa a Michael de que se marchan de allí y, ante la atenta mirada de todo el mundo, la pareja abandona la estancia agarrados de la mano. Aunque, antes de que salgan por la puerta principal de la sala 9, un jurado se levanta y los detiene.

Se inclina sobre Cris y le susurra:

-Has estado magnífica. Sentimos lo ocurrido. Tu nota es un flamante diez. La enviaremos a tu universidad. Muchas gracias por deleitarnos con tus palabras.

Cris les dice el nombre de su universidad y se alejan de allí. Ni siquiera ha prestado atención a su maravillosa nota ni se siente siquiera feliz por ella. Su cabeza da un millón de vueltas y solo siente los brazos de Rubius protegiéndola.

-Ven. –Tira de ella, apretando suavemente su mano.

Se sientan en un banco y Cris rompe a llorar. No comprende lo que ha pasado ni por qué llora. Quizás fruto de la presión vivida, no lo sabe. Pero también...

-Rubén, conozco esa voz.

-¿Qué?

-La chica que me ha gritado eso. Su voz me suena muchísimo, como si la hubiera escuchado antes...

-¿Tienes idea de quién puede ser?

-No. Pero lo voy a descubrir.

La chica sube las piernas al banco y se enrolla en sí misma, apretujando sus propias rodillas contra su pecho. Rubius aprovecha para mandar un whatsapp.

-Oye, pero la charla ha estado bien –dice tras unos minutos Cris, algo más recuperada.

-Ha estado muy muy bien. He hecho bien en acompañarte. Y, Cris, flipo con lo lista que eres.

-¿Yo?

-Tú, sí, tú. Tu charla sobre el amor ha sido una pasada. La polla. En serio, lo he flipado. Tengo una suerte inmensa de tenerte. Te quiero muchísimo, joder.

Una inevitable sonrisa se instala en la cara de Cris, como reflejo por las palabras de su chico. Lo obsequia con un dulce y lento beso en los labios y luego se apoya en su pecho. Va a intentar olvidar lo ocurrido. No puede darle tantas vueltas a todo.

Se echa hacia atrás en el banco y su novio la imita. Hablan un rato sobre las ganas que tienen de que lleguen navidades, pero ninguno de los dos revela qué le tiene preparado al otro. Hasta que algo pone en alerta a Cris.

-¡Rubén! –Su chico se sobresalta y la mira con los ojos muy abiertos.

-Mujer, cada vez que me pegas uno de estos sustos me reduces un año de vida.

-¡Christian! ¡Es Christian! –grita ella, ignorando la advertencia de Rubius.

-¿Pero qué Christian?

La gamer del Starbucks (Fanfic Rubius) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora