La gamer del Starbucks (Fanfic Rubius) [EDITANDO]

Capítulo 3.

-La jugada de Rubius

Los cinco hablan un rato, y a los youtubers enseguida les cae bien Cris: comparten gustos, aficiones, pasatiempos... Ahora toca sacarse las fotos. Tras sacarse una foto con Mangel, Cris le pasa el iPhone y este le saca una foto con Cheeto. Lo mismo con Alexby. Ella intenta que no se le note en la cara lo emocionada que está, pero no lo puede evitar. ¡Es jodida e irremediablemente inevitable!

Le toca el turno de sacarse la foto con Rubius. Esa foto que tanto tiempo lleva esperando. Nota que le tiembla todo cuando el chico se le acerca sonriente. ¡Joder, está delante de Rubius y no, no hay ninguna pantalla de por medio!

-Muyaya, tenemos que salir muy sexys en la foto. No me falles –apunta él.

Ella se ríe, pesando que va a posar como nunca ha posado. La foto tiene que salir perfecta. El youtuber le rodea los hombros con su brazo. Es evidente la diferencia de altura, aunque se complementan bien, a simple vista.

Mientras Mangel enfoca la foto, Rubius aprovecha para introducir la servilleta con su número en la capucha de la sudadera de Cris. Con disimulo, la coloca bien al fondo para que no se le caiga. ¡Listo! Mangel saca por fin la foto y los dos se separan.

"Misión cumplida" –piensa Rubius mientras sonríe a Cris. La chica no puede estar más roja.

Los cinco dialogan un poco más hasta que Cris anuncia que se tiene que ir a casa. Vuelve a su mesa y después de apagar el portátil, meterlo en su funda y cargar con él, vuelve con los chicos. Parece que ellos también se van.

¿La van a acompañar? ¡Omg!

-¿Te ayudo? –le pregunta amablemente Rubius, observando como la chica lleva el portátil.

-No, ya puedo yo sola. Gracias. –Y sonríe. ¡No puede parar de sonreír, maldita sea!

Aún así, a Cris todavía le cuesta hablar. ¡Joder está delante de su ídolo! ¡Tranquila no está, precisamente! Trata de serenarse: no tiene intención de parecer una fangirl loca.

Y, efectivamente, la acompañan. Continúan el camino charlando entre ellos dos, entre Rubius y Cris. Mangel, Alexby y Cheeto van delante hablando de un nuevo videojuego, mientras que Rubius y Cris se han separado de la cuadrilla.

Se sienten algo tímidos el uno con el otro, pero salta a la vista que se adjuntan perfectamente.

-¿Y para qué? –le pregunta Rubius.

-¿Qué?

-Que para qué usas el portátil.

-Ah, eso... -La chica aparta la mirada del chico y mira hacia otro lado-. Te va a parecer extraño o algo así, pero... Me gusta jugar a videojuegos cuando voy a ese Starbucks.

-¿En serio? ¿Una gamer en un Starbucks? ¡O sea, que tenía razón cuando lo he dicho! Aunque, no sé... Aquí algo no me cuadra...

-Lo sé, soy rara.

-No. Eres espesiah.

La joven se queda confundida. ¿Eso es un cumplido? Pero ríe al contemplar la cara graciosa que ha puesto Rubius. ¿Cuántas veces la ha hecho reír en lo que lleva con él? Un montón de veces.

Llegan a un cruce donde se tienen que separar. La casa de Cris está a la vuelta de la esquina. Algo triste, se despide de todos con dos besos. ¡Como iba ella a imaginar que algún día le daría dos besos en las mejillas a estos youtubers! Aunque todo hay que decirlo, los de Rubius son los que más disfruta.

Se despide por última vez de todos ellos con la mano y se da la vuelta para dirigirse a su casa. No puede evitar ir dando pequeños saltitos de felicidad. ¡Es que está tan feliz...!

El medio noruego la mira embobado.

-Rubiuh que te ehtoy viendo. –Mangel sobresalta a Rubius.

-¿Eing?

-No le mireh el culo a Crih.

-Si no le estoy mirando el... -Rubius se pone rojo.

Mientras Mangel, Cheeto y Alexby hacen bromas al respecto, Rubius sigue mirando la perfecta silueta de Cris. ¿Cómo puede ser tan joven y tener ese cuerpo? Y esa bonita sonrisa... No puede dejarla escapar. Sería un gravísimo error. Necesita conocerla bien.

-Chicos, me voy a hacer unos recados. Ir tirando... -les advierte a los demás. Evidentemente, no va a hacer el tipo de recados que los demás pueden imaginarse.

-Vale –le contesta Alexby en nombre de todos.

Se despide de los chicos y se aleja del grupo. Rubius piensa que lo que va a hacer es una locura. Avanza unos cuantos pasos y se detiene. Se gira y comprueba que sus tres amigos han seguido su camino. Vía libre, nadie lo mira.

Se siente como una de esas "fangirls mojabragas" suyas. Esas que le siguen a casa. Porque eso es lo que quiere hacer él. Seguir a Cris.

La localiza allí, a lo lejos. Acelera el paso y se coloca unos metros por detrás de ella. Bien. No se ha dado cuenta, menos mal. Se muere ahí mismo si Cris lo pilla haciendo... lo que está haciendo.

"Rubén, ¿cómo cojones has llegado a esto?" –se pregunta.

No lo sabe. Lo único que sabe es que se encuentra siguiendo a hurtadillas a una joven seis años menor que él (así se lo ha confirmado ella) hasta su casa. Y que eso que está haciendo no está nada bien. Nada pero que nada bien.

Por fin, Cris llega a un edificio y toca el timbre. Quinto izquierda. El chico lo memoriza y lo apunta en la aplicación "Notas" de su móvil. También apunta la calle, el número del portal y alguna tienda que se encuentra alrededor, para localizarlo mejor.

Satisfecho se dirige a su casa, con paso ligero. Está, inexplicablemente, feliz.

Lejos de allí, en cuanto Cris llega a su casa sube hasta su habitación y se tumba en su cama. Suspira, feliz, ¡muy feliz!. Mira su iPhone. Son las 15:00. Le dan ganas incluso de memorizar la hora en la que los ha conocido. ¡No se lo cree, demonios!

Entra en su galería de fotos y va hasta las que se ha sacado con los youtubers. Ella nunca ha sido muy fotogénica, pero las fotos son chulísimas. Sobretodo la que tiene con Rubius. Acaricia con el dedo la pantalla... Amplia la imagen, amplia la sonrisa del chico. Preciosa...

Bloquea el iPhone. Tiene una cita pendiente con sus mejores amigas, con las cuales ha quedado en nada.

"Din don". –Ya están aquí. Cris les abre desde el telefonillo y las ambas suben. En cuanto llegan, Sandra, Sofía y Cris se dan un abrazo grupal y llueven besos por todas partes. Las tres suben a la habitación de Cris y antes de que empiecen a jugar su partida a la Xbox habitual, Cris exclama emocionada:

-¡No os vais a creer lo que me ha pasado!